Silvana Giudici es Diputada Nacional por
Cumple su segundo mandato 2007/2011 representando a
Como Presidenta de
Ocupó distintos cargos en la administración pública. Fue Directora de Descentralización, Subsecretaria de Espacio Público, Secretaria de Gobierno y Ministra del Programa del Bicentenario en el Gobierno de
Desarrolló políticas públicas sobre transparencia, control social, descentralización y espacio público.
Tribuna de Periodistas pudo entrevistarla sobre el avance de la denominada “ley de medios” y dio interesantes definiciones:
-¿Qué balance hace de la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual?
-En realidad, era necesario cambiar
Ahora… positivo, en la sanción de esta ley, la verdad, no encuentro demasiado. Al contrario… creo que el gobierno se esmeró en quitarle, a la nueva ley, todo lo positivo que podía tener, porque se avasallaron todas las instancias, porque se decidió avanzar con una mayoría prestada.
Esta ley se impuso antes de que el kirchnerismo cambiara su composición en la cámara, entonces se hizo todo a las apuradas, en una media sanción escandalosa, donde se cometieron todas las irregularidades posibles; entonces, se termina con la sanción de una ley que debería ser una alegría para todos convirtiéndose en una puja absoluta por el poder, y esto me llena de preocupación.
Yo lo decía en aquel momento, y quizá no se entendía tanto, porque la sociedad no se volcó masivamente al debate; sí por supuesto, un grupo de organizaciones que venían trabajando el tema, pero el grueso de la sociedad no entendía muy bien que se estaba discutiendo.
Tal es así que en aquel momento era muy difícil explicar cosas que ahora son muy gráficas.
La nueva ley de medios no es para democratizar los medios, todo lo contrario, la ley de medios kirchnerista es para crear un monopolio estatal. ¿Cómo lo podemos comprobar? Es fácil… hay que mirar el “Fútbol para todos”. La propagando partidaria que se hace con la plata de todos los argentinos lo dice mejor que nadie.
Otro claro ejemplo es la distribución de la pauta oficial. Esto se puede comprobar ingresando por Internet a los sitios especializados, donde se demuestra como se incrementaron en cifras millonarias las partidas destinadas a la publicidad oficial.
Pero si usted suma el gasto del Fútbol, más las partidas destinadas a la pauta oficial, más los millones destinados a la creación de la televisión digital puramente estatal, estamos hablando de más de 3.000 millones de pesos.
Nunca, un gobierno en democracia, intervino con una cantidad semejante en la matriz de medios en la Argentina, y esto tiene un fin, obviamente, propagandístico partidario.
-¿Por qué cree que el gobierno destina esta cifra tan significativa en los medios?
-Lisa y llanamente, es para intervenir en la línea editorial de los medios. La razón está en que promovieron
-Sin embargo, la Presidenta sostiene que es aberrante que la justicia frenara la aplicación de la nueva ley.
-Es que por más que lo mire por donde lo mire, la ley es inconstitucional. Cometieron infinidad de atropellos, cambiaron el dictamen, del dictamen de la comisión a la sesión llegaron dos papeles diferentes, imprimieron un dictamen de mayoría y cuatro de minoría en media hora, y fraguaron la fecha del dictamen, porque en la orden del día que aparece en las bancas dice 15 de septiembre, y la comisión terminó a la madrugada.
¿Entonces, estas cosas, no son escandalosas? ¿Estas cosas, no existieron? Sí existieron, y si
No puede ser que una mayoría circunstancial atropelle, avasalle, incumpla el reglamento y lleve adelante una ley a espaldas de lo que está diciendo.
Creo que la gran torpeza de este gobierno fue promover una ley de esta manera, porque si el debate hubiese sido genuino, si en los foros se hubiesen escuchado la voces distintas, y se hubiesen atendido esas voces… porque la realidad indica que no hubo un debate; hubo un escenario montado para decir “nosotros llevamos este debate a todo el país”, pero no fue así. Fueron foros donde cada uno hablaba cinco minutos y nadie escuchaba a nadie, nadie hizo una devolución de nada.
Así que por más que no le guste a
-Cuando se estatizó el fútbol, se aseguró que esos 600 millones se iban a recuperar; sin embargo, no se recuperó un sólo peso de lo invertido. ¿Cuál es su opinión?
Los derechos televisivos del fútbol, que dicho sea de paso, no existe en ninguna parte del mundo, nos cuestan más de 900 millones de pesos al año, y decían que ese dinero se iba a recuperar, cosa que no ocurrió.
Es más, decían que la mitad de lo recaudado iba ser destinado a financiar el deporte olímpico, cuando con total caradurez, a los pocos meses hicieron votar una ley en Diputados para financiar el deporte olímpico, así que ya sabían, cuando tomaron la decisión, que de ahí ni iba a salir un centavo. Ellos saben que con el fútbol no van a recaudar nada, pero lo sostienen porque creen que ametrallando a la gente con propaganda partidaria van a penetrar con ese discurso en la mente de los argentinos.
-¿Por qué la nueva ley no contempla el manejo de la pauta oficial?
-Nosotros insistíamos en incluir un artículo sobre la pauta oficial, sin embargo Mariotto decía que de ninguna manera eso tenía que ver con la ley de radiodifusión… pero además decían que incorporaban un artículo que obligaba a las empresas privadas de medios a trasparentar cuanta plata recibían del Estado.
Sin embargo, luego, Aníbal Fernández sale diciendo que esa información no se podía brindar porque era información privada de las empresas, algo totalmente contradictorio.
El tema es muy simple, la pauta oficial se usa para generar censura indirecta, y cualquier periodista sabe que si habla mal de este gobierno, al medio para donde trabaja, o a él mismo, esto le va a traer consecuencias.
-¿Esto está también relacionado a la producción de algunos programas, como los de
-Se supone que la ley contenía un capítulo entero para democratizar y generar medios públicos estatales con objetividad, profesionalismo, pluralismo, diversidad de voces… ahora… dígame cuál es la diversidad de voces, objetividad o pluralismo que podemos encontrar no sólo en esos programas, sino en toda la programación de canal 7, y ni hablar de Radio Nacional y Télam.
Como podrá ver, los mitos que esgrimió el gobierno para sancionar esta ley se derriban solos. Esta ley no es para la diversidad de voces, esta ley es para crear una uniformidad de voces a favor del gobierno, y el ejemplo más claro es este programa, pagado, obviamente, con recursos de la pauta oficial, además del gasto que genera Canal 7.
Pero fíjese que curioso, porque este programa tiene una cláusula, que se conoció a través de una investigación de Perfil, que monitorea a los invitados.
Algo realmente censurador, sin parangón, lo más parecido a la época del proceso.
Y otro aspecto realmente censurador del programa es que sistemáticamente cuestiona y ridiculiza a todo aquel que no comulgue con el gobierno.
-Alguien que se destacó mucho en la defensa de la nueva ley presentada por el gobierno es Víctor Hugo Morales, y Víctor Hugo llama a Diputados y Senadores que están en contra de la ley, “legisladores clarinistas”. ¿Que siente usted cuando por defender una posición la acusan de de defender al Grupo Clarín?
-Creo que Víctor Hugo comete el mismo error que comete este gobierno, que es la descalificación fácil, la descalificación porque sí.
Por otro lado, yo no voy a cuestionar a ningún periodista; los periodistas tienen el derecho de decir lo que les parezca.
Lo que sí le puedo decir es que me da un poco de pena que se sume a esta lógica del Gobierno.
Durante el tratamiento de la ley, a mí personalmente, me agredieron con mucha dureza; tanto es así que hasta empapelaron las calles con afiches insultándome.
Me atacan con dureza todavía porque mi voz les molesta, porque quizá fui una de las diputadas que se había dedicado a este tema y sabía de lo que hablaba, y con fundamentos.
Entonces, como mi voz era muy fuerte frente a los argumentos que presentaban, no se animaron a confrontar conmigo desde el debate, sino que lo hacen desde la descalificación.
Y me da pena, como le dije, que Víctor Hugo, a quien respeto, se sume a esta manera de ver la política.
La verdad, es que yo no tengo nada que explicar, y en realidad, el gobierno tampoco tiene mucho para explicar, porque este gobierno se explica solo, a sí mismo.
Cualquiera que no concuerde en un ciento por ciento con este gobierno va a ser objeto de insultos, agravios, descalificaciones, incluso espionaje y operaciones políticas.
Pero en definitiva, que Víctor Hugo me llame “clarinista” me da risa. Yo no me ocupo sólo de los temas de radiodifusión, me ocupo de los jubilados, me ocupo de temas como fertilidad asistida, en fin… me ocupo de una agenda parlamentaria propia desde hace muchos años.
Pablo Dócimo