En una reunión del bloque de Unión por la Patria que tuvo lugar la misma mañana en que comenzó el tratamiento en el recinto de malograda la ley ómnibus, el diputado nacional y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, avisó a sus compañeros de ruta que comenzaría a presentar proyectos para compensar las pérdidas de las provincias por los recortes de “la motosierra” de Javier Milei.
Forma parte de una estrategia coordinada con su madre, la ex presidenta Cristina Kirchner, quien sostiene la necesidad de recuperar el diálogo con los gobernadores de distinto signo político y generar un polo antidolarizador que le ponga una barrera a la pretensión del Poder Ejecutivo de cruzar ese punto de no retorno en materia monetaria.
En su carta, la ex vicepresidenta deja traslucir su preocupación por una pronta aplicación de un plan de dolarización de la economía, basándose en el análisis que le trasmitieron economistas de su entorno.
Máximo Kirchner actúa como su fiel lugarteniente en la Cámara de Diputados. El primer movimiento lo hizo el 26 de diciembre pasado, cuando presentó un proyecto para la creación del Fondo Federal para el Desarrollo Nacional que se financie con la recaudación de un porcentaje de las retenciones a la soja.
Esta iniciativa tiene como antecedente el “Fondo Federal Solidario", conocido como “fondo sojero”, creado por su madre en el año 2009 y por medio del cual se concretaron nutrida cantidad de proyectos de obra pública en todo el país.
Este fondo sojero fue derogado por Mauricio Macri a mediados de 2018, y ahora el kirchnerismo busca reeditar esa experiencia que considera que dio buenos resultados.
Las alternativas para devolver equilibrio a las cuentas provinciales que se sopesaron fueron la de buscar algún pacto fiscal que coparticipe el impuesto PAIS o el impuesto al cheque, pero ninguna de estas dos opciones convenció a la ex jefe de Estado.
Cristina Kirchner conjetura que el impuesto PAIS será dado de baja hacia fin de año cuando el Gobierno logre una mayor convergencia de los tipos de cambio, mientras que la utilidad y conveniencia de coparticipar el impuesto al cheque depende del volumen de recaudación.
En una economía en franca caída, la cosecha de ingresos por este tributo -estima- será flaca y no llegará ni de asomo a cubrir las necesidades de las provincias.
En cambio, gravar un porcentaje de las retenciones a la soja, que dependen de la cotización internacional de ese commodity, garantiza un flujo constante y suficiente de recursos.
El segundo gesto para socorrer a las provincias en el actual cuadro de emergencia lo dio Kirchner al ingresar un proyecto para renovar el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID) que el Gobierno dejó caer sin prorrogar el pasado 31 de diciembre.
Esta sustracción de partidas cuya transferencia a las provincias estaba prevista presupuestariamente pone en vilo el comienzo de clases a días del inicio del ciclo lectivo en todas las jurisdicciones.
Los gobernadores aducen que no tuvieron tiempo para acomodarse a esta pérdida de recursos que los tomó por sorpresa, y que no podrán hacerse cargo del pago completo de los sueldos docentes.
Los sindicatos docentes, en tanto, se declararon en estado de alerta y en pie de guerra y amenazan con no iniciar clases si no tienen garantizadas sus remuneraciones.
La propuesta del jefe del PJ bonaerense, que tiene el apoyo del gobernador Axel Kicillof, es que el FONID sea incluido anualmente en la partida presupuestaria destinada al Ministerio de Capital Humano o la repartición en la que en el futuro tome como nombre esta estructura.
Para Kirchner, la eliminación del FONID “no es castigar a los gobernadores, sino perjudicar a todos los argentinos”.
La idea de madre e hijo es aglutinar masa crítica y encontrar puntos de contacto con las fuerzas provinciales, rompiendo ese apotegma de que “nadie quiere quedar pegado al kirchnerismo”.
Por lo pronto, Kirchner y Kicillof ya hicieron “buenas migas” con los cordobeses de Hacemos Coalición Federal, a quienes durante el debate de la ley ómnibus apoyaron en la propuesta del gobernador Martín Llaryora de avanzar en la coparticipación del impuesto PAIS, aún a sabiendas de que esto sería “pan para hoy y hambre para mañana” por la probable pronta eliminación de este tributo por parte del Gobierno nacional.
A cambio, los cordobeses le quitaron apoyo al oficialismo para la delegación de algunas facultades y estaban dispuestos a rechazar el capítulo de privatizaciones, así como también la toma de deuda en moneda extranjera sin intervención del Congreso.
Ante la permanente denostación pública que Milei practica constantemente hacia los gobernadores, el kirchnerismo busca construir política desde el diálogo y la presentación de proyectos de ley que sean de interés para los oficialismos provinciales.