Hace más de cuatro meses entró en vigencia un decreto que habilita a las personas con discapacidad a acceder gratuitamente a los medios de transporte público –de corta, media y larga distancia- con la presentación de un certificado otorgado por el Ministerio de Salud de la Nación. Sin embargo, varias organizaciones que trabajan en el tema de la discapacidad aseguran que las empresas de transporte ponen trabas a la hora de tener que habilitar gratuitamente un asiento para el discapacitado y su acompañante, tal como lo establece la disposición.
Según el presidente del Foro Permanente para la promoción y la defensa de los derechos de las personas con discapacidad (Foro Pro), padre Pablo Molero, en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano el decreto se cumple “sólo en un 50 por ciento, el resto ni siquiera presentó el proyecto de adaptación a la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT)”.
Por su parte, Silvia Coriat, de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), señaló que “a pesar de que en algunos casos la cantidad de coches adaptados y la frecuencia con la que deben circular corresponden al acuerdo entre la CNRT y las empresas, la mayoría no lo hace y en general ponen muchos obstáculos como por ejemplo, reservar el pasaje con 48 horas cuando se quiere hacer un viaje de larga distancia”.
En este sentido, Molero denunció que “las empresas manejan a la gente a su comodidad, esto quiere decir que cuando reciben a una persona con discapacidad, primero le ofrecen boletos para una hora determinada y la mayoría de las veces tratan de acomodarlos en los horarios de viaje que están menos concurridos".
Según la ley, las empresas que no cumplen con la adaptación de sus unidades y la frecuencia requerida en los viajes deben pagar multas a la CNRT, organismo que según aclaró el presidente de Foro Pro “les da una prórroga de un año y en eso radica el problema: las empresas esperan y mientras tanto no hacen nada al respecto”, coincidió con Coriat, quien agregó que “las líneas de colectivos prefieren pagar las multas y en otros casos ni siquiera se preocupan por hacerlo”.
Lo triste es que nadie dice nada y el atropello sigue adelante.
Piratas del asfalto
Las empresas de transporte no sólo no cumplen con la obligación de permitir a los discapacitados viejar gratuitamente. Hay otro atropello que ha quedado relegado a un segundo lugar y que viene de años de arrastre.
Dicho atropello tiene que ver con un exhaustivo informe de la Auditoría General de la Nación, que revela que las empresas de transporte público no cumplen con las normas que obligan a adaptar las unidades para discapacitados y que tal infracción ha sido avalada por la Secretaría de Transporte.
Hace casi diez años, el Congreso de la Nación aprobó una ley que pretendía mejorar el infierno que significa para un discapacitado trasladarse en el trasporte público argentino y estableció un cronograma para que los colectivos adaptaran sus unidades. A raíz de ello, la Auditoría General de la Nación aprobó un informe realizado tras un exhaustivo relevamiento a pedido de la CTA y sus conclusiones son aplastantes: el cumplimiento de la norma es casi nulo. Apenas un 12,06 por ciento de los colectivos de servicio urbano y semiurbano son unidades adaptadas. Y es casi imposible usarlos, porque no se respetan frecuencias mínimas ni se informa sobre ellas. Peor aún es el caso del transporte interurbano: no hay ni siquiera un ómnibus con las instalaciones necesarias. Según las conclusiones del informe, este incumplimiento de la ley fue acompañado por una actitud permisiva de la Secretaría de Transporte que fue admitiendo sucesivas dilaciones y excepciones a favor de las empresas.
La pregunta tras leer el informe surge inevitable: -"¿qué hace un discapacitado cuando tiene que viajar en colectivo?"
–"Esperar, a veces cuarenta minutos, una hora: nunca sabe cuándo se va a poder subir ni cuándo se va a poder volver a casa", dice Carlos Ferreres, director del Departamento de Discapacidad de la CTA.
"Aunque se aprobaron leyes que obligan a publicitar las frecuencias, aún no están reglamentadas. Esa inseguridad concreta hace imposible pensar en trabajar, hace imposible plantearse ir a la escuela, a la universidad y cumplir un horario. Nunca se sabe si los vehículos van a pasar a la noche y los fines de semana en general no pasan. También sucede que algunas unidades que están adaptadas no funcionan. Hicimos un relevamiento y comprobamos que a menudo no paran o paran muy lejos del cordón, que a veces no funciona la rampa o los colectiveros no la saben manejar. O no funciona el sistema de amarre y si no funciona es como subirse a una licuadora: yo lo comprobé con mi silla de ruedas, acelera y te vas al diablo", detalla Ferreres.
La auditoría concluyó, entre sus puntos centrales, lo siguiente:
- A fin de eliminar barreras existentes, la ley nacional 24.314 de 1994 obligó a las empresas de transporte a incorporar gradualmente unidades especialmente adaptadas. Otras leyes establecieron frecuencias diarias mínimas y la obligación de darlas a publicidad. Se fijó un cronograma para estas incorporaciones, que iba de 1997 hasta 2002, año en que todas las nuevas unidades incorporadas deberían haber sido adaptadas.
- En los años siguientes, sin embargo, la Secretaría de Transporte dictó una serie de normas que permitieron sucesivas dilaciones en la renovación de las unidades. En el informe de la Auditoría se afirma que “el conjunto de resoluciones dictadas por la Secretaría de Transporte de la Nación ha propiciado el incumplimiento de la normativa nacional referida a la incorporación de unidades adaptadas” y también que esas normas “desvirtúan el mandato del legislador que ordenó garantizar la accesibilidad con autonomía y seguridad de las personas con movilidad y/o comunicación reducida al transporte de pasajeros en un plazo máximo de un año desde la reglamentación, y vulneran los derechos establecidos en la Constitución Nacional y los Tratados Internacionales para estos ciudadanos”.
- Según información de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), en la actualidad la situación es la siguiente: sobre 9297 colectivos urbanos y suburbanos, sólo 1121 están adaptados –766 de pisobajo y 355 de piso semibajo–, lo que representa apenas el 12,06 por ciento. En cuanto al transporte colectivo interurbano el cumplimiento es nulo: cero por ciento. Calculada al 31 de diciembre de 2001, la deuda en relación al cronograma era de 2549 unidades accesibles, es decir más del doble de las existentes.
- Un análisis del comportamiento de las diferentes líneas a lo largo de cuatro años arrojó el siguiente resultado: casi la mitad –66 sobre un total de 149– no agregó en esos dos años ninguna unidad adaptada y 14 de ellas directamente no cuentan con ningún colectivo de esas características en su flota. En otras 11 líneas disminuyó el número de unidades adaptadas y en 37 se incrementó. Las excepciones son las líneas 50, 114 y 146, con una alta proporción de unidades acondicionadas.
- Las sanciones en este aspecto han sido inexistentes. Dice el informe: “Una empresa ha podido acumular una gran deuda vehicular sin tener al mismo tiempo deudas monetarias por dicho concepto ni dificultades para renovar su flota ni para la obtención de habilitación alguna, porque la autoridad de aplicación no previó ningún mecanismo al respecto”.
- A partir de la observación del funcionamiento de las unidades adaptadas, los auditores comprobaron la falta de cumplimiento de frecuencias mínimas y de su publicidad. “La incertidumbre de su paso –dice el informe– hace que los usuarios no puedan contar con el servicio accesible porque ignoran cuándo y en qué medida pueden utilizar estas unidades. Esto contrasta con el resto de los servicios que sí tienen frecuencias establecidas (rápido, semirrápido y diferencial).”
Se podría aducir que en estos años las empresas de transporte no pudieron cumplir con las normas debido a la crisis económica. Pero eso también estuvo previsto: “En los años 1998 y 2000 hubo aumentos tarifarios y se justificaron en parte en la necesidad de adaptar los vehículos", afirma Ferrares, "pero eso se cumplió mínimamente y lo pagamos todos”. Para el dirigente de la CTA lo más indignante fue que en un momento “ingresaron como adaptados unas 116 unidades y la CNRT a través de una disposición admitió que se desafectaran a pedido de las empresas. Los patrones son los patrones y quieren ganar lo máximo posible –agrega–, lo malo es que el Estado sea cómplice de esa política. La Secretaría de Transporte y la CNRT siempre llevaron la voz de los empresarios de transporte y defendieron sus intereses”
Se recomienda
Para asegurar el derecho de acceso a personas discapacitadas al transporte público, el informe de la Auditoría General de la Nación hace las siguientes recomendaciones:
- Arbitrar los medios para garantizar el cumplimiento de la normativa nacional que obliga a las empresas de transporte público de pasajeros a incorporar unidades adaptadas.
- Reglamentar un procedimiento que establezca un sistema de prioridad obligatorio de incorporación de unidades adaptadas para dar el alta de unidades comunes.
- Instrumentar un nuevo sistema de cálculo de la deuda vehicular.
- Reglamentar un procedimiento que prevea sanciones de inhabilitación ante la acumulación de deuda vehicular.
- Aplicar plenamente el sistema sancionatorio de modo de propiciar el cumplimiento de la normativa.
- Contabilizar las unidades de menor porte como unidades comunes.
- No autorizar la desafectación de unidades adaptadas.
-Arbitrar los medios pertinentes para remediar las irregularidades detectadas en las condiciones de adaptación y mantenimiento, como así también la identificación de las unidades adaptadas que circulan en la vía pública.
Soy una discapacitada Misionera, que se ve obligada a viajar casi todos los días hábiles de la semana hacia la capital de mi provincia que es Posadas, porque aquí en mi pueblo no tenemos ni traumátologo, ni neurólogo ni mucho menos una buena quinésiologa, y siempre estoy peleando por el derecho de tener un asiento para mi acompañante y para mi a la hora de viajar. Como esto ya me harto! porque en la boletería se niegan a recervarme los asientos me dirigí a la empresa para que este calvario tenga fin, me prometieron tomar las medidas correspondientes, pero todo sigue masomes igual. Por este medio que ahora me permiten yo quisiera invitar a todas las personas discapacitadas a qué, tenemos que luchar por nuestros derechos sean respetados y no vajar la cabeza cuando nos quieren llevar por delante gritandonos y diciendonos que somos una molestia cada ves que viajamos como me dijo un chofer hace poco. Mi correo es:( beatrízjc@hotmail.com.ar ) quisiera compartir experiencias y ideas con personas que tienen quizás más problemas en esta sociedad en que todos se llenan la boca diciendo que los derechos de los discapacitados son respetados.
Quisiera saber si teniendo un certificado que figura con acompañante puedo viajar sola . el cert . tiene 10 años , cuando me lo otorgaron necesitaba acompañante . Ahora no , y no me lo quieren sacar . De hecho , vivo sola y me manejo con dificultad pero sola . conclusion ; no puedo viajar con pase pues soy sola . Argumentan que no tengo un tercer apoyo . Pero ahora camino casi bien , solo no tengo movilidad en una mano . GRACIAS .
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