A la 1:20, el enemigo no cede en su ataque y Vázquez llama por radio al puesto de comando del teniente de navío Eduardo Villarraza, jefe de la Compañía Nácar:

(Vázquez) -Verde, aquí Verde 4.

(Villarraza) -Aquí, Verde 4.

(Vázquez) -Solicito fuego de mortero sobre mi sección.

(Villarraza) –Recibido.

De inmediato, Villarraza retransmite el pedido de Vázquez al suboficial Cuñé, apuntador de morteros:

(Cuñé) -Verde, aquí Naranja.

(Vázquez) -Aquí Verde, adelante Naranja.

(Cuñé) -Corríjame, va disparo. ¡Pum!

(Vázquez) -Acorte 100, derecha 50.

(Cuñé) -Recibido. Va.

(Vázquez) -Bien, está en zona batida.

La andanada de morterazos sorprende a los británicos, que comienzan a desbandarse. A las 1:30, la orgullosa Guardia Escocesa se repliega al punto de partida, ubicado al oeste de Tumbledown.

De pronto un extraño silencio invade el lugar:

(Vázquez) -Que raro, no se oye nada. ¿Los sacamos cagando?

(Fochesatto) -Parece que sí…

Luego ese extraño silencio es roto por el entusiasmo de los hombres del BIM5:

(BIM 5) -¡Viva la Infantería de Marina! ¡Vengan, que acá está la 4° sección! ¡Que venga la Reina, carajo!

Cuando los ánimos se tranquilizaron, Vázquez baja a su pozo a calentarse y a comunicarse con su jefe:

(Vázquez) - Verde, aquí Verde 4.

(Villarraza) –Verde.

(Vázquez) -Señor, informo que los ingleses se retiraron, prácticamente se fueron en desbandada, en este momento no hay fuego. Tengo cuatro muertos y tres heridos, estamos haciendo recuento de munición.

(Villarraza) - Recibido. Pregunto si se va o se queda.

(Vázquez) -Señor, yo no domino del todo la situación pero los ingleses tampoco. Si me envía refuerzos puedo aguantar, y de aquí no me saca nadie.

(Villarraza) -Recibido, espere.

(De inmediato, consulta al capitán Robacio)

(Villarraza) -Señor, acá el teniente Vázquez dice que puede aguantar si se le envía refuerzos y no lo saca nadie.

(Robacio) -Afirmativo, dígale que enseguida le mando gente.

(Villarraza) -Verde 4, aquí Verde.

(Vázquez) -Verde 4.

(Villarraza) -Bien, resista. Van a ir refuerzos.

(Vázquez) –Recibidos.

(Villarraza) -Recibidos, aquí Verde 4, corto.

Pero a las 2, los británicos lanzan una nueva oleada de asalto compuesta por tropas frescas del mismo batallón escocés:

(Colimba vigía) -¡Señor, se vienen de nuevo!

(Vázquez) -Muy bien, atentos todos. Tiren cuando ellos empiecen la función.

El suboficial primero Julio Castillo, junto con el cabo segundo Almílcar Tejada y el dragoneante José Luis Galarza, resisten la embestida tirando con todo lo que tienen a mano, ubicados en el extremo derecho de la sección. De repente, tres británicos salidos detrás de una roca abaten al dragoneante:

(Tejada) -Que manga de forros, ahora los cocino.

Gira rápidamente la MAG y derriba a los tres enemigos que se le venían a la carrera. Pero Castillo quiere hacer lo propio, indignado al ver morir a Galarza:

(Castillo) -¡Ingleses hijos de puta…!

Pero un balazo en el pecho le abre una herida de 20 cm que le sale por la espalda. Furioso, Tejada nuevamente acciona la MAG que baja a otros tres enemigos:

(Tejada) -Tomen, que tengan como para el campeonato, manga de putos.

Entretanto, el subteniente Silva y sus cinco conscriptos siguen defendiéndose como pueden:

(Silva) -Estos no paran de venir.

En eso, una ráfaga de ametralladora hiere a un conscripto y Silva sale de su pozo a auxiliarlo:

(Silva) -Quedate acá, te vas a poner bien. En cuanto pueda, regreso a buscarte. Por favor, no te muevas.

Arrastrándose, llega a un pozo donde un soldado muerto tiene un FAP a su lado.Silva hace fuego hasta que se traba:

(Silva) -Che, Rodríguez, ¡alcanzame algo para tirar!

(Rodríguez) -Acá tiene un FAL, señor.

(Silva) -Gracias, algo es algo.

Un proyectil le perfora el hombro:

(Silva) -Chicos, inmediatamente se me van de acá. Déjenme un FAL y yo les cubro el repliegue.

(Colimba) -Pero mi subteniente, nosotros…

(Silva) -¡Es una orden, carajo!

Enmudecidos, cumplen la orden a regañadientes. Silva se queda solo:

(Silva) -Hola, Dios, hola, Vieja, pronto los veré…

Los británicos siguen viniendo en incesantes oleadas.

(Silva) -¡Viva la Patria, carajo!

Mientras hace fuego, dos MAG lo centran en fuego cruzado y Silva cae. Son casi las 3 y la desproporción de fuerzas es más que evidente, y los refuerzos no llegan nunca:

(Vázquez) -Verde, aquí Verde 4

(Villarraza) –Verde.

(Vázquez) -¿Qué ocurre con los refuerzos?

(Villarraza) -Aguante que están por salir.

(Vázquez) –Recibido.

Luego de la comunicación, aparece un conscripto gritando:

(Colimba) -¡Mi teniente, mi teniente! Le dieron al subteniente Silva!

(Vázquez) -¿Qué le pasó?

(Colimba) -Le dieron un tiro en el pecho y en el brazo, y tira.

(Vázquez) -¿Está vivo?

(Colimba) -Sí, mi teniente.

(Vázquez) -Bueno, arrástralo con cuidado, metelo en un pozo y tratá de hacerle alguna curación.

(Vázquez) -¿Qué puedo hacer, qué puedo hacer?

Cinco minutos después, el soldado regresa:

(Colimba) -Mi teniente, el subteniente Silva murió…

(Vázquez) -La puta madre…

En ese instante, una MAG le empieza a tirar desde una pared de piedra arriba de su pozo:

(Vázquez) -Conchudos de mierda, no me dan respiro parece.

Cada vez que levantaba la cabeza para dar alguna orden, recibía una andanada de balas:

(Vázquez) -Forros del orto.

Toma una granada antitanque PDF, la adosa a la boca del FAL y hace fuego dos veces:

(Vázquez) -¡Te voy a reventar!

Pero la suerte no lo acompaña, ya que una pega en la base de la piedra y la otra siguió de largo:

(Vázquez) -¡Puta madre, que mala suerte!

Sin embargo, se percata que a su izquierda está el recientemente ascendido dragoneante Gascón con una MAG:

(Vázquez) -¡Gasco, Gasco! ¡Tirale a esa ametralladora!

Pero el soldado no le contesta palabra.

(Vázquez) -¡Gasco! ¡Gasco! ¡No seas hijo de puta! ¡No me dejes solo ahora!

Pero el colimba estaba denodadamente tratando de destrabar la MAG:

(Gascón) -Menos mal, ahora cómanse ésta.

Al instante, los sirvientes de la MAG enemiga enmudecen el fuego.

(Vázquez) -Gracias, pibe. Te debo una, no me arrepiento de haberte ascendido

(Gascón) -De nada, señor.

Luego Vázquez baja al pozo para hablar por radio, pues los refuerzos no llegan nunca y la situación está tornándose desesperante. Pero oye algo que lo deja duro:

(Vázquez) -Che, Fochesatto, ¿no oís?

Quedan petrificados, casi a la entrada del pozo un británico está hablando por radio:

(Fochesatto) -¡Al diablo! ¡No van a meter una pepa por el agujero!

(Vázquez) -Dejá, que lo hago volar por el aire.

Toma un FAL con un PDF en la punta, hace fuego y el británico vuela por el aire efectivamente cinco metros:

(Fochesatto) -Señor, excelente puntería.

En el sector oeste de donde se encontraban Vázquez y Fochesatto, un británico llega a 30 metros del pozo donde estaba el conscripto Félix Aguirre, pero este tarda en darse cuenta

(Aguirre) -Ese boludo, ¿es de los nuestros o británico?

Se dio cuenta tarde, demasiado tarde:

(Aguirre) -¡Es un inglés, la puta que lo parió!

Lo tumba de un tiro en la espalda, pero antes de caer el guardia escocés tiene tiempo de encajar una granada de fósforo dentro del pozo:

(Aguirre) -¡La concha de su madre, me quemo!

Sin titubear, se desprende de la manta-poncho rueda por el suelo y logra así apagar las llamas. Luego, como si nada hubiera pasado, toma el FAL y continúa combatiendo. Cerca de ahí, Vázquez sigue insistiendo con los prometidos refuerzos:

(Vázquez) -¿Qué pasa con los refuerzos?

(Villarraza) -Ya están en camino, están marchando.

(Vázquez) -Che, Foche, tengo la leve impresión de que me están verseando.

(Fochesatto) -Lo comparto con usted, señor

(Vázquez) -Entonces, como las bajas aumentan y escasea la munición, no tengo más remedio que solicitar nuevamente fuego de artillería.

(Fochesatto) -Hágalo señor, sino nos pasan por arriba.

(Vázquez) -Que tiren los morteros.

(Villarraza) -No, los morteros no, porque están cumpliendo otra misión de fuego.

(Vázquez) -Bueno, entonces que tiren los 106.

(Villarraza) –Recibido.

Minutos después, la lluvia de morterazos alivia la presión británica pero solo por un breve lapso de tiempo. A las 3:30 la MAG servida por el soldado Aguirre se queda sin munición, y no tiene más remedio que apelar al FAL. Media hora después, otra MAG ubicada en el extremo izquierdo también se queda sin munición. A las 4:30 los escoceses ya están dentro de los que antes ocupaban los marines del BIM 5:

(Vázquez) -Foche, si esto sigue así, creo que nos quedan dos alternativas.

(Fochesatto) -Sí, morir o rendirnos, señor.

(Vázquez) -Exacto, pero existe un plan B.

(Fochesatto) -¿Plan B? ¿Cuál es ese, señor?

(Vázquez) -Batir nuestras posiciones, donde se esconde el enemigo, con los morteros que nos quedan disponibles.

(Fochesatto se queda mudo, pero antes de que pueda recuperar el habla, Vázquez prosigue.)

(Vázquez) -Mirá, Foche, es un manotazo de ahogado, La única forma de lograr eso es sacarle el bípode y ponerle dos cajones de municiones para sostenerlos y que queden paraditos

(Vázquez) -Che, Rotela, ¿tiene Guida puestos los guantes?

 (Rotela) -Sí, señor.

(Vázquez) -Bueno, entonces que siga la orquesta. ¡Fuego!

Pero a pesar del diluvio de fuego, y de sufrir numerosas bajas, los escoceses no cedieron un palmo.

(Vázquez) -Eso se va al carajo! Así no podemos continuar mucho tiempo más. Voy a llamar al capitán Robacio.

(Vázquez) -Señor, ¡aquí el teniente Vázquez!

(Robacio) -Sí, capitán Robacio. Estábamos tratando de comunicarnos con usted. En gran parte el peso del combate está centrado en su sección. ¿Qué quiere que hagamos?

(Vázquez) -¡Señor, tire con los obuses contra nosotros!

(Robacio aparta la oreja del auricular, y duda un instante.)

(Robacio) -Pero, Vázquez…

(Vázquez) -Señor, por favor, tire ya mismo. Esto es insostenible.

(Robacio) -Bien, así lo haré. Continuemos al habla.

(Robacio se da vuelta y se dirige a su ayudante)

(Robacio) -Ordene abrir fuego con los 105 sobre las posiciones del teniente Vázquez. Ya mismo, pronto.

Pero el primer disparo cae a 500 metros del blanco.

(Vázquez) -Señor, mando corrección. Alargar 900, derecha 500.

(Robacio) -Tranquilícese, Vázquez. Esa corrección es imposible.

Tapando el tubo, le dice a su ayudante:

(Robacio) -Ese pobre pibe, ya debe estar mal de la cabeza.

Pero el teniente no estaba del tomate, como el segundo disparo no llegaba nunca, se exasperó:

(Vázquez) -¿Qué esperan? ¡Tiren, tiren, que nos están haciendo pelota!

Llega el segundo tiro, lejísimo de la posición.

(Vázquez) -¡Pero esta artillería de mierda no sirve para un carajo! ¡Métanse los cañones en el culo!

De pronto, el tercero pega en la posición.

(Vázquez) -¡Bien! ¡Así! ¡Así!. Bien, señor. Perdóneme.

(Robacio) -Está bien, hijo. Trate de aguantar.

Poco después, cesó el fuego pero los británicos seguían ahí, en los pozos. A las 5:00 la guardia escocesa larga su tercer asalto:

(Vázquez) -Por favor, se vienen por tercera vez. ¿Y los refuerzos donde carajo están?

(Villarraza) -Están en camino.

(Vázquez) -Es un bolazo, Foche, no están o no llegarán nunca.

(Foche) -Señor, insista con Cufre a ver si tiran con los morteros.

Lo hace, pero nada. Entretanto, los escoceses ahora apoyados por gurkhas siguen en los pozos que antes eran del BIM5:

(Vázquez) -Che, loco, si no pasa nada, creo que lo más conveniente es rendirse.

(Fochesatto) -Luchamos con todo, sin ayuda casi. Los paramos dos veces, pero no va más, señor.

(Vázquez) -No, no va más, estamos totalmente rodeados… y sin munición.

Dos horas después, una explosión hace blanco en el pozo contiguo y los deja aturdidos.

(Vázquez) -Se acabó, voy a rendirme. Escuchame, Foche, apuntales mientras salgo. Si me tiran, barrelos con todo.

(Fochesatto) -Será un placer, señor. Fue un honor haber servido con usted.

(Vázquez) -Para mí, también, Foche.

Son las 7:15. Vázquez se asoma y le ordenan que salga con las manos en alto:

(Escocés) -¡Salga con las manos en alto!

(Vázquez) -Soy el teniente Vázquez, no tiren contra mis soldados pues les ordenaré que se rindan.

(Escocés) -Muy bien, manos sobre la nuca.

(Vázquez) -Por favor, necesito atención médica para mis hombres.

Entrega su pistola:

(Vázquez) -Por favor, necesito que me dejen recorrer los pozos para ver el estado de mis heridos.

(Escocés) -No, imposible. Deberá esperar al amanecer.

Luego es separado de sus hombres, pateado y golpeado con una culata para ser posteriormente interrogado. Pero aún prosigue la lucha, y Robacio recibe la orden desde Puerto Argentino de replegarse a dicha localidad:

(Robacio a su ayudante) -Se nos ordena replegarnos al pueblo, pero no lo voy a hacer. Vamos a resistir en Sapper Hill.

A las 9:00 el BIM 5 se reorganiza en Sapper Hill para seguir combatiendo, y la Guardia Galesa se apresta a atacarlos. Una hora después, nuevamente Robacio recibe la orden de retirada que es rechazad:

(Robacio) -Me quedo todavía, aún tenemos algo de resto y resistimos como una compañía de tiradores.

A las 12, Robacio recibe otra vez la orden de repliegue pues la guarnición ya se había rendido. Entonces, accede y ordena a su segundo comandante que el BIM 5 entre en Puerto Argentino formado y a paso de marcha. No obstante, entre las 13:30 y las 14:30, 14 hombres del BIM 5 se enfrentan contra 8 helicópteros británicos y 120 hombres, con un saldo de 3 muertos argentinos y 84 bajas entre los británicos. Recién a las 15 horas, cuando todo había terminado hace rato, Robacio entra a Puerto Argentino al frente de la retaguardia del BIM 5.

Fernando Paolella