“Sólo hay un bien: el conocimiento. Sólo hay un  mal: la ignorancia” (Sócrates)

Pues bien, aquí voy de nuevo, y quiero referirme una vez más a la imperiosa necesidad de “separar la paja del trigo”. Es imprescindible no caer en las trampas mortales de lo que nos quieren hacer creer, aunque lamentablemente termine resultando lo más fácil.

Nadie en su sano juicio puede negar que “algo está muy mal” en el mundo que habitamos.

Nadie puede a estas alturas, rechazar la posibilidad de que existen contados ideólogos, algunos ejecutores y miles de millones de víctimas en torno a la trama de todo el quehacer humano sobre el planeta desde hace siglos.

Nadie puede ya negar que alguna vez no haya sentido, aunque más no sea intuitivamente, el malestar característico que precede al reconocimiento de saberse esclavo de un sistema inventado por otros, donde uno aparece como en paracaídas. Cuando entra en escena “todo ya está inventado”.

Y ese es el error precisamente, habernos creído lo que la elite quiso que creyéramos, que todo ya estaba “irreversiblemente” inventado, y con ese argumento, inclusive aquellos que “se dan cuenta cabal” del Plan Maestro y lo combaten desde hace años con investigación y discurso, lo plantean como que  “vamos hacia algo inexorablemente”, y ahí comienzan a enunciar su listado de catástrofes “inevitables”, que más que alertar, inducen a querer morirse.

Me satura y fastidia escuchar a profesionales a los que además admiro profundamente por su capacidad, pericia y trayectoria, “futurulogizando” si se me permite el neologismo por no encontrar uno mejor, sobre las terribles calamidades que esperan a la humanidad en pocos minutos, horas, días (que además serán eternos), como si ya no tuviéramos demasiados problemas por donde miremos.

Acordemos que a muchos, mostrar este escenario funesto les es de suma utilidad como estrategia marketinera. Acordemos que otros son tan proclives a los colores negro y rojo que cuanto más nefasto, sangriento y espectacular sea el relato, más fácilmente lo darán por verídico, el que a su vez transmitirán adicionándole su imaginación.

Finalmente, acordemos que otros se han blindado psíquicamente tan bien para volverse impermeables al dolor que les causaría el “darse cuenta” que cualquier acontecimiento, por más evidente que sea donde no queden dudas acerca de las motivaciones y sus autores, aún encontrando pruebas irrefutables, se las ingeniarán para negarlo y desacreditarlo, clasificándolo en el rubro “patrañas”.

Acerca del NOM existe hoy por hoy excesiva bibliografía, excesivos opinólogos, excesivos “intérpretes” de los opinólogos que sustentan sus argumentos en bibliografía para colmo, no demasiado confiable. Y, “afortunadamente” existen, quienes hablan de aquello que muy bien conocen, producto de vivencias personales, de una investigación científica seria y responsable, o de ambas. La cuestión entonces está en tener la mente abierta y los elementos de juicio necesarios como para poder advertir las diferencias, algunas sutiles, otras no tanto.

Partamos de la premisa que quienes se reúnen con el único propósito de planificar exhaustivamente guerras, hambrunas, epidemias, ataques terroristas, cómo  promover el consumo masivo de sustancias que enferman y matan a generaciones enteras, el tipo de publicidad que idiotizará más a la población, las catástrofes naturales que contribuirán junto con las demás acciones descriptas más arriba, a disminuir la cantidad de habitantes en el planeta en virtud de la escasez de los recursos, etc., deben estar mínimamente “algo” perturbados.

Y si nos ponemos a observar un poco, es fácil advertir que todos aquellos personajes “en aparente” poder  (justamente) del poder político, económico, religioso, de la seguridad, de la salud, de la educación, etc. en el mundo, transmiten algo que no suena demasiado “normalito”, por ponerlo en algún término.

Sin embargo, estos aparentes ostentadores del poder no son los que verdaderamente tienen el poder, sino que son meras marionetas utilizadas justamente por sus patologías, por aquellos que están en otro plano muy por encima.

Bueno, pero entonces ¿Quiénes son?

Existen desde mucho antes que tengamos registro de la historia. Son muy anteriores a cualquier cultura de las que reconocemos como más antiguas (Egipto, Grecia, Babilonia, etc.).

Su conocimiento, tan útil para lo bueno como para lo malo, ha sido además manipulado estratégicamente por todas las religiones, filosofías, ideologías, hasta constituír nuestra actualmente sólida “Torre de Babel”.

Quien haya estudiado religiones comparadas por ejemplo, puede corroborar fácilmente esto que digo, encontrando la misma simbología, los mismos rituales, las mismas narraciones acerca de la vida de sus líderes, la misma estructura básica en sus dogmas, el mismo mensaje subyacente, los mismos mitos, la misma metodología de persuasión.

¿Cuál es el elemento fundamental argumentado por las religiones, por ejemplo? El temor a un Dios, a su ira, en caso de que uno decida no cumplir su “supuesta” voluntad.

Para estar exento de su “venganza”, hay que seguir al pie de la letra lo que nos dicen quienes son sus “representantes” en la tierra.

¿Quién los designó?, no se sabe. Sí se sabe que son los que “el Poder” decide que lleguen ahí sencillamente porque son sus más fieles esclavos.

¿Cuál es el elemento fundamental argumentado por las sectas? El temor de que si no se cree en el “líder” sin cuestionar (al que además hay que pasarle por alto generalmente toda clase de “ínfimos defectitos personales” tales como violar niños, degollar mascotas y beberse la sangre oficiando una suerte de misa negra, obligar a sus “discípulos” a drogarse o a ser promiscuos o a cometer asesinatos puntuales porque así se los indicó Dios, obligar al suicidio masivo a su grey, etc.), uno definitivamente no se salvará.

¿Cuál es el elemento fundamental argumentado por los políticos que “siempre ganan las elecciones”?. El temor a que si ellos no llegan al cargo, nos morimos todos calcinados en el infierno mientras utilizan frases alusivas acerca de que ellos son “el cambio”.

¿Cómo influyen los medios de comunicación masiva? Por el miedo y la idiotización. ¿Cómo las agencias internacionales de seguridad planean un atentado terrorista? (si, leyó muy bien, dije: “¿Cómo las agencias internacionales de seguridad supuestas encargadas de combatirlos, planean un ataque terrorista?. Haciendo correr previas versiones a través de prestigiosísimas agencias de noticias de las cuales nadie dudaría, inoculando el miedo a modo de testeo para luego asestar el golpe que siempre tiene la misma característica, “paradójicamente” el efecto sorpresa.

¿Pero cómo, no era que lanzaban versiones del ataque  a modo de testeo? ¿y nadie se da cuenta?. En realidad sí, algunos se dan cuenta, el resto asiste al estreno de una película de terror donde salta de la butaca en los momentos más álgidos del film cuando aparece el monstruo en clara actitud de devorar a la chica y disfruta relajadamente de su pochoclo cuando la escena es romántica olvidando rápidamente el shock anterior y cayendo en el estado “idiostático” (estáticamente idiota) de siempre.

Como dije algunas veces, hay partes de la historia de la humanidad que no tienen una explicación racional como muchos pretenden, y que se suprime justamente de la versión oficial o se deforma, porque no se la puede hacer encajar en los modelos ortodoxos de argumentación.

Cuando esto ocurre, la misma ansiedad por encontrar respuestas que tiene el ser humano fuerza explicaciones que en una de esas podrían resultar próximas a la verdad o próximas al disparate, y como esta proximidad no se puede medir en virtud de arribar a conclusiones que no pueden ser comparadas con nada de lo conocido, quedan libradas a la libre interpretación.

Estas interpretaciones son tomadas por muchos audaces que las proclaman a los cuatro vientos y muchos ávidos las compran sin más.

Así nacen por ejemplo las versiones sobre los marcianitos verdes reptiloides que viven en el centro de la tierra, casta a la cual pertenecen por ejemplo, varias familias monárquicas europeas.

Ahora bien, ¿resulta muy descabellado suponer que este planeta alguna vez pudo haber sido habitado por seres de otros lugares del cosmos que en aquellos tiempos estaban en una etapa de su evolución tal como nosotros nos encontramos ahora?

¿No es verdad que científicos de diversas disciplinas han encontrado monumentos, construcciones arquitectónicas milenarias en diversas partes del globo, símbolos, deidades, lenguajes, etc., sin poder explicarse hasta hoy, con precisión como llegaron ahí, que significan en su totalidad, quienes las construyeron, qué tipo de material usaron, etc.? ¿No es cierto que la ciencia admite la existencia de realidades paralelas? Negar tremendas pruebas es estar tan desorientado como quien habla de los reptilitos verdes gelatinosos que adaptan formas humanas y son parientes de la Dinastía Windsor….

Como decía, es más que evidente que existen “inteligencias” (por darles un nombre) superiores que nos han precedido y vaya uno a saber por qué parte del cosmos andan ahora y haciendo qué. ¿Podemos pensar que son todos “buenos” (tal como nosotros entendemos ese término)?, ¿Podríamos evaluar la posibilidad de que nosotros, en nuestro estado actual de evolución, pudiéramos serles “útiles” para algo, del mismo modo que a nosotros nos son útiles otros reinos (vegetal, mineral, animal)?

Los humanos somos mortales ¿Qué es lo único inmortal hasta ahora?, los genes que se transmiten de generación en generación. Si hoy nuestra ciencia ha podido lograr manipulaciones genéticas con varios propósitos (no todos buenos, claro está. Pero sólo nos cuentan la parte de Heidi), ¿No es posible plantearse la existencia de humanidades superiores que ya hubieran desarrollado esos conocimientos cuando nosotros éramos embriones y nos “crearon” tal como nos necesitaban?

¿Y si luego abandonaron a su suerte tal creación?, ¿Y si hubiéramos sido un experimento abortado o que salió mal?

Todos los interrogantes que vierto son perfectamente asimilables a cualquier experimento científico actual, en cualquier institución actual, para cualquier disciplina actual. Posibilidades a considerar.

Volvamos un poco hacia tras. ¿Podríamos plantearnos por ejemplo que quienes tienen el control masivo del mundo están muy por encima de la humanidad que conocemos y utilizan a ciertos personajes con determinadas características para ese dominio?  

Lo que hay detrás del dominio por la propaganda, los flagelos de todo tipo, las ideologías, la política y la religión son las sociedades secretas y quienes ocupan todos los cargos más estratégicos o tienen las misiones más relevantes en todas las áreas son miembros de ellas. Los que acceden a los grados superiores son una minoría demasiado selecta, pero los que “pertenecen” de por vida y son fieles a ellas con grados básicos son la mayoría (que hacen el trabajo sucio, justamente, como buenos soldaditos).

Es de esto de lo que hablaré próximamente. 

Nidia G. Osimani