Ficha Técnica:
Dirección: Wong Kar Wai
Actuación: Ed (I) Harris, Jude Law , Tim Roth , David Strathairn, Norah Jones,
Natalie Portman, Rachel Weisz.
Origen: EE.UU – Co-Producción franco-china.
Año: 2008 - Género: Comedia Romántica.
Guión: Wong Kar Wai y Lawrence Block. Fotografía: Darius Khondji. Música: Ry
Cooder. Edición y diseño de producción: William Chang. Distribuidora:
Distribution Company. Duración: 93 minutos. Apta para mayores de 13 años.
Duración: 90 mts
Este film, tal como indicó el propio director Wong Kar Wai (WKW), es una
exploración en largometraje de su corto de 6 minutos In the Mood for Love (2001), pero con el aporte del veterano escritor Lawrence Block. El cine de
autor del respetado director chino conquista, mediante una estética sui géneris,
a espectadores de oriente y occidente. Todo un logro por cierto.
El Sabor de la Noche está estructurada en tres partes: New York, Menphis, y Las
Vegas. Es el raid a campo traviesa que propone en su debut cinematográfico, la
cantante Norah Jones, como Elizabeth. La protagonista, Liza, abre la
narración, con el cruce de calle más largo de su vida. Es la calle que la separa
del sitio donde está su novio. Atravesarla será el disparador argumental de la
historia.
El fin de una relación sentimental, no significa necesariamente el fracaso. Es
una experiencia que potencia los proyectos de vida. Tras la ruptura, Elizabeth
es lanzada a la conquista de nuevas experiencias y, al mismo tiempo, es testigo
preferencial de historias de amor, soledad y sinsabores.
Jeremy (Jude Law), propietario de un motel-merendero, al que Liza toma como
confidente, es el otro narrador omnipresente. Siendo la tarta de arándonos —el
postre dilecto que este prepara— un mediador de confesiones a corazón abierto.
Liza mientras realiza su largo periplo, trabaja de moza. Lo hace en doble turno,
todo este esfuerzo por la compra de un automóvil.
Los destinos que tendrá la protagonista en su recorrido geográfico, le servirá
para ir forjando su personalidad. Su a priori moral es creer y confiar en los
demás.
Pero pronto la duda incursionará en este aspecto: conocerá a una mujer adicta a
los juegos de azar (una profesional de los naipes) encarnada por la actriz
Natalie Portman. Con ella vivirá una fantasía, el de conducir el lujoso Jaguar
de su amiga de ruta. La lección aprendida es la desconfianza ante sus
interlocutores. Dudar y someter el juicio a las evidencias será su nuevo
anclaje.
La apertura de las distintas historias, están bien definida. Separadas por
compartimientos estancos, indican claramente al espectador la división de los
espacios-tiempos y el cambio de la intensidad estética de las disímiles
narraciones.
La película, desde la visualización de su formato, es brillante. El público se
deleita con el pulso exquisito de WKW, potenciado por la resignificación de la
fotografía de Darius Khondji. La coloratura de la imagen es explotada en todo su
perímetro. Las formas y las texturas abren y colapsan las principales escenas.
La semiología de la imagen ilustra en continuo al campo visual, en apertura
generosa.
La película alcanza su mayor tensión, con la entronización en el escenario de
un policía beodo, interpretado magníficamente por David Strathairn. El agente
del orden, vivirá intensamente una relación tortuosa con su ex esposa (encarnada
por Rachel Weisz.). Con este personaje, Liza tendrá jugosos intercambios
verbales, que signarán su ética aplicada al futuro.
WKW atravesó felizmente el cambio que significó salir de Hong Kong, y disputar
de igual a igual a laureados directores europeos y americanos. Bucea en una
estética intimista, costumbrista y burguesa, que traduce en lenguaje sencillo lo
complejo —su mascarón de batalla— y es a la vez su estigma. Usar pero no
abusar —axioma latino— debe ser tenido en cuenta por Wong. Clichés y manierismos
reiterados (como muletillas de impronta autorial) logran objetivos, pero
encuadran y cansan. El desafío por delante, será sin dudas, el no caer en
lugares y escenas comunes, en lo ya visto. Lo cual diluye los meritos alcanzados. La resolución de este conflicto, nos dirá si estamos ante un gran
creador y director de fama internacional, o un hombre que intentó y no pudo.
El conjunto de estas narraciones, por separado, tienen un nexo conductor que las
une y las pone en paralelo. La correspondencia epistolar que Liza mantiene con
su amigo Jeremy conforman la historia matriz, el fin de un evento, que abre
comienzo a otro nuevo. Sin maletas del pasado, que interfieran en el futuro, la
posibilidad del nuevo amor está latente. Incluso ahí, donde el compañerismo
aleatorio del merendero, insinúa algo más.
Gustavo Contarelli
Puntaje del film: 4 Tribunas (Buena)
Referencias:
5 Tribunas: excelente/imperdible
4 Tribunas: buena
3 Tribunas: correcta
2 Tribunas: regular
1 Tribuna: mala/pésima