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Carlos Heller

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¿CANDIDATO A PRUEBA DE ARCHIVOS?
¿CANDIDATO A PRUEBA DE ARCHIVOS?

El sitio Web del Partido Comunista de la Argentina festeja con albricias la designación de su mejor iniciado: “Carlos Heller encabezará la lista de Encuentro Popular para la Victoria” liderando la lista de candidatos a diputados del Frente para la Victoria de Capital Federal. Bajo la efigie del Che Guevara, una foto del banquero arengando desde el atril, acompaña a otra aún más simbólica, en la que se anuncian las “Reflexiones de Fidel”.

 

Hace sólo unos días atrás, desde su blog, el "hombre del banner" con la cara de bondad, “que resiste cualquier archivo” juraba que «…Es bueno aclarar que nunca fui ni tengo pensado ser candidato del kirchnerismo. Hace dos años fui candidato a vicejefe de gobierno, y me desgañité diciendo que una cosa es conformar un espacio que incluye al Kichnerismo, y otra es ese reduccionismo de “o se es kirchnerista o se es antikirchnerista”. En los hechos y no sólo en las palabras hemos demostrado que mantuvimos la identidad y desde allí seguimos trabajando para construir la alternativa que hemos denominado plural, democrática y popular y progresista. »

Sin embargo Carlos Salomón Heller resultó el candidato a diputado nacional Nº 1 en la Ciudad de Buenos Aires que apoya Néstor Kirchner. Según algunos, Amado Boudou, el renunciante titular de la ANSeS, quien financió la campaña con los fondos no sólo del ANSeS —ahora sus reservas son bonos a pagar en el año 2016 actualizados por el CER del INDEC— es el otro candidato, desde que Jorge Telerman, rechazó el convite kirchnerista. Lo acompañará el ex ministro de Educación de Aníbal Ibarra en el gobierno de Buenos Aires, el Licenciado en Sociología —graduado de FLACSO— Daniel Filmus.

Pero Néstor Kirchner logró disuadirlo. La psiquiatría registra la paranoia como una anomalía según la cual —quien la padece— cree que el mundo entero ha nacido para admirarlo y bendecirlo, sin sombras de reproches ni la señalización de errores cometidos, porque el paranoico no los tiene. No se puede disentir con Kirchner ni éste puede perder una elección intermedia. De allí su desesperación de gastar miles de millones en la campaña. La ciencia de la moral nos acerca la explicación, para decirnos que el presidente de facto es un hombre inferior, dominado por la vileza, la torpeza, y todos los modos constatables del resentimiento. Es, en suma, el fenotipo antropológico del cobarde.

Para él parecen escritas las palabras de Demóstenes a Esquines: “Elegiste una conducta política tal que en los momentos de suerte de la patria llevabas una vida de conejo, asustado y tembloroso, siempre en espera de golpes que sabías merecías por tus perfidias; en cambio en las desgracias de los demás, muestras a todos tu descaro”. Pero ningún acto de arrojo engalana su biografía de supuesto militante montonero. Sobran en cambio los de usura y codicia, oportunismo y vulgaridad.

La verdadera política obra exactamente en sentido contrario. Parte de los hechos —de la realidad— de las cosas como sustantivamente son, para hacer posible lo necesario, en orden al bien común completo. Que invariablemente supondrá el bienestar general pero subordinado a la virtud, y la virtud encaminada a la salvación. Esta es la arquitectura empírica de las sociedades que sólo podría ser viable en una patria concreta, si la conducción de sus destinos estuviera en manos de su personalidad más eminente, de su caudillo singular, de su varón de coraje, de inteligencia y de honor.

Uno de los principios básicos de la epistemología filosófica se refiere a la concatenación universal de los fenómenos y las cosas. En una palabra: “todo tiene que ver con todo”, y nada es casualidad. ¿Por qué, entonces, aquella mixtura discepoliana de Nacha Guevara con Heller, Filmus y otros exponentes de la anticultura y la falta de ética moral?

Tanto Salomón Heller como Daniel Filmus son confesional y políticamente iguales, pero no de procedencia nacional ni mucho menos peronista, y por ende tienen un sentido de la vida y de moral diferentes al de los argentinos.

Y no me voy a extender aquí sobre los orígenes y los objetivos de la FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales www.flacso.org.ar/), ni de la CUJA (“Campaña Unida Judeo Argentina” www.cuja.org.ar/), ni de la FJC (Federación Juvenil Comunista www.lafede.org.ar/), y tampoco la ICUF («Idisher Cultur Farband» o Federación de Entidades Culturales Judías, Lavalleja 182 (1414) Ciudad de Buenos Aires) porque este cronista terminaría siendo demandado ante el INADI, y seguramente este artículo desaparecería de la Web el mismo día de su publicación, como ya me ha sucedido con otro candidato. No viene al caso hablar de las vinculaciones ideológicas ni de la intervención de la Fundación Ford, ni de supuestas confabulaciones mundiales que tienden a hacer de éste, un territorio de alternativa para otra nación.

Sólo escribo este informe desinteresadamente de la política, ciencia que analizo desde afuera, con la seria advertencia que si el régimen sale victorioso de esta irrefrenable histeria por el poder, corremos el riesgo de caer en manos de los títeres más dóciles que el poder económico haya conseguido cooptar jamás.

Las políticas progres del candidato Heller fueron experimentadas hasta en un club de fútbol, cuando Heller logró fundir a Boca Juniors, entidad que tuvo que subastar a la Ciudad Deportiva que había concebido y llevado a cabo Alberto Jota Armando, desvaneciéndose así el esforzado aporte que por años se hiciera con el sacrificio de los socios. Tampoco el cooperativismo tiene un buen recuerdo de Heller, ni de su amigo, socio y camarada Norberto Laporta, que falleció rico —también con su “cara de bueno”— sin devolver los fondos del Hogar Obrero que les habían quitado a miles de ancianos que creparon en la indigencia por confiar en las apariencias. Si defraudó la buena fe de sus socios y clientes, ¿por qué creer que de pronto será un representante del pueblo más afinado?

Viejo colaborador de banqueros como Rubén Beraja, del Banco Patricios y de Sergio Spolsky, del Banco Mayo —que ahora controla los multimedios K. — los unía un pasado común en el ICUF y de la FEDE. Luego del desbande ideológico de la URSS, todavía hoy su hermano —Amado Heller— es un intelectual consecuente, de renombre en el Comité Central del Partido Comunista de Argentina.

Pero, en definitiva, en su lejana juventud todos eran militantes psicobolches: fanáticos admiradores de la URSS, y el utopismo de la esperanza colectiva, y la religiosidad del marxismo científico, donde las Sagradas Escrituras eran suplantadas por el materialismo dialéctico. Pero el régimen cayó y supieron olvidarse de los festivales del Teatro IFT y transformar sus inquietudes sociales de un mundo mejor, socialista, justo y solidario, para —prudentemente— acomodarse a la “realpolitik” de la globalización. Cuando el konsomol ya no les brindó ese marco social de protección utópico de la esperanza colectiva se arrimaron al peronismo local, que es multifacético, después de todo, de la mano de Carlos Saúl Menem.

Del 2001 hacia aquí, Heller terminó súbitamente enriquecido tras el golpe de estado institucional contra Fernando de la Rúa, multiplicando su fortuna cuando —primero— apoyó la devaluación asimétrica, y —seguidamente— se convirtió en asesor del presidente Duhalde para pesificar los depósitos en dólares de los ahorristas, a fin de sostener “el modelo productivo”. Su banca solidaria —en particular— devolvió a los premios aquellos ahorros, y luego de una infinidad de juicios que muchos no cobraron por haberse muerto antes de la sentencia. Con un Directorio de empleados, resulta ser prácticamente el único dueño de “la banca solidaria”. Y el Credicoop está eximido de pagar impuestos —como aparente cooperativa donde los “socios” son las víctimas— lo que constituye un negocio redondo para el banquero-candidato.

Eso sí, se convirtió en un entusiasta colaborador de Néstor Kirchner a partir de 2003 (Néstor y Cristina tampoco se casaron por ante la Iglesia), y siempre estuvo vinculado al poder y al lobbysmo K. Tanto es así que el gobierno lo desaferró de la causa que lo comprometía indirectamente por el crimen del barrabrava conocido como “el abuelo” y fue desvinculado de la imputación de “asociación ilícita”. Al mismo tiempo, Salomón Heller —quien fuera en su juventud lejana un furioso admirador de la dureza stalinismo soviético— ahora es el financista y administrador del Partido Comunista a través del Credicoop y del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos. Extraña alianza libertaria la de Verbitsky, Filmus, Kravetz y Heller… Su denominador común, remanente de aquella esperanza socialista, es… “impedir el avance de la derecha”.

El embajador Jorge Asís lo explica con suprema magnificencia denominándola: “El simulacro del gobierno revolucionario”.

Y lo define en forma espectacularmente clara: «Es la representación, sobreactuada convincentemente y parcial, de la causa, conceptualmente adueñada, de los derechos humanos. Con el corolario de los negocios indescifrables, para la facturación de indemnizaciones moralmente reiteradas. Con la previsible adicionalidad de la consolidación pecuniaria. Se impone, por lo tanto, la consecución del beneficio jurídico de la culpabilidad. Para facilitar, al menos, las reparaciones financieras que arrecian, en previsible multitud encadenada. Se explica entonces que la turbulencia del pasado aún ofrezca una caudalosa redituabilidad política. Significa también una alternativa de crecimiento económico. La oportunidad de hacer algún negocio, también, con los horrores de los crímenes del pasado. Debe evaluarse, en todo caso, que aún quedan inversiones de riesgo. Se invirtió, y con magnífica intensidad, en los riesgos de la militancia de ayer. Por lo tanto hay mucho que sacar, aún, del dolor situado en el fondo de la olla. En la práctica, sin embargo, la problemática funciona, para el jacobinismo, como el manto ideal. Sirve para el ocultamiento, al menos provisorio, del Sistema Recaudatorio de Acumulación.»

Porque el negocio de los desaparecidos no es ajeno a Heller. Repare el lector que el conocido y millonario listado de los cheques rechazados de Hebe Pastor de Bonafini pertenecen a estafas que la madre de Plaza de Mayo consumó con los cheques del Banco Credicoop, donde están radicados los activos líquidos de la Asociación de los pañuelos blancos. Por norma expresa del Banco Central de la República Argentina, hace rato que cualquier otra institución financiera ya le hubiera cerrado la cuenta.

Tal es el negocio del candidato que resiste cualquier archivo.

 

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