Anteayer se realizó un acto del PJ Capital en Mataderos, para el panel "El caso Papel Prensa: el fin del monopolio" y habló Osvaldo Papaleo.
Brevemente reproducimos alguna de sus expresiones.
"¿Por qué estuvimos 27 años sin decir nada? Porque somos vivos, porque somos peronistas". "Yo saco el tema cuando me conviene". “Hemos llevado al enemigo arriba del ring para pelear". "Hay que empezar a descalificar". Y distribuyó generosamente los siguientes epítetos:
Julio César Strassera (fiscal del juicio a las Juntas): “Borracho e hijo de puta”.
Ricardo Gil Lavedra (juez en el juicio a las Juntas): “Gil de Cuarta”.
Pino Solanas: “Pelotudo”.
Alberto Fernández: “Pelotudo”.
Elisa Carrió: “Miserable y Canalla”.
Nelson Castro: “Bobo” (la sacó regalada Don Nelson….).
También merecieron sus descalificaciones Ernesto Sábato y Magdalena Ruiz Guiñazú. Aunque, curiosamente, aclaró: "No voy a hablar mal de López Rega”.
Ya en una nota anterior les explicábamos a las generaciones más jóvenes cuáles son los antecedentes públicos de esta persona, y la verdad es que no estaba en los planes continuar prestándole demasiada atención, pero todo indica que Papaleo ha sido cuidadosamente elegido en este particular momento preelectoral, para volver a ser fuerza de choque y apóstol de la violencia, exactamente igual que en 1975.
Ayer María Estela, hoy Cristina Elisabet: dos presidentAs, un mismo jefe de prensa.
Aunque en tren de elegir interlocutores oficiales debo admitir que estábamos mejor con Ignacio Copani.
Cuesta mucho encarar un artículo sobre estas eyaculaciones verbales de OP porque, primero, hay que sacarse de encima la indignación que provoca leerlas, y eso no es sencillo.
¿A quién puede seducir Néstor Kirchner dándole micrófono a esta clase de personajes?
¿Quién le otorgó a Papaleo el carnet de “descalificador oficial” de la Patria?
Honestamente, pero, le juro,…con una mano en el corazón, Presidente, ¿usted cree que las generaciones jóvenes van a salir corriendo a votarle y a aplaudirle convocándolas mediante estos mensajes y a través de estos interlocutores?
¿Usted cree que las clases medias que se alejaron del kirchnerismo van a regresar porque Papaleo salga a putear a Dios y María Santísima?
Si Osvaldo Papaleo estuvo 27 años callado no fue porque es “vivo y peronista” sino porque representó siempre lo peor del peronismo, exactamente esto que continúa demostrando ahora.
Y porque durante los 18 años en que, de esos 27, gobernó el PJ, nadie tuvo la mala idea de volver a subirlo a una tribuna.
De lo único sobre lo que Papaleo debería hablar, para rendirle cuentas a la sociedad, es de lo que justamente no quiere hablar: de sus vínculos con López Rega cuando se regaban con sangre joven las calles de la Argentina, de las listas negras y de los artistas e intelectuales que salían disparados del país por el terrorismo de estado pre proceso.
Mire, Papaleo… tengo muy malas noticias: a la enorme mayoría de los argentinos no les interesa en lo más mínimo si Héctor Magnetto va preso, si “678” gana el Oscar a la excelencia comunicacional, o si Mauricio Macri se casa con Luisa Delfino y trabaja (es un decir….) en “Te Escucho”.
Lo que la gente quiere es que terminen de sembrar odio. El mensaje que el argentino pide a gritos es exactamente lo opuesto a lo que Papaleo representa y dice.
Porque ni la “viveza” ni las puteadas de Papaleo le van a solucionar los problemas a los que viajan como sardinas en los trenes, a los que esquivan balas en las calles, a los que antes de ir al banco se despiden de la familia porque no saben si vuelven vivos, a los chicos que asisten a sus escuelas con el Casco Nazi de Moreno porque los techos se les pueden caer encima en cualquier momento, a los que viven aterrorizados en zonas dominadas por narcotraficantes, ni a los que por no ser ni políticos, ni camioneros ni encargados de edificio ven licuado su salario a causa de la inflación.
Parafraseando al enorme uruguayo Jaime Roos…”lo que la gente quisiera…es vivir como la gente”.
Addendum
En realidad, casi caigo en la económica tentación de escribir en el artículo que Papaleo es Abyecto Anacrónico y Absurdo……afortunadamente pude evitarlo, no sea cosa que se ofenda la Asociación Argentina de Árbitros.
Buenas tardes.
Fabián Ferrante