Según el INDEC, conducido por Marco Lavagna, el 57%, 7,4 millones de niños y adolescentes de 0 a 17 años crecen en situación de pobreza y dentro de ese total el 14,3 %, 1.4 millones, se encuentra en la pobreza extrema por no contar con los recursos suficientes para acceder a una alimentación básica. Desde el regreso democrático, la Argentina no pudo nunca reducir la pobreza infantil por debajo del 30%, según un informe publicado por UNICEF.
El último informe de la Dirección de Estadística e información de Salud, en la Argentina muere una persona cada tres horas por suicidio. Los que deciden su propio final son jóvenes menores de entre los 16 y 21 años, con estudios primarios y secundarios sin completar.
Inútil resultaría el más grande de los milagros ante tanta falta de sentido común. Nuestras escuelas, colegios y universidades, nuestra educación, en síntesis, siguen destruidas desde hace más de cuarenta años. Se ha empoderado a los alumnos y a los padres, quitándole a los docentes la autoridad y el conocimiento que han adquirido para resolver situaciones. Lo mismo ha ocurrido con los médicos de los hospitales públicos y las fuerzas de seguridad.
Mientras tanto, somos rehenes de los delincuentes, de nuestros propios miedos, de una justicia lenta, de la falta de autoridad y de la inmoralidad pública.
Los corruptos se llevan nuestras esperanzas y nuestras ilusiones a sus bolsillos, repletos de codicias y miserias humanas. Debemos tener capacidad de asombro para poder luchar contra la inacción de quienes pudiendo castigar, no castigan, pudiendo juzgar, no juzgan, pudiendo legislar, no legislan y pudiendo gobernar no gobiernan.
Los profetas del fracaso. Hombres y mujeres de gesto adusto, que después de haberlo hecho todo mal, quieren ahora enseñarnos cómo debe hacerse bien. ¿Qué buscan?, ¿Qué se proponen?, nada que tenga que ver con el deseo de colaborar con un gesto patriótico de verdad.
Estos son los responsables de la inestabilidad político-económica que tanto temen en el exterior. Qué bueno sería que reflexionaran y decidieran aceptar lo que la historia y los años ya les anunciaron hace tiempo: “Aquí y ahora ya no tienen nada que hacer…”.
Pero siguen y aparecen en televisión, como viejos profesores que ignoran que son otros tiempos, otras palabras y otras urgencias. Se trata de políticos que nunca han terminado nada, soberbios que se creen que son los únicos salvadores de la patria.
Escuchamos discursos prometedores que nos llueven como palabrería hueca, intentando convencernos de algo que no están convencidos ni quienes los pronuncian. No somos víctimas de ningún capitalismo, sino de nuestra propia ineficacia para resolver los problemas serios que tiene el país.
Porque nuestros fiscales, tan sedientos de justicia, no buscan el mentado “enriquecimiento ilícito”, en todas las dudas, en todas las evasiones morales. El brazo de la ley, también debe borrar de la lista de los sueldos de la administración pública a estos sujetos detestables, ladrones de un Estado empobrecido, porque nuestros dirigentes políticos no lo harán jamás.
Sólo falta ver las fortunas “declaradas” por los funcionarios ante la Oficina Anticorrupción.
Es muy probable que si nuestras escuelas, colegios y universidades no llevasen décadas de destrucción, hoy serían otros los hombres y muy diferentes los discursos.
Causas como Ciccone, ruta del dinero K; Los Sauces, direccionamiento de la obra pública a favor de Lázaro Báez, Hotesur, desvío de fondos de la mina de Río Turbio, Plan Qunita, compra de trenes chatarra a España y Portugal, Odebrecht, Skanska, la valija de Antonini Wilson, “Sueños compartidos”, Pacto con Irán, la Tragedia de Once, Vacunatorios VIP, la compra de vacunas Sputnik V y los viajes a Rusia, sobreprecios durante la pandemia, bolsos con dinero de López, Milagro Sala, en la TV Pública, toma de tierras, Seudo Mapuches, las tarjetas de “Chocolate”, la compra de vehículos de AISA, el Yategate de Insaurralde, por sólo mencionar algunos hechos, presentan los siguientes delitos que afectan a muchos funcionarios que hoy están en el poder y todo sigue como si nada, porque -siempre- la culpa es del otro:
-Enriquecimiento ilícito. Fraude en perjuicio de la Administración Pública. Lavado de activo de origen delictivo. Cohecho activo o pasivo. Malversación de caudales públicos. Negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública. Peculado. Dádivas. Tráfico de influencias. Utilización de información y datos. Violación de los deberes de funcionario público.
Puede afirmarse con certeza que el hombre trabaja para que lo recuerden. Es frecuente escuchar a los funcionarios públicos haciendo alusión permanente al juicio de la historia.
La historia, que es un registro del tiempo, es quien mejor juzgará sus actos actuales, adjudicándole su exacto tamaño. Si las acciones se borraran como la lluvia borra el polvo de los árboles, el escepticismo y la más corrosiva de las congojas acabarían con la esperanza, que es aliento del tiempo y la única forma que rige las acciones más generosas del ser humano.
En la escuela
Según las estadísticas las mayores incidencias de la pobreza en personas se observaron en las regiones Noreste (NEA), 50%; y Noroeste (NOA), 48%, en las regiones Patagónicas, 38%; y GBA, 51%. Hace más de una década que el 60% de los adolescentes argentinos no entienden lo que leen, más del 70% no es capaz de resolver un ejercicio simple de matemática y manejan un léxico de poco más de 80 palabras. Por otra parte, existen niños de 10 años que no saben leer ni escribir.
Los chicos necesitan guía, reglas, límites claros, atención, afecto y acompañamiento. Hasta la década del 90 los padres cuestionaban a sus hijos por los malos resultados de sus estudios. Después, los padres pasaron a cuestionar a los docentes por el desempeño de sus hijos. Hoy la figura del abanderado, como modelo a seguir por su esfuerzo y dedicación, ya no es necesario. Han dado por tierra con la meritocracia y lo hacen abiertamente desde la televisión. En síntesis, desde Susana Decibe, Filmus, Sileoni, Nicolás Trotta, y Jaime Perczyk la educación ha ido en franco deterioro, a pesar de que muestran sus estadísticas con excelentes resultados, siempre nivelaron hacia abajo. ¿No merecerían todos, un Juicio Político por mal desempeño de sus funciones?
Cualquier argumento, sea falso o dibujado, ayuda al propósito de erigirse como los únicos dueños de la verdad, actitud que toman siempre los peronistas. La descomposición social que sufre nuestro país, es el resultado de muy diversos factores, como por ejemplo, cuatro generaciones que han vivido de subsidios del Estado, sin prepararse para la vida laboral y esto nos ha llevado a una profunda crisis social.
Más grave aún, es ser testigo de la decadencia cultural de los jóvenes, y ese ha sido el propósito de este engañoso “progresismo de izquierda”.
Problemáticas sociales
La pobreza y la marginación ahora también son un problema de la escuela, que no sólo ha llegado a la escuela primaria, sino que está instalada en la secundaria.
Lo que se hace por la infancia no influye únicamente en los días de cada niñez: incide en la existencia, toda, de quien en la primera edad recibe los beneficios y, por extensión, afianza los mejores valores de la sociedad.
Sólo de niños sanos de cuerpo y de espíritu pueden surgir los adultos cuya integración humana alcanza a servir de prototipo. La infancia desamparada, la que no cuenta con vivienda higiénica, alimentación adecuada y educación, en la tranquilidad de un ambiente en que se forman tantas facetas del carácter, brinda a la colectividad, hombres que son ejemplo de su propio esfuerzo. Su triunfo individual representa la seguridad que todo orden basado en la justicia social debe procurar para la propia seguridad de su victoria, rezan los postulados del justicialismo.
Los niños son quienes reclaman, con su sola presencia, los mayores cuidados porque de ellos depende la armoniosa prolongación de todo un pueblo. En todos los tiempos ha podido apreciarse el grado de adelanto de los pueblos, por los elementos que han hecho uso para satisfacer sus necesidades esenciales de la vida doméstica.
Los docentes y directivos se plantean como un dilema el tratamiento institucional de problemas emergentes como la drogadicción, el alcoholismo, la violencia familiar, el embarazo adolescente y ahora el cambio de sexo propuesto por muchos adolescentes que “no se encuentran en el cuerpo que desean”.
Es frecuente el hecho de que espacios físicos disponibles para actividades específicas tengan que ser destinados a otras funciones o compartidas con ellas. Como son la sala de profesores, la de computación o la biblioteca como un recurso básico indispensable para la población que atienden. Es importante destacar que las problemáticas sociales tienen una fuerte presencia en las escuelas. La mayoría de las veces, esto significa que las mismas condicionan la dinámica institucional.
En muchos casos los docentes se encuentran con la ausencia de jóvenes a la escuela por embarazo o adicciones que se registran formalmente con faltas y reincorporaciones sucesivas hasta agotar los límites. En algunos casos “las adicciones son comentadas en voz baja”, pero no se discute institucionalmente cuales son las responsabilidades e incumbencias frente a estos casos.
La escuela es asistencialista cuando mantiene y responde sólo la demanda presente, sin un proyecto que permita planificar acciones, desviándose el eje pedagógico y acentuando el social, con carencias significativas con relación a estrategias de participación de padres y otros actores externos a la escuela.
A todo esto, el trabajo que llevan adelante los padres en el GBA, -según los docentes consultados- son casi todos de tipo changa o empleadas domésticas, o “trabajos circunstanciales” porque no tienen una preparación de base como para pertenecer a otro grupo de trabajo.
La mayoría de las familias están muy golpeadas por la situación económica. Muchas no están bien estructuradas, en algunas tienen “varias mujeres” viviendo bajo el mismo techo… En otros, los niños han sido abandonados por sus propias madres y en algunos casos se nota la violencia dentro del mismo núcleo familiar. Existen chicos que atraviesan una situación de “abandono” porque sus madres suelen tener varios “padres”.
Otros docentes comentan que, en general, los chicos tienen miles de carencias y necesidades insatisfechas, tienen agresividad y violencia. Los fines de semana se emborrachan, se drogan y se acostumbran a la pobreza.
“… ahora es un viva la pepa… los chicos hacen lo que quieren y si no quieren ir a la escuela no van… Yo no puedo empujarlo a que vaya a estudiar sino quiere…” manifestó un padre.
“… a nivel de estudios, no puedo ayudarlo, lo haría, pero no sé, no puedo, no tengo los medios. Yo no terminé la primaria”, dijo otro padre.
“… yo no sé ni leer ni escribir, vine de la selva paraguaya”. (Padre)
“… cuando repitió primer año se rateaba, volvía fumado y se ponía a ver televisión”. (Madre)
“… sí, sí, mucha televisión, música y muchas redes. Se juntan para practicar bailes y llegar a ser famosas”. (Madre)
“… los chicos valoran muy poco el tema del conocimiento que les brinda la escuela”. (Docente)
“…tenemos un gran número de padres golpeadores, otros padres son alcohólicos, la mayoría están desocupados y algunas madres salen (…) a recorrer las calles… para buscar el sustento diario”. Manifestó una maestra.
“… viven en casas tremendamente carenciadas, la puerta es una cortina, no tienen baño, y no tienen… las necesidades básicas que podrían llegar a tener”, dijo otra docente.
“… una compañera tiene que tiene una beba de 5 meses, tiene muchos problemas con el padre”, dijo una alumna.
“… en el baño de varones están ofreciendo… entendés… y allí siempre pasa de todo…” agregó otra.
Estos hábitos son expresados como al pasar y con cierta resignación, lo cual nos lleva a pensar que la institución escolar, sobrepasada por la problemática social, ha llegado a vivir como “normal” estas situaciones, evitando problematizarlas, hacerlas conscientes, aceptar que se trata de un problema para buscar, en conjunto, distintas alternativas de solución.
Otro problema que se presenta para sostener la organización escolar es la ausencia reiterada de los docentes frente a lo cual los alumnos manifiestan su malestar y muestran actitudes de reticencia para asistir a la escuela. Por otra parte, en el GBA la falta de recursos, condicionan fuertemente la desigual distribución de conocimientos entre las distintas escuelas.
Suicidio adolescente
El último informe de la Dirección de Estadísticas e Información de Salud, dice que en la Argentina muere una persona cada tres horas por suicidio.
Malvinas Argentinas, municipio del Gran Buenos Aires, tiene uno de los índices más altos en suicidios adolescentes. En las escuelas los docentes no son capacitados, para que puedan dar respuestas integrales a las nuevas problemáticas de violencia. Falta integrar las áreas de educación, salud y los juzgados de menores. Pero sí, los docentes están sosteniendo y conteniendo desde lo asistencial toda la violencia social.
Muchas veces las estadísticas en Argentina son un poco difíciles, y más con este tema, porque cuando alguien va al hospital en general no se declara la situación total, pero es impresionante el crecimiento que tiene el suicidio, principalmente después de la pandemia cuando aumentaron los temas de salud.
No existen datos fidedignos sobre el suicidio. En su mayoría son registrados como “accidentes”. De los casos que se conocen en la provincia de Buenos Aires, muchos de ellos son por armas de fuego, que hay en los hogares. Existe un índice muy alto de gente armada en el país. El otro dato muy alto que se registra en las guardias de salud mental es el ingreso por intoxicación de psicofármacos. La mayoría de las veces esos fármacos, los consumen los padres, y quedan al alcance de los hijos. Argentina es el primer consumidor en psicofármacos de Iberoamérica.
Hambre de verdad
Ninguna época ha sido más hostil a la juventud y a la vejez que la nuestra. Las exposiciones de los profesionales de la salud son bien conocidas. Pero queda por decir que existe algo así como el hambre de la verdad. Este apetito se satisface actualmente, -y en una medida que nunca se había dado- a través de las redes sociales, donde la necesidad de la “verdad” se ve satisfecha en gran medida. En las redes se encuentra amor, ambición, impulso hacia lo desconocido, en fin, …todo…
"Si ves al futuro dile que se detenga", escribió Juan José Castelli, el orador de la revolución de Mayo en su cuaderno de tapas rojas, cuando moría de cáncer en la lengua y tristeza en el alma, como consecuencia de tanta traición contra aquel sueño de la "nueva y gloriosa nación" para todos y no para unos pocos.
La educación ayuda a construir la identidad, a motivar el propósito y a potenciar los recursos cognitivos, emocionales y sociales de los chicos, más allá de los contenidos. Es la educación la que genera mejores condiciones de justicia, porque educar evita la necesidad de castigar. Hoy esa falta de educación nos permite ver que los delitos son cometidos por menores cada vez más chicos, muchas veces inducidos por mayores.
Por otra parte, es vergonzoso el silencio de muchos medios, organizaciones y centros de estudiantes universitarios sobre esta problemática. Muchos, permanecen callados, adormecidos, acatando órdenes. Como expresara Jean Paul Sartre: “Cada palabra tiene consecuencias, cada silencio también…”
Los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en el mundo a finales de esta década y tres de cada diez personas tendrá un trastorno mental a lo largo de su vida.