Como consecuencia de las acusaciones expresadas en la concentración del martes 1º de abril próximo pasado por la presidenta Cristina Fernández, la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA), difundió ayer un comunicado donde expresó ".... preocupación por el creciente clima de suspicacias oficiales hacia la labor de la prensa".
El título del comunicado las suspicacias oficiales remarca que ese clima "se ha exteriorizado en las últimas horas con acusaciones infundadas desde el más alto nivel de conducción del país", en alusión, entre otras, a las críticas de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y de las amenazas sufridas el martes 27 por el gremio de camioneros que lidera de Hugo Moyano hacia el grupo Clarín.
Dicha entidad sostiene que "adjudicarle inspiración golpista a la labor de algunos colegas y calificar de mensaje cuasi mafioso una caricatura en alusión a la de Hermenegildo Sábat, en Clarín, donde se ve a la presidente con tiras cruzadas que le tapan la boca, constituyen muestras de una intolerancia que urge superar".
Por otra parte, destacan que "se trata de una interpretación extrema de noticias y opiniones periodísticas expuestas sin otro propósito que reflejar la realidad".
Expresan asimismo que así lo exigen el respeto al público y su derecho a estar informado, la comprensión del rol de la prensa en el sistema democrático y "la salud de una Republica cansada de desencuentros que no podrán desterrarse con altisonancias".
Esto permite refrendar la realidad de las conclusiones a las que se arribaron a través de la asamblea que la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) realizó el domingo 30 de marzo en Caracas. Allí se demostró la falta de libertad de prensa no sólo en nuestro país, sino también en Paraguay, Venezuela, México, etc.
Porque, más allá del color político que un medio periodístico practique, es necesaria la expresión en absoluta libertad y con total independencia, con reflejo de una realidad que es cierta, concreta y con existencia de opinión, crítica y disidencia en ejercicio pleno de todo país democrático.
Graciela Catalán Álvarez