En día de pujas dialécticas, con Hugo Moyano como abanderado de las polémicas con Amado Boudou y Eduardo Buzzi,
Más bien, puso en fila en Olivos a un grupo de dirigentes empresarios que dicen que representan a las PYME y que además juran a los cuatro vientos que piensan como ella, a quienes les dio lecciones, sin réplicas, de mercadointernismo y filosubsidios.
De paso, y con la picardía que los caracteriza, ellos le hicieron creer a Cristina Fernández que sus manifestaciones económicas son casi la verdad revelada, ya que no dejaron pasaje sin refrendar, al menos con una inclinación de cabeza.
Ni siquiera la pléyade de aplaudidores se molestó en carraspear cuando
Las críticas más furiosas fueron realizadas desde el atril hacia
En su discurso, Cristina exhortó al auditorio a que "no nos vendan gato por liebre", en línea con una política oficial que sonó como música para los oídos de su auditorio, en general bastante reacio a competir, en lo que ella atribuyó al "modelo macroeconómico que ha permitido este desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, a las que queremos seguir fortificando".
Este modelo de 2003, de tipo de cambio competitivo dedicado a promover las exportaciones y sustituir importaciones y de doble superávit, hoy está haciendo agua desde el costado fiscal y todo lo que
Sin embargo, los dirigentes que fueron a almorzar no estaban para cuestionar nada y mucho menos la suba de los precios que erosiona el salario de sus eventuales compradores y que le suelen endilgar a las empresas grandes que los proveen, sino para ver si le podían sacar al Estado alguna cosita más, quizás un crédito barato o alguna traba extra para las importaciones.
En todo caso, estaban allí para asentir ceremoniosamente cuando
Tampoco hubo quien se atrevió a decirle a Cristina que por haber dicho "tercamente" ningún periodista se iba a atrever a criticarla, como ella enfatizó para abrir un paraguas innecesario, ya que el adverbio usado en su discurso significa nada menos que "con terquedad", tal como lo ratifica el viejo mataburros de
Hugo E.Grimaldi
DyN
esas reuniones inmorales de discursos plagados de falsedades e invites de corrupcion son el cancer de la argentina los empresarios q no participan de esos encuentros de reparto de dadivas 9millonarias) son penalizados con la frustracion los participantes siempre encuentran el nicho adecuado para llenar sus bolsillos los empresarios en serio no necesitan mas q reglas claras estables, utilizar sus capacidades para poner en marcha recursos humanos financieros e industriales y una financiacion de acuerdo a lo sostenible todo lo demas es verso o corrupcion