El gobierno redujo la captura de merluza en 70.000 toneladas, lo que da un promedio de muy pocos viajes al año para la flota pesquera nacional.
Lamentablemente y, tal como lo anunciáramos desde estas páginas, el colapso de la merluza finalmente llegó.
La reciente asignación de capturas de merluza hubsi, encuadrada en la Resolución 65/07 de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos (Sagpya) que plasmó el reparto 2008, fijó un modelo que regirá hasta 2012.
La Resolución 65/07 no sólo es un poco más de lo mismo, sino que además profundiza todo lo malo que se hizo en los últimos años. Por ejemplo, les permitirá a los congeladores ilegales y depredadores seguir operando al norte del 48º.
Ejemplo de una política demencial es permitir a los buques ilegales vaciar el mar argentino. En el 2004 cuando esto último no ocurría en parte, la captura máxima del stock sur fue de 330 mil toneladas y hoy apenas alcanza las 207 mil toneladas. Es decir, se redujo 37 por ciento en cuatro años.
“Con este esquema vigente los barcos fresqueros tendrán un viaje por mes a merluza, con lo cual va a haber problemas laborales en las plantas (de procesamiento) y también en los barcos”, aseguró oportunamente el presidente de la Cámara de Armadores de Buques Pesqueros de Altura, Darío Sócrate. Esto acelerará la convulsión anunciada años atrás en las poblaciones pesqueras. Por otra parte, el texto de la RES 65/07 reivindica el sistema de control como si fuera altamente efectivo, cuando en verdad el fracaso de la Subcomisión de Control de Descargas es tan prístino como la aberrante política pesquera aplicada en estos años, favoreciendo la ilegalidad y la depredación.
El Gobierno no explica por qué llegamos a estos extremos y el impacto social que deparará. Controles inexistentes y piratas extranjeros "custodiados por expertos", son parte de la postal de lo que vendrá.
Como contracara del caos imperante en todos los controles pesqueros y de seguridad, mostramos esta perlita que demuestra que aquí nunca hay funcionarios responsables, y sí hay un país depredado.
Es conocido por todo el ambiente que los buques pesqueros de la Republica de China son manejados por militares, sus familiares o directamente grupos de la mafia. Estos buques, además de pescar, trabajaban como fuentes de inteligencia para su país, llevando a su bordo maquinas de cifrado y codificación de datos. Esta flota opera en todas partes del mundo y en mayor grupo en la milla 201 —Malvinas— y descargan en alta mar donde se reabastecen de buques madres mercantes a los que le trasladan la captura. Los servicios de Inteligencia nacionales conocen perfectamente el tema, amén de que se sabe que la política de China es agresiva, con un despliegue importante de agentes en operaciones "cuasi" como en épocas de la Guerra Fría.
En Mar del Plata días atrás arribaron a la Base Naval 2 enormes pesqueros llenos de antenas y sistemas satelitales los cuales amarraron dentro de la base. Si bien todos saben qué capacidad bélica naval poseemos, dejarlos que ingresen a uno de los lugares más importante del país, donde amarran las fragatas misilísticas, es a ojos vista un acto de imprudencia inimaginable. Vale preguntar: si fuésemos nosotros a China ¿nos dejarían amarrar en una base naval de ellos?
Este es otro signo simple del grave estado de seguridad de nuestro país, que permite —soslayando "no tener sitio dentro del puerto"— amarrar buques piratas en la base naval Mar del Plata.
Recordemos que esta gente viene a reparar los buques y alistarlos a este puerto y que los mismos operan furtivamente en la milla 201 llevándose pescado argentino y generando una competencia desleal. También dumping con el calamar y demás productos pesqueros exportables argentinos.
Este año, la flota de bandera nacional que pesca calamar está amarrada por no tener valor internacional esta especie por la cantidad de buques que operan en la milla 201 descontroladamente.
Esto sucede porque la Argentina no utiliza los recursos legales internacionales de control para la milla 201 y zonas adyacentes en custodia del patrimonio pesquero de la patria.
¿Controles para ellos? no
Pero esto no es todo. Si alguien pide la "contramuestra" de agua a Sanidad de Fronteras, lacrada con el acta que se hace al arribo del buque —para leer los análisis de la misma—, estos la niegan, ya que no existen estas muestra de buques extranjeros.
Recordemos que los chinos nos dejaron de regalo un "alga" que vino dentro del agua de sus tanques y que vertieron en Puerto Madryn años atrás ocasionando que la Undaria —una plaga de muy difícil control— haga un gran daño al medio ambiente por la altura de sus ramas y la falta de luz que provoca.
Por otro lado, las mangueras sanitarias que deberían tener los buques para que la caca no navegue a playa grande —y playas top del sur de Mardel— no se ven. No sólo no están colocadas, sino que Sanidad jamás controla esto.
Los "Guardarratas" (chapa de forma circular) que deben llevar los cabos de amarre de los buques por legislación internacional tampoco existen, lo cual es responsabilidad de Sanidad de Fronteras. Si aquí no morimos de alguna peste o virus es porque dios vive en Argentina.
Es dable explicar la importancia de los guardarratas, pues hay buques que a bordo pueden portar roedores infectados o subir al buque ratas nacionales para aumentar la población "ratera portuaria".
En el mismo sentido, amarrados en puerto, los buques tienen sin sellar precintos las descargas de agua sanitarias ni ninguna otra, que es lo procedente.
Nuevamente queda a la vista de todos el deplorable control sobre la seguridad nacional y de nuestros recursos pesqueros, pues no existe acta alguna de medición de redes y control de artes de pesca con fecha del arribo a puerto de los mismos. Es dable mencionar que tanto la Convemar como la legislación nacional así lo pauta.
Mientras dejamos la flota nacional legal que más trabajo genera amarrada en los puertos, los piratas gozan de plena seguridad dentro de la base naval.
Seguridad aplicada: fuera de la base naval junto al INIDEP (Instituto Nacional de Investigación pesquera) soldados armados con fusiles y ropa camuflada no permiten estacionar fuera del perímetro alambrado a turistas "armados" con heladeras portátiles ni baldecitos de arena acompañados de "peligrosos" niños que podrían poner en peligro la seguridad de dicha instalación naval.
Realmente es una vergüenza que el jefe de la base y su servicio de "inteligentes" permitan estas maniobras dentro de un área de máxima seguridad debido al negocio "negro" que gira en los amarres de los buques. No por nada estamos como estamos.
Como decía Tato Bores: "vermouth, papas fritas y good show".
Roberto Maturana
Oficial de Marina Mercante-Investigador