En momentos en que recrudecen las críticas al gobierno de Javier Milei por lo que “todavía no ha logrado” (sic), muchos políticos profesionales y sus usinas periodísticas favoritas omiten cualquier mención a los aciertos de quienes están cambiando la cultura popular respecto de la antinomia entre austeridad y dispendio.
Evitan así cualquier confrontación con formas de conciencia que no deberían someterse jamás a condicionamientos temporales, probando que son seres a quienes no les importa nada que pueda moverlos de una prédica de “magister dixit” con la que nos han martillado el cerebro durante años.
Montaigne hizo en su tiempo un aporte al debate de ideas, que es necesario más allá de los conceptos meramente “resultadistas” de la política, mediante la exaltación del examen de la realidad.
Lejos de la intolerancia y del fanatismo, concedía a la duda una posibilidad para moderar cualquier sentencia, desconfiando de ciertas “recetas” de un pensamiento mágico de brujería, con el que, en nuestro caso, hemos mantenido inalterable un statu quo que nos llevó a la miseria y la desesperanza.
La banalización de algunos conceptos básicos que versan sobre lo deseable y lo posible, la obscenidad y la abstinencia, la modernidad y la rutina del fracaso, han sido cultivados hasta el hartazgo por falsos profetas que propiciaron con sus prédicas una suerte de pensamiento francamente “involutivo”.
Y el sostenimiento de una decadencia alimentada por los intereses de quienes lucraron por años con las mismas consignas falsas respecto de una “distribución” de lo que jamás hubo en la abundancia pretendida, usando una larga lista de argumentos que probarían, supuestamente, la inconveniencia de intentar un cambio que convertiría nuestra vida en una tragedia, sin explicar en detalle en qué consistiría la misma.
“La obscenidad de este comportamiento discursivo se funda en dos mitos previos, uno de carácter objetivo y otro subjetivo: el objeto irresistible y la validez universal de ciertos fantasmas privados”, señala Savater. Y agrega: “según el primero de ellos, existen ciertas imágenes, posturas, palabras, sonidos, aromas, sustancias, cuya aparición busca aniquilar las débiles defensas humanas frente al avasallamiento terrible del MAL”.
Esta forma de ser no les ha permitido coquetear impunemente con las evidencias de la naturaleza y la realidad, por lo que hoy resbalan por una pendiente que se los terminará tragando por una inercia inexorable, cuyos resultados devinieron en un fracaso colectivo evidente.
Quienes creemos que un cambio es posible -sostenidos por el sentido común-, debemos fortalecer la apuesta libertaria que se nos ofrece aunque sea algo imperfecta, ajustando nuestra conducta personal de cada día, para dar apoyo a la concreción de un escenario diferente de una realidad que hace rato espera a que entremos en razón.
A buen entendedor, pocas palabras.
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Suponiendo que el presidente obtenga su ansiado deficit cero y superavit fiscal.cero,despues de tantos desvelos y esfuerzo personal. Para entonces será tan poco agraciado, tan pesado, grosero y odioso con sus modos brutales de ser, mostrando su poca educación, su agresividad verbal y su lenguaje cloacal, que la gente pueda sentir alivios monetarios, pero no ya simpatías y respeto por quien nos sabe faltar el respeto a todos, a diario. Seria genial que un equipo de relaciones humanas, básica cortesia y formas de encarar el lenguaje, le enseñara y lo educara a controlarse mejor y a saber relacionarse con humanos, no como lo sabe hacer con los perros. Los humanos aún caminamos a dos patas, los que el acostumbra a tratar, caminan en cuatro. Es cuestión de ponerse a sumar y ver como y con quienes es que hay que hacer mas tiempo el necesario trato..
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El texto refleja un análisis crítico sobre la situación política actual en Argentina, particularmente en relación con el gobierno de Javier Milei. Se plantea que, en medio de las críticas a su gestión, muchos actores políticos y medios de comunicación ignoran los aspectos positivos de los cambios culturales que se están produciendo, especialmente en la percepción sobre austeridad y gasto público. El autor menciona a Montaigne como una figura que promovía el examen crítico de la realidad, sugiriendo que el debate de ideas es fundamental y que la duda debe ser parte del análisis político, en contraposición al fanatismo y la intolerancia. Se critica la forma en que se ha banalizado la discusión sobre conceptos esenciales y se cuestiona la narrativa de aquellos que han perpetuado un statu quo perjudicial. Además, se hace referencia a la necesidad de romper con mitos y fantasmas que impiden una evaluación objetiva de la realidad, advirtiendo que la inercia de estas creencias está llevando a un fracaso colectivo. Finalmente, se hace un llamado a quienes creen en un cambio posible a apoyar este proceso, aun con sus imperfecciones, sugiriendo que el sentido común debe guiar la acción para lograr un escenario diferente. En esencia, el texto defiende la importancia del pensamiento crítico y la apertura al cambio en un contexto de crisis. .
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2. El texto presenta una serie de afirmaciones que, aunque pueden resonar con algunos, carecen de un análisis riguroso y son excesivamente simplistas en su crítica a la oposición política y mediática. Primero, parece ignorar el contexto complejo en el que se encuentra el gobierno de Javier Milei. Afirmar que los críticos omiten los aciertos es una generalización que minimiza las preocupaciones legítimas sobre políticas que pueden afectar la vida de muchas personas. Además, la referencia a Montaigne y su exaltación del examen de la realidad sugiere que el autor no aplica ese mismo principio a su propio argumento. La falta de un análisis detallado de los resultados de las políticas implementadas por Milei y su gobierno, así como de las consecuencias que estas podrían acarrear, es una omisión significativa. Esto refuerza la idea de que el texto está más interesado en promover una ideología que en participar en un debate constructivo. El lenguaje utilizado también es problemático. Términos como "falsos profetas" y "pensamiento involutivo" no solo son despectivos, sino que también evitan el diálogo. Al demonizar a la oposición, el texto se aleja de una discusión racional y empática, que es necesaria en tiempos de polarización. Finalmente, la conclusión sobre la necesidad de "fortalecer la apuesta libertaria" resulta poco concreta y poco práctica. Proponer un cambio sin un marco claro o alternativas viables parece más un llamado a la fe ciega en una ideología que a una solución pragmática a los problemas reales que enfrenta el país. En resumen, el texto carece de un análisis profundo, promueve una visión simplista de la realidad política y utiliza un lenguaje divisivo que no contribuye a un debate constructivo. .. .
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Milei NO puede mostrar titulo universitario, nunca lo hizo y cuando se lo piden se niega.
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El asunto es que aunque haya deficit fiscal cero , superavit fiscal e inflacion minima,la gente no se va a enterar..Su situacion economica,causada por el plan mas salvaje e inhumano que se tenga memoria, no va a cambiar.Habra quedado sin ahorros,sin trabajo,sin negocio,sin futuro.. Estaran en el fondo del pozo,integrando el 70% de pobres e indigentes,que es lo que el gobierno aspira.
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