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Las mentiritas de Mercedes

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¿INGENUIDAD U OBSECUENCIA?
¿INGENUIDAD U OBSECUENCIA?

Se espera hoy, a primeras horas de la tarde, la concurrencia a la Cámara Alta de la titular del BCRA a pedido de la Presidencia de la Comisión de Economía de dicho cuerpo.

 

La mencionada visita se sustentaría en el desarrollo de fundamentos que le instruyen esgrimir en torno a la imperiosa necesidad de modificar la imaginaria política monetaria convalidando el incremento de emisión de moneda local.

Como puede advertirse a priori, ya se parte de una sustancial falacia porque tal como hemos explicado y demostrado en varias ocasiones diferentes analistas, la política monetaria en este modelo k no existe como tampoco la económica ni la fiscal.

Pero soslayando tan ínfimo detalle, detengámonos en el comunicado que el Organismo emitiera hace unos días en el cual se asegura que la falta de modificación del programa original incidiría de manera decisiva en el crecimiento de la actividad económica.

Conforme al programa presentado en diciembre pasado, el crecimiento de la base monetaria no superaría el 19 % interanual.

La excesiva expansión a la que ha inducido el gobierno la posiciona en más del 25 %, lo que deja en evidencia la imposibilidad de cumplir con lo proyectado, y ha obligado al directorio del Central recientemente a aprobar una actualización del programa.

Lo que va a sostener entre otras cosas la Lic. del Pont será que "una economía que crece a ritmo más acelerado genera una demanda más acelerada de dinero transaccional", como ya lo expresara en otra oportunidad, y que la economía se está expandiendo tomando en cuenta los indicadores que surgen del INDEC, por ejemplo y la utilización de otras herramientas funcionales a esta contabilidad creativa.

Otro párrafo interesante del comunicado que oportunamente emitiera el BCRA y que sostendrá su Presidente hoy seguramente será que la economía nacional "se afianzó en su sendero de expansión y volvió a exhibir tasas de crecimiento similares a las previas a la crisis internacional, impulsada principalmente por el consumo privado y las exportaciones", por lo que justifica la mayor demanda de dinero, precisamente por el incremento en el volumen de las transacciones ya que, según interpreta el poder político de turno, los préstamos y el PBI aumentaron. Siempre dentro de la lectura que las instituciones otrora bastante confiables de la Nación, están obligadas a hacer en esta administración, claro está.

Entonces, la versión oficial del mencionado ajuste hace referencia entre otras cuestiones más técnicas, a la necesidad de adecuar el programa a la realidad económica actual, esto es, justificar el incremento en virtud de la subestimación que se hiciera oportunamente en la programación original. Sin embargo, la verdad es otra.

En principio no se observa un crecimiento real de los agregados monetarios que indiquen un uso adecuado del dinero circulante en transacciones financieras o en ahorro.

Como se dijo en otras oportunidades desde Tribuna de Periodistas, el superávit fiscal que proclama el gobierno no es real, sino que el presupuesto nacional fue siempre proyectado en una muy menor expectativa de recaudación a efectos de simular una mayor recaudación que no fue nunca ni más ni menos que la prevista, hasta llegar ahora al déficit fiscal.

El programa monetario original preveía un razonable manejo de los recursos fiscales para generar superávit, y en eso sustentaría la emisión primaria de dinero que permitiría afrontar las obligaciones. Sin embargo, los hechos demostraron que se estuvo y sigue estando muy lejos de lo programado en diciembre pasado.

Las transferencias hechas y por concretar al Tesoro Nacional antes de fin de año implican mayores montos de emisión, lo que deja en evidencia que el argumento esgrimido oficialmente acerca de que la reprogramación obedece a una adaptación a la realidad, constituye una falacia. No se ha subestimado el crecimiento, sino que se ha emitido en exceso para transferir a la Nación cuatro veces más utilidades que el promedio de los últimos 48 meses.

La economía entonces, en lugar de crecer como se pretende justificar con el exceso de emisión monetaria, está decreciendo, y esto lo demuestra la diferencia entre demanda nominal y real del dinero. Mientras la primera aumenta, la segunda decrece, en tanto la gente no ahorra, sino que consume, acelerando el proceso inflacionario.

De existir alguna política monetaria, las tasas de interés estarían siendo presionadas por la demanda de dinero, sin embargo, lo que ocurre es que la oferta se expandió de manera incontrolable, incrementando precios, y es esta inflación la que empuja el crecimiento de la demanda monetaria nominal.

En la lógica del modelo k, la inflación se frena congelando el tipo de cambio, ignorando aparentemente que apelar a ese sólo mecanismo no sólo no resulta eficiente, sino que en el largo plazo termina siendo altamente pernicioso para el sistema económico en su conjunto. Es verdad que un dólar estable baja el precio de las importaciones, pero desalienta el ahorro, en tanto demanda una mayor estimulación a consumir, distorsionando los precios relativos.

Ya hacia fines del año pasado mientras la base monetaria crecía al 25 % acrecentando la inflación, el PBI descendía.

En fin, llegados a este punto, la verdad cae por su propio peso y uno termina razonando que estos dislates son perfectamente comprensibles y asimilables a la inteligencia de su ideólogo que además de economía no sabe nada, sí muchísimo de vil especulación. Lo que no se entiende es que la Presidente del BCRA, siendo economista, los crea, o al menos, repita a pie juntillas semejantes argumentos para justificar algo que hace agua por los cuatro costados. ¿Ingenuidad, obsecuencia o simplemente la motivación gravitando en torno a conservar el cargo?

 

Nidia G. Osimani

 

3 comentarios Dejá tu comentario

  1. Estimad@s foristas: Lamentablemente para el gobierno, para la clase política y fundamentalmente para todos nosotros, la realidad es la única verdad. Y la verdad es que esto, como dice atinada y sensatamente la analista, hace agua por los cuatro costados. Puesto que se insiste en negar la realidad, la consecuencia inevitable es que se persiste en políticas equivocadas y los resultados serán progresivamente mas negativos para la marcha de la nación. Con todo su correlato, que no he de exponer porque todos recordamos crisis similares en el pasado cercano. Francamente, los motivos que pueda tener Marcó del Pont para actuar como lo hace me importan poco. Sospecho que se hace la ingenua por las mismas razones que obligaron a Felisa Micheli a dejar su cargo en forma intempestiva. Mas concretamente, debe estar ganando mas dinero que el que nunca vio en toda su vida. Y seguramente estará pensando que toca el cielo con las manos. Muy lejos de eso, va a tener que emigrar cuando se evidencie que fue partícipe necesario del crimen de lesa humanidad que están cometiendo contra el pueblo argentino. Porque saliendo un poco del marco estrictamente técnico que analiza el artículo, todos los participantes de este gobierno son total y solidariamente responsables del clima de enfrentamiento social que se impone desde el poder político, que está intentando dividirnos en facciones enfrentadas y que solo sirve para la destrucción. Si nos imaginamos que este tipo de políticas será la que atraiga inversiones, genere puestos de trabajo y produzca una mayor y mas equitativa distribución de la riqueza, estamos tan locos como los que nos gobiernan. Un abrazo, saludos a los señores periodistas y a mis amig@s foristas. Jorge A. Rodriguez spoohevoof@garrifulio.mailexpire.com

  2. Totalmente de acuerdo con J. Rodriguez, esta tipa está juntando la guita en pala, por el sueldo y por los "extras" bajo la mesa. Por lo tanto , le importan un bledo el país, su carrera de economista, y su prestigio futuro. Es coherente con todo el equipo de atorrantes que nos desgobiernan, a los que lo único que les importa es el dinero y el poder, éste último como medio de obtener más dinero. Saludos.

  3. Existe un grave problema en la composición social, para la cual el tema de la inflación no es importante como lo es para aquellos que tenemos una óptica distinta del flagelo. La última inflación galopante ocurrió hace 20 años con Alfonsín.Muchos jóvenes han vivido en la absoluta estabilidad de precios (o casi). Y para el resto, que ha sufrido inflaciones mayores al 100%, la actual no le hace mella porque si aquella no lo mató saben muy bien como sobrevivir a esta. Y lo que digo es extremedamente peligroso porque muchos han comprado "el modelo" que no cierra, porque disfrutan de subsidios de tarifas, de boletos de transporte, de planes de cualquier tipo, de ocupaciones de terrenos fiscales de los cuales no los sacan, de cortes y reclamos sin que la policía les haga nada, y de un gobierno que en su discurso ataca a las potencias mundiales, a los empresarios, y a todos los que tienen un buen pasar. Con ese poquito y una oposición disgregada, si los K bajan las retenciones se quedan 4 años más.Lo suscribo ya.

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