Una vez más el INDEC ha dado a conocer su índice de inflación. El aumento de precios durante el mes de marzo ha sido del 7,7%, el nivel mensual más alto desde abril de 2002 (donde la misma había alcanzado el 10,4% producto de la salida de la convertibilidad). Un 21,7% fue la inflación acumulada del primer trimestre del año y 104,3% la de los últimos 12 meses. Los datos lejos de sorprender, preocupan.
Los “alimentos y bebidas” fueron una de las grandes malas noticias del último informe publicado por el INDEC: los mismos tuvieron incrementos de precios en marzo en torno al 9,3% (1,6 puntos por encima del índice general). El incremento de precios en alimentos fue aun peor en el Gran Buenos Aires donde los mismos se ubicaron dos puntos por encima de la inflación general: 9,7%.
El precio de los alimentos hace tiempo que escala por encima de la inflación. Mientras que los últimos 12 meses la inflación acumulada ha sido del 104,3%, la propia solo medida en alimentos ha sido de 106,6%. La diferencia incluso es mucho más impactante cuando se observa la dinámica del primer trimestre de este 2023: mientras el alza de precios trimestral ha sido del 21,7%, en alimentos mientras tanto ha sido del 28,2%. Una vez más, aquellos que menos recursos tienen (y por ende destinan todo su ingreso a la adquisición de alimentos) fueron los mas perjudicados.
El índice de precios ya no sorprende a nadie. Todos esperan niveles de inflación elevadas y tal vez la preocupación central está en entender hacia donde nos lleva la dinámica inflacionaria. A pesar de esto lo más dramático resulta la reacción oficial luego de conocerse los datos de inflación. Todos parecen estar fuera de foco, alejados de la realidad.
La portavoz de la Nación, Gabriela Cerruti, fue la primera en hacer declaraciones, explicando que si bien estamos en un mal momento la inflación comienza un proceso de desaceleración. Parece surrealista, pero efectivamente fueron las palabras quien representa la voz del Presidente de la Nación. Además responsabilizó a la sequía y a la guerra en Ucrania por la inflación local.
Matías Tombolini –Secretario de Comercio de la Nación- hizo lo suyo: “Los formadores de precios no están haciendo lo que deben para bajar la inflación”. Es alarmante que un funcionario de semejante jerarquía vuelva a amenazar a la cadena productiva y comercial de alimentos y descargue en ellos responsabilidades que son propias. La conclusión es solo una: este Gobierno no entiende cómo resolver el problema inflacionario o simplemente no desea hacerlo. A los fines es lo mismo: la inflación seguirá entre nosotros por mucho tiempo más.
El gobierno parece estar inmerso en una realidad paralela, donde ellos resultan ser las únicas víctimas. Sin embargo, en la Argentina real, las únicas víctimas somos nosotros, que intentamos sobrevivir cada día mientras quienes nos gobiernan no parecen entender bien qué es lo que esta pasando.