Los entendidos en la materia, como el ministro Amado Boudou, la Sra. de Olivos que dice “la Presidenta soy yo”, su Diputado esposo, o la actual presidenta del Banco Central, Lic. Marcó del Pont, sólo por nombrar algunos “magnos benefactores” de nuestra querida Patria, definirían en términos sencillos el “Canje de deuda” como “un acuerdo bilateral mediante el cual el Gobierno Norteamericano exonera cierta parte de la deuda externa que un país del tercer mundo mantiene con él, aceptando una propuesta que le resulte conveniente”
Estos programas tienen la aparente finalidad de que el país subdesarrollado invierta una cierta suma en planes de conservación del medio ambiente. Y es aquí donde debemos empezar a alarmarnos verdaderamente.
El “Gran Hermano” nos ha contado que lleva adelante una incansable lucha por proteger el medioambiente (aunque, por ejemplo, sus políticas de industrialización durante años y años desde “su” norte hayan generado el tremendo boquete en la capa de ozono aquí, en “nuestro” sur y sus consecuentes desastres que ya se han cobrado miles de vidas humanas y han dañado irreversiblemente el ecosistema). No importa, el Gran Hermano nos cuenta que él es el paladín de la protección del medioambiente y debemos creerle.
Sin embargo, esa loable acción esconde una trama muy compleja de vínculos entre el gobierno mencionado y organizaciones de carácter privado que, “canje de deuda mediante”, se van apoderando de nuestros recursos naturales, como otra modalidad en la permanente consecución de su objetivo.
Desde 1980, fecha en que se idearon estos mecanismos para “favorecer” a los países endeudados, se han firmado varios acuerdo de esta índole, unos de carácter comercial entre bancos internacionales acreedores y otros que consisten en un acuerdo entre acreedores, deudores y Estados, a los que se denomina “Programas de Reducción Bilateral de Deuda”, que pueden consistir en canje de deuda, canje de deuda subsidiada, reducción de la deuda y compra de deuda por el importe global.
Con esta “metodología” han logrado implementar por ejemplo, sistemas por los cuales el gobierno norteamericano asigna recursos a instituciones privadas para conservar espacios naturales de diferentes países, mientras se va quedando con ellos con diferentes argumentos, a través de ONGs que resultan ser “funcionales” al mismo.
En fin, si bien los ejemplos abundan, volvamos a la Argentina y analicemos someramente, ya que con esto vislumbraremos una punta del iceberg.
Mientras se estaba en plena discusión de cuál sería la oferta que el Gobierno Nacional haría para que le sea aceptada la propuesta, varios medios, entre ellos La Nación, daban cuenta de que Bancos como el Citi y el Barclays, mantenía una batalla tras bambalinas por las comisiones que cobrarían a los inversores que ingresaran al canje.
Como las causalidades abundan en torno a cada acción política ejecutada por este gobierno K, no nos sorprende advertir que Barclays, el principal accionista de la empresa británica Desire Petroleum, que ha comenzado a explotar el petróleo en las Islas Malvinas, ha sido designado como “Coordinador Global para la reapertura del Canje de Deuda” por el Ministro Amado Boudou.
Paralelamente a esto, días pasados, la Primera Mandataria le pidió públicamente a Hilary Clinton en su visita a nuestro país, que intercediera ante el Gobierno Británico para que nos devuelva nuestras Islas Malvinas
Ud. que opina, ¿es el colmo de la idiotez o el paroxismo de la caradurez?
Nidia G. Osimani