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Criticando la TV

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CULPABLES DE ESTA NOVELA
CULPABLES DE ESTA NOVELA

Desde hace algunos meses, TELEFE transmite a eso de las 13 o 13:30 o 14 (más o menos) el telenovelón “Culpable de este amor” con el siempre deseable, aunque un poco engreído, Juan Darthes y la vaya a saber uno qué (si actriz, esposa, turista) Gianella Neyra. Él es un psiquiatra de primera línea; ella, una prestigiosa abogada. Con ellos aparece un gran elenco: Mauricio Dayub como el esposo de Laura; Raúl Taibo como Marcos Soler, el amigo de Agustín (¿te acordás cuando el galán eras vos?); Silvia Kutika como la esposa comprensiva de Marcos (estos no pelean nunca); Graciela Pal como Consuelo, quien no sabemos si es la mucama, la amiga, la dueña del departamento o qué, pero aparece con ese aire de madre abnegada y cómplice de Agustín; María Carámbula como Lorena, la policía que, enamorada de Agustín, lucha por el bien y la justicia (trabaja en una comisaría en donde reina el orden y la efectividad, de esas que mi barrio no se conocen); y los infaltables malos (pero malos, malos) Gloria Carrá como Virginia, secretaria de Fernando, y Rafael Ferro como Román, quien no sabemos qué es, pero trabaja en los laboratorios Cazenave. A todos ellos les sigue un segundo gran elenco que por razones de espacio no mencionaremos, pero que rogamos miren para aprender.

 

La historia se desarrolla entre Agustín Rivero y Laura Cazenave. Un día, en un bar se ven, se enamoran y listo. Que ella sea casada es un detalle que los televidentes sabemos que sorteará sin grandes obstáculos y de lo cual saldrá airosa. Para eso están los malos y entre ellos, Virginia quien conquistó al ingenuo esposo de Laura, Fernando Salazar, y se convirtió en su amante. Mas no lo hace por amor, sino para poder dominar al presidente de los laboratorios Cazenave. Pululando dentro de los laboratorios se encuentra Román que con cara de “seré el amo del mundo” manipula entrada y salida de drogas ilegales. Pero esto no es un plan de dos, no señora, es un plan maestro de una... ¡secta! Así como leyó: la secta del tigre, cuyo guía es el gran Musad, un hombre seguro que imposta su voz y con una tranquilidad que asusta, sabe qué decir, cuándo decirlo, cómo decirlo y a quién. Ah! si uno tuviera ese don. Es inteligente, astuto, rápido, manipulador, sagaz, pero malo-malísimo y se fue metiendo en la vida de todos los personajes que hay en la novela. No se salvó ninguno: Salazar terminó muerto y ¿adivinen a quién acusan sin que este tenga nada que ver? ¡Acertó! A Agustín; Laura sin Agustín (ay Laura, lo dejaste en el altar, espero que sepas lo que hacés), Marcos endeudado con Musad y sin salida; la esposa de este, Julia, obsesionada por ser madre adoptó, sin saber, al profeta de la secta; Gastón Rivero, hermano de Agustín, es uno de los más fieles servidores y es capaz de cualquier cosa; Gabriela fue entregada por su propio esposo, Gastón, en una extraña fiesta al Sr. Musad, ella ignora todo, incluso que es la madre del profeta y que por eso se lo robaron mintiéndole una muerte (pero como una madre es una madre, no sólo intuye que su hijo está vivo, sino que sabe quién es. Hasta lo escuchó cuando el bebé decía “Gaby, Gaby”); Jimena (Betina O´Connell) la hermana ilegítima de la Laura, está amenazada, los Cazenave padres, muertos y muchos etc.más. El poder es el poder.

Agustín es bueno, comprensivo y lucha por la justicia, además de estar bárbaro y de ser un soltero codiciado. No actúa bien, sin embargo sabe distraer con otras cosas. Pero Gianella Neyra...¿de dónde salió? El personaje de Consuelo y el de Lorena coinciden en que Laura es inteligente, linda y buena persona. Lo de buena persona, no sabemos. Bah! sabemos que le prestó 100.000 dólares a Jimena para la operación de su hija y le dijo que no se haga problemas por la devolución; lo de inteligente, puede ser, pero aunque hasta ahora no ganó ningún caso de los que se vieron, le damos el beneficio de la duda; pero lo de linda ¡vamos!, el concepto de lindo es relativo, pero del de feo no y acá no hay dudas. Actúa pésimo y no presenta ningún tipo de encanto. ¡Hay gente que tiene suerte!

Los pseudo actores trabajan mal. Les falta preguntar cuánto se sacaron porque parecen dar todo el tiempo una de esas lecciones tediosas de la secundaria, se mueven cual Capitán Scarlatta y sólo les falta mirar a la cámara.

Por suerte para todos, los hermanos Salazar vinieron a salvar un poco la situación: Mauricio Dayub como Fernando y Pompeyo Audivert como Adrián, son los únicos que actúan bien. Sin embargo, no alcanzan dos para cubrir a todo el elenco y a un libreto que, aunque suene a cargada, hacen ¡dos autores y dos ayudantes! No, si no es sencillito escribir semejante tira. Claro, no saben por qué día a día el rating va cayendo.

 

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