En un oportuno golpe de efecto, el
ministro de Trabajo, Carlos Tomada, anunció anoche que el nuevo salario mínimo y
vital será de 1.200 pesos desde el 1º de agosto y de 1.240 en diciembre, lo que
en un principio beneficiará a casi 300 mil personas no comprendidas en convenios
colectivos de trabajo.
Según cuenta la obsecuente agencia Télam, "Tomada
indicó que el nuevo piso salarial 'ha sido fruto de un trabajo profundo de cinco
años consecutivos' y adelantó que todos los sectores productivos afrontan 'el
gran desafío de mejorar la distribución del ingreso en el país, en un marco de
democracia'."
El ministro aseguró algo insólito: que ese piso mínimo
beneficia especialmente a los trabajadores no comprendidos en convenios
colectivos.
A su vez, el secretario general de la CGT, el camionero
Hugo Moyano, afirmó que "el porcentaje de aumento del mínimo oscila en el 27 por
ciento". El sindicalista destacó que "las cuatro comisiones del Consejo
continuarán funcionando, por lo que la CGT planteará un aumento de las
asignaciones familiares y su pago universal y, fundamentalmente, la eliminación
de la tablita Machinea", esto último en obvia referencia al impuesto a
las Ganancias que pagan quienes se desempeñan en relación de depndencia.
En el mismo sentido se pronunció el oscuro dirigente
mercantil y de la CGT, Armando Cavalieri, quien aseguró que las distintas
comisiones del Consejo del Salario Mínimo analizarán desde la semana próxima
como "prioridad uno" la movilidad jubilatoria. Esas otras comisiones, además
de la del Salario Mínimo, son las de Empleo, Formación Profesional y
Productividad.
Cavalieri indicó en declaraciones a Télam que también
las comisiones analizarán la posibilidad de establecer "asignaciones familiares
sin límites y la eliminación de la tablita Machinea".
"Lo importante de la reunión es que participaron todos los
sectores productivos del país, es decir, la industria, el comercio, los bancos y
el propio campo", afirmó Cavalieri sin ponerse colorado.
Desde muy temprano los dirigentes de la CGT y de la CTA
participaron en diversas reuniones con las entidades empresarias para intentar
alcanzar consensos, y hubo varios paréntesis.
La CGT y la totalidad de las organizaciones empresarias
acordaron ayer el nuevo mínimo con la abstención de la CTA, que lo hizo a través
de sus delegados titulares Hugo Yasky, Pedro Wasiejko y Pablo Micheli, quienes
reclamaron 1.572 pesos.
El asesor letrado de la CTA, Horacio Meguira, aseguró que
ese valor "no refleja el real aumento inflacionario" e indicó que "el acuerdo en
el pleno del Consejo obstaculizó cualquier forma de aumento salarial" y fue
inferior a lo pactado "en los convenios".
"Ese valor pagadero en dos cuotas representa una cifra o
monto nominal absurdo, ya que no cumple con la posibilidad de distribuir justa y
equitativamente la riqueza, además de ser una fotografía cabal y absoluta de la
realidad del poder adquisitivo", afirmó.
Por último, el abogado laboralista de la CTA indicó que "ha
llamado poderosamente la atención el voto afirmativo de las entidades
agropecuarias para establecer este nuevo mínimo, ya que constituye todo un
mensaje y una simbología política", concluyó.
Por la CGT concurrieron al encuentro en Trabajo Moyano, Juan
Belén, Gerardo Martínez, Gerónimo Venegas, Andrés Rodríguez, José Pedraza,
Héctor Daer, Oscar Lescano, Juan José Zanola, Cavalieri, Roberto Fernández, Omar
Viviani y José Rodríguez.
Por los empresarios lo hicieron Daniel Funes De Rioja, Juan
Sacco, Juan Etala, Ricardo Güell, Horacio Martínez, Luciano Miguens, Eduardo
Buzzi, Mario Llambías, Fernando Gioino, Ovidio Bolo, Jorge Alvarez, Osvaldo
Cornide, Carlos Wagner, Jorge Brito, Adelmo Gabbi y Francisco Dos Reis.
Ana Grillo