"El gobierno tiene que apuntar a una mayor interacción internacional y mucha búsqueda de consenso local", afirmó un ex funcionario de los Kirchner, que conserva fuertes lazos con la administración de Cristina Fernández, al referirse a la posición que la Casa Rosada debe tener ante la crisis internacional.

    "¿No será el momento oportuno para que Cristina se siente con la oposición para consensuar cómo campear este temporal?", propuso un dirigente kirchnerista, sentado a la misma mesa con el ex funcionario. "Eso es demasiado ideal", agregó un legislador de la oposición.

    El gobierno de Cristina Fernández es incapaz, al menos por ahora, de establecer una convivencia con la oposición que permita concretar consensos básicos o, como suele denominarse, políticas de Estado.

    No es necesario mirar hacia Washington o a cualquier capital europea. Con observar el modelo de consenso de Brasil o de Chile, basta para saber lo lejos de un "proyecto país" que están los dirigentes políticos argentinos.

    Cristina Fernández y Elisa Carrió coinciden en que el diálogo oficialismo-oposición debe darse en el Parlamento. Sin embargo, la seriedad de un país y el proyecto de una Nación se mide a largo plazo, para lo cual, debe haber acuerdos sobre ejes básicos entre los referentes de las principales fuerzas.
    Y cuando la situación que se avecina, mas allá de las responsabilidades, tiene que ver con la recesión, la inestabilidad del empleo, la merma de la producción y la baja de los comodities, está mas que argumentada una reunión de esa índole.
    ¿Aceptaría la oposición una convocatoria de esa naturaleza? Al parecer, los personalismos no sólo habitan en el gobierno.
    Por estas horas, la Casa Rosada intenta instalar la candidatura de Néstor Kirchner en la provincia de Buenos Aires, ante la falta de eco en la posibilidad de que el gobernador Daniel Scioli pueda bajarse a la pelea por una banca, como propuso algún ultrakirchnerista.
    "Primero lo instalamos y después decidimos. Quien sabe si no está en Néstor la solución a este panorama", reflexionó un hombre cercano al matrimonio presidencial.
    Ese panorama está descripto por, apenas, un 30 por ciento de aceptación del oficialismo en el principal distrito. Muy lejos de casi los 50 puntos de Scioli, el año pasado. Pero el interrogante sobre el cual también se sostiene la candidatura del santacruceño es quiénes serán los rivales, dentro del propio Justicialismo.
    "Una cosa es De Narvaez y otra si se suma Felipe Solá", opinó un experimentado dirigente del PJ provincial, otrora duhaldista. Por estas horas, ambos podrían ser candidatos por separado, o bien confluir en una misma fuerza. Juntos, especulan los peronistas anti K, "podrían reunir más de 20 puntos".
    No menos promisorio parece ser el panorama de la oposición en la provincia, ya que Margarita Stolbizer, a veces referente de la Coalición Cívica y otras líder del GEN, aspira a mejorar su performance en las elecciones de 2007, cuando obtuvo alrededor de 17 puntos.
    No obstante, Stolbizer parece construir su propio espacio, el GEN. Dicen que días atrás le dieron a elegir entre Elisa Carrió y el Partido Socialista como aliados, y Stolbizer se pronunció por el PS. "No me gusta que Carrió diga que soy su candidata", dicen que dijo la ex dirigente radical, muy cercana al santafesino Hermes Binner.
    Se sabe, que la conveniencia política y el oportunismo se harán presentes una vez más, en 2009. La pregunta es si de allí surgirá alguna propuesta, oficialista u opositora, que se consolide como alternativa de poder en 2011.

Walter Schmidt