Es evidente que las computadoras de “Raúl Reyes” requisadas tras la muerte de éste en la frontera colombo-ecuatoriana, el pasado 1º de marzo, continúan vomitando una interesante carga de documentos, fotografías y correos electrónicos de tal magnitud informativa que les está haciendo la vida imposible a varios gobernantes, funcionarios y políticos sudamericanos. A quienes, dicho sea de paso, ya ni hace falta mencionar. Y esto recién comienza, ya que cuando la Interpol termine de concretar el análisis total del contenido de esas computadoras, se caerá la estantería en no pocos despachos oficiales. Y quizás algo más que la estantería.

Manuel “Tiro Fijo” Marulanda, líder de las FARC

    Algo de lo que fue apareciendo en las laptops de “Reyes” lo hemos adelantado en un reciente artículo, y ahora estamos en condiciones de aportar algunos detalles más. Por ejemplo, la presencia de miembros de la banda separatista vasca ETA en Ecuador, en los precisos momentos en que “Raúl Reyes” hacía turismo-aventura en sus selvas, y  fotografías, también alojadas en las computadoras-estrella del momento, que muestran a dos de los etarras muy campantes en lo que parece ser, casualmente, un campamento. Por lo visto, el finado “número dos” de las FARC era aficionado a fotografiar a cuanto amigo se acercara a sus asentamientos, haciendo caso omiso a lo que dictan las leyes de la prudencia o bien pensando que sus archivos eran inviolables.
    Los miembros de la ETA que aparecen en la fotografía son Walter Wendelin e Iñaki Gil de San Vicente, y ambos habían participado además en el Congreso Bolivariano que pocos días antes se había realizado en la capital ecuatoriana, Quito, que reunió a militantes de diversas agrupaciones marxistas de distintos países latinoamericanos, y que parece haber sido algo más que un simple encuentro para cambiar impresiones. A ese Congreso también concurrieron los jóvenes chilenos cuyas fotografías aportamos en aquel artículo anterior y varios mexicanos, algunos de ellos muertos en el ataque al campamento que acabó con “Reyes”.
    Volviendo a los etarras y según consignó el diario colombiano “El Tiempo”, Walter Wendelin es representante en América Latina de Batasuna, un partido nacionalista vasco ilegalizado en España, aunque no en Francia, que tiene entre sus objetivos prioritarios la creación de un estado socialista y que además es considerado el brazo político de la ETA. Por su parte, Iñaki Gil de San Vicente es miembro de la Red Vasca Roja, una organización que difunde información sobre partidos comunistas y organizaciones “alternativas” de todo el mundo.
    Según “El Tiempo”, ambos eran seguidos por la policía ecuatoriana desde que Gil de San Vicente había sido visualizado en una calle de Quito a mediados de enero último. Al detectar ambos que eran controlados, imprevistamente se hicieron humo y sólo se volvió a saberse de ellos cuando aparecieron las fotos, publicadas por el diario colombiano y por el FBI, en una de las computadoras de “Raúl Reyes”.
    Respecto de Wendelin se sabe, de acuerdo con una agencia de inteligencia internacional, que prestó sus servicios al gobierno sandinista en Nicaragua, entre 1988 y 1990 —precisamente la época en que los sandinistas refugiaban allí a terroristas de diversos orígenes, entre ellos al fallecido jefe del argentino Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) Enrique Gorriarán Merlo, quien desde allí fundó el Movimiento Todos por la Patria (MTP) que volvió a las andadas en el copamiento del cuartel de La Tablada, en los suburbios de Buenos Aires, en enero de 1989—, y que actualmente se dedica a viajar por Sudamérica haciendo “contactos”. De acuerdo a registros migratorios, Wendelin estuvo el año 2007 en Venezuela, México, Bolivia y Argentina.
    Las preguntas que se están haciendo analistas de inteligencia de distintos países giran en torno a qué tenían que ver los dos etarras con “Reyes”, si estuvieron en el campamento atacado y, de ser así, si lograron escapar antes o durante el bombardeo.

La foto encontrada en una de las laptops de “Reyes”. A la izquierda Walter Wendelin, a su lado Iñaki Gil de San Vicente

Enero en Bucarest

    Otro de los datos que salió a la luz desde las laptops de “Raúl Reyes” fue el interés de las FARC por conseguir uranio, y en tal sentido pudo verse una comunicación, de algunos meses atrás, de uno de los jefes guerrilleros a “Reyes” notificándole la posibilidad de conseguirlo.
    Ahora ha surgido un informe del periodista irlandés Gordon Thomas, a quien se lo conoce como de fácil acceso a fuentes de inteligencia occidentales, en el que señala que dos meses antes de ir a reunirse con sus ancestros “Raúl Reyes” estuvo en Bucarest, con pasaporte venezolano.
    Según Thomas, agentes del servicio de inteligencia británico MI-6 establecieron que “Reyes” efectivamente hizo una visita clandestina en enero último a Bucarest, bajo nombre falso y pasaporte venezolano, para negociar la compra de una cantidad de uranio suficiente como para poder construir una “bomba sucia”. Así se designa a un explosivo que, aún sin demasiado poder destructivo pero conteniendo uranio, puede contaminar con radiactividad una considerable zona en el blanco designado, con los consiguientes daños y el pánico que causaría.
    Con ese cometido “Reyes” se reunió en Bucarest con un alto miembro de la Orden del Sol Naciente, una organización criminal liderada por Semion Yukovich Mogilevich, a quienes los británicos definen como “uno de los criminales más peligrosos del mundo”. Este polifacético delincuente, especializado en “negocios” como prostitución, drogas y tráfico de personas, tiene órdenes de arresto expedidas por Estados Unidos y algunos países europeos. Pero parece que Semion decidió hace algún tiempo incursionar en el terreno explotado en los últimos años también por la mafia rusa: el tráfico de material radiactivo.

 
Semion Yukovich Mogilevich

    Desde la disolución de la Unión Soviética en 1990, la Orden del Sol Naciente desarrolló lo que el MI-6 llama “una relación de trabajo con Al Qaeda”, y se conoce además que la organización comandada por Osama Bin Laden ha establecido su presencia en Venezuela y otros países latinoamericanos gobernados por la izquierda populista, tal como consignáramos  en nuestro informe de hace algunos meses sobre la presencia del fundamentalismo islámico en América Latina.
    Fue precisamente la conexión entre Al Qaeda y la Orden del Sol Naciente lo que alertó a los agentes del MI-6 estacionados en Bucarest de que las FARC estaban listas para comprar “cierta cantidad de uranio” para fabricar “bombas sucias”.
    El viaje al infierno emprendido por “Raúl Reyes” el 1º de marzo pasado en la frontera colombo-ecuatoriana abortó ese proyecto. O al menos lo demoró.

Carlos Machado