Señores Representantes:
(¡Y representantas!….. necesita aclarar y remarcar alguien, quizás desde el más profundo desconocimiento de su propia naturaleza, de lo que es realmente una
mujer…). Legisladores/legisladoras – diputados/diputadas - señores/señoras -
argentinos/argentinas - presidente/presidentA.
Y vale la pena exponerlo, expresarlo en palabras, antes de detallarles lo que
nos pasa, porque esta interpretación arbitraria sustentada por una
“psicopatología de género” perfectamente identificable con una sola “individuA”,
que no representa en absoluto al colectivo nacional, justamente se vincula de
manera directa con nuestros más profundos reclamos sociales.
¡Como si no fueran las mujeres, sobre todo las más humildes, las
más marginadas, las más desposeídas, las más postergadas, quienes más agallas
muestran cuando todo parece perdido!
¡Como si no fueran las mujeres las que más les ponen el pecho a las balas, las
que trabajan sin desfallecer, de sol a sol, cuando todo a su alrededor se
derrumba, y con un teson y una entereza sin límites son capaces de revertir aún
las situaciones más adversas!
¡Como si hicieran falta más pruebas que revelen su resistencia, su incansable
lucha, su inagotable paciencia!
Quien se sabe capaz, obra en consecuencia. No le hace falta interpretar todo el
tiempo papeles de heroína, mientras en su delirio imagina que la grandeza es
directamente proporcional a la frivolidad y en ese contexto supone que es
“admirada”… cuando lo que genera ese exactamente todo lo contrario…..
En fin… siga soñando señora…..que nosotros hace muchísimo tiempo que nos dimos
cuenta, (y le decimos una infidencia… en ese rol, a la mayoría de las
mujeres de este país, ni por asomo las representa…) [1]
Ahora sí,
señores representantes (género indistinto):
Si somos “los que ya no les creemos nada”, si tenemos que molestarnos en “hacer
todo esto”, si tenemos que dejar nuestras actividades habituales muchas veces
para movilizarnos, utilizar tiempo extra, “quejarnos” y hasta trasladarnos
siderales distancias en muchos casos para que se enteren de qué es lo que
realmente sentimos y pensamos, es sencillamente porque estamos hartos.
Hartos de hipocresía, hartos de tantas mentiras, hartos de que siempre supongan
que somos estúpidos y que no nos damos cuenta, por el solo hecho de que somos un
pueblo pacífico, paciente y tolerante a pesar de que nos cataloguen de “quejosos
crónicos, de protestadores incurables”.
Sin embargo, son millones “los deslices” que les dejamos pasar porque tenemos
que ocuparnos de nuestras obligaciones y no tenemos tiempo para recordarles más seguido que “siempre nos damos cuenta”, “que siempre los estamos observando”,
“que siempre entendemos la intencionalidad de sus actos, correctos e
incorrectos”.
Erróneamente piensan que adolecemos de “ignorancia” y en ese suponer incorrecto,
manipulan leyes, hacen dudosos acuerdos, negocian lo innegociable, y muchos de
ustedes hasta son capaces de vender su alma al diablo por dinero o favores
personales, aunque ello implique la puñalada trapera que nos asestan … pero no
se olviden, por favor señores representantes, que nunca estaremos muertos
siempre alguno de nosotros, se va a levantar de nuevo, y será la voz que encarne
nuestros más profundos anhelos de paz, de justicia, de equidad….. podemos perder
muchas batallas, pero la guerra, nunca la perdemos…..decir pueblo-todo-unido, es
invocar algo demasiado grande como para que nosotros a ustedes les tengamos
miedo.
Ya aprendimos que la justicia es ciega pero no en el sentido en que nos contaron
tradicionalmente, sino porque tiene la venda hecha de billetes, un revolver
sobre la cien empuñado por el poder político de turno, y no puede articular
fallos justos porque perdió, paradójicamente su sano juicio entre tanta
normativa absurda, colisionante e inequitativa
Tenemos muy claro que ser legislador es un muy buen negocio, se ganan buenas
dietas, se cuenta con el amparo de fueros, y una serie de prebendas más a las
que el resto de los ciudadanos pocas veces tenemos acceso: salud, seguridad,
buena educación, justicia….todos derechos inalienables que a nosotros, el
pueblo, nos son negados en aras de la conveniencia económica de los gobiernos de
turno. Eso sí, no vaya a ser que incurramos en el imperdonable pecado de
cuestionar el pago de nuestros impuestos cuando contamos con pruebas más que
contundentes de que esos recursos se destinan a cualquier cosa menos a solventar
nuestras necesidades básicas.
Tenemos claro además, que cada tanto nos obligan a hacer la pantomima del
sufragio, que nunca nos queda demasiado claro como resulta, pero termina
llevándolos a las bancas donde asumen jurando defender nuestros derechos y
representar nuestra voluntad, pero muy rara vez cumplen. Inclusive, muchos de
ustedes nos traicionan y se venden alevosamente cuando el gobierno de turno, con
un desparpajo indescriptible, lo vulnera todo con la billetera o cambio de
favores estratégicos solo afines a sus intereses personales.
Somos “los que ya no les creemos nada”, porque muchos de ustedes en sus burbujas
doradas probablemente no adviertan, que soplan vientos de cambio en las
profundidades del abismo….la conciencia está cambiando, ya no estamos dispuestos
a aguantar siempre lo mismo. Los fenómenos de los últimos tiempos así lo
atestiguan, y tantos y tan grotescos desatinos lograron despertar al gigante
dormido al que durante tanto tiempo sometieron a los peores flagelos. [1]
¿Cómo hay que expresarles ese dolor que taladra los huesos, que carcome el alma,
que atraviesa el corazón como una daga envenenada para que ustedes lo entiendan?
Ese dolor de los padres que entierran a sus hijos desnutridos, de familias
destruídas por perder de manera absurda en manos de la delincuencia —que
ustedes no detienen— a sus seres queridos; la lastimosa situación de la vejez
acreedora de prestaciones humillantes; quienes comen una vez al día con suerte —eso sí— de la basura; cada vez
más compatriotas durmiendo en las calles; los
que han perdido todo por catástrofes naturales y quedaron en el olvido, total
que les importa, ¡si ustedes no tienen ninguno de todos estos problemas!
Nuestra juventud precarizada, la droga y el alcohol destruyendo la vida de las
nuevas generaciones ¿o acaso hay que asegurarse de que no quede nadie porque el
agua y el alimento en el mundo resultan cada vez más insuficientes?; ¿y las
medidas preventivas contra la gripe A y el dengue?; ¿y el saqueo de nuestros
recursos naturales?; ¿y la aplastante realidad del desempleo?; ¿y los
medicamentos adulterados?.
“Los que ya no les creemos nada”, Señores Representantes quisiéramos saber de
donde sacaron la absurda idea de que están por encima del pueblo.. si el pueblo
también son ustedes!!!, ¿o acaso provienen del olimpo?
Si están ocupando esas bancas es nada más ni nada menos porque nosotros tenemos
otras ocupaciones y alguien tenía que hacerlo.
“Los que ya no les creemos nada” les pedimos que comprendan, de una vez y para
siempre, que el poder real es nuestro, poder que solo les delegamos por una
cuestión de carecer de tiempo que destinamos a nuestras ocupaciones en las que
ciertamente ganamos muchísimo menos, en las que no tenemos ningún privilegio, ni
prebendas especiales ni fueros.
Señores Representantes, “los que ya no les creemos nada”, queremos que trabajen
en serio y de una buena vez “representando” los intereses de sus
“representados”. Y por favor, no nos digan “que tienen muchas presiones”, porque
desde su calidad de vida resulta casi inadmisible.
¿O acaso no implican presiones sobrevivir con el hambre, con la injusticia, con
la inseguridad, con la droga, con el dolor insuperable de enterrar a nuestros
hijos, familiares, seres queridos todos los días, con la falta de asistencia
sanitaria, con la carencia de agua potable, con una economía herida de muerte en
su corazón: justamente el campo, con un mercado de trabajo discriminatorio, con
un desempleo en ascenso, con jubilaciones vergonzosas, con la inflación que se
pretende esconder con burdas maniobras infantiles, con los aumentos de tarifas,
con protestas todos los días de diferentes sectores que como nosotros están
hartos y en su impotencia cortan calles y rutas generando un caos que nos
complica más a todos?
Y lo que es peor….un gobierno corrupto desde lo más profundo de su esencia que
en el marco del discurso progresista no hay ley que no vulnere para provecho
propio y el de sus amigos, ante el que muchos de ustedes, a sabiendas y sin el
menor atisbo de vergüenza, se arrodillan suplicantes y renuncian hasta a su
dignidad, en una actuación por demás deplorable que nos arrastra a todos
nosotros, los que depositamos en ustedes la confianza votándolos. [1]
¿Acaso es tan difícil entender que los conceptos “terrorismo de Estado” y
“violación de los derechos humanos”, también es someter al pueblo a condiciones
indignas de supervivencia, a la venganza, a la humillación, a la manipulación de
datos oficiales, a las trampas electorales, al manejo discrecional de los
recursos públicos que en lugar de paliar la miseria se destinan exclusivamente a
satisfacer los caprichos de dos personas y su descendencia? [1]
Señores Representantes, “los que ya no les creemos nada” queremos saber si es
posible que por un minuto ejerciten la empatía.
¿Qué sentirían, pensarían y harían ustedes si por inversión de roles fueran los
representados y nosotros los representantes que no los representáramos?
¿Qué sentirían, pensarían y harían ustedes si en la inversión de roles,
hiciéramos caso omiso a sus reclamos y necesidades más urgentes? ¿Si nos
importara poco lo que a ustedes les pasa?
¿Son capaces de introspección?, ¿Son capaces de genuina autocrítica?, ¿son
capaces de tener la grandeza de admitir si verdaderamente son capaces?
Señores representantes, “los que ya no les creemos nada”, a pesar de todo,
quedamos a la espera de que con sus acciones futuras inmediatas nos prueben que
entendieron qué queremos, sencillamente esto.
Por favor, no se olviden que el gigante ya está despierto, se ha puesto de pie y
avanza directamente hacia ustedes.
Por favor, no se olviden de aquella famosa premisa: cuando el pueblo se harta,
hace tronar el escarmiento.
Nos humillaron, nos maltrataron, nos mintieron, nos saquearon, nos golpearon en
lo más bajo que es la vida y el futuro de nuestros hijos, en las posibilidades
de una vejez digna y tranquila para los últimos años de nuestros abuelos, nos
pisotearon sueños y esperanzas, nos robaron la fé, nos dividieron… aún así,
estamos, diciendo presente de nuevo, unidos en una sola voz, en un solo reclamo,
en una sola voluntad soberana
somos “el pueblo”. [1]
Señores representantes, les pedimos que escuchen porque ya se agotó este tiempo
y aquello que muchos no perciben se está gestando en medio de una pulsión nueva,
que emerge de lo más profundo de nuestra querida tierra, crece y asciende hacia
lo alto, plural de llama y fuego, ya nada detiene esta conciencia nueva,
queremos ser libres verdaderamente, en una sociedad equitativa y justa, con
igualdad de oportunidades para todos, ya estamos hartos de tanta humillación, de
que nos nieguen nuestros derechos, de que se prostituyan con el poder de turno y
nos arrastren a toda clase de sufrimientos solo en aras de sus miserables
ambiciones.
Nuestro compromiso es con nuestra dignidad y el futuro de nuestros hijos,
estamos dando batalla, por favor les pedimos, escuchen, eviten futuros hechos
luctuosos, funestos, porque ahora nada nos amedrenta y por nigún motivo
renunciaremos.
Nidia G. Osimani
[1] [Este artículo también me lo van a plagiar los blogs de Clarín y otros, como
hacen siempre, pero en fin… yo Nidia Osimani puedo crear cosas nuevas, ellos no
y por eso copian. A mi me daría mucha verguenza]