Justo un día después de cumplirse el primer mes del derrumbe del gimnasio en Villa Urquiza, a la madrugada explotó en los medios la terrible noticia de un nuevo episodio de estas características. El bar Beara Lounge Club del barrio porteño de Palermo se desplomó luego de una presentación del grupo Ráfaga. El fatídico episodio, ocasionado por la caída de un entrepiso, provocó dos muertes y veinte heridos.
Cual porteño Déjá vu, el jefe de Ministros del gobierno citadino, Horacio Rodríguez Larreta, aseguró esta mañana que el boliche tuvo sus debidas inspecciones: nueve en el último año, y que se trataba de un lugar de fiestas privadas.
Pero la lamentable experiencia en este tipo de hechos, ocurridos en los últimos años en nuestro país, si bien permitió a los servicios de emergencia actuar de manera rápida y efectiva, provocó cuestionamientos tales como cuánta gente dejó ingresar el dueño del lugar a ese evento —con un entrepiso a base de chapa, durlock y madera— y qué cantidad de personas se podía albergar.
Según diferentes testigos, era muy previsible que el entrepiso (donde funcionaba el sector VIP) se cayera, “vos te das cuenta cuando pisás algo flojito. Todo el mundo decía 'un día se va a caer este techo', pero lo decís en broma, es algo que no te imaginás que pueda pasar". Es dable preguntarse si algún inspector no sintió el “piso flojito”, al momento de revisar el lugar.
El entrepiso de la tragedia
El secretario general del gobierno porteño, Marcos Peña, aseguró que en el lugar había "alrededor de 150 personas" al momento del derrumbe. Pero luego de señalamientos de diferentes testigos, ahora se habla de 300. Incluso una joven que logró salir ilesa aseveró que hubo momentos en los que se registró mucha más gente en el lugar.
Desde el ejecutivo porteño, se repitió la estrategia de culpar a los dueños del lugar, tal como ocurrió con el gimnasio de Villa Urquiza en el que se apuntó inmediatamente a los patrones e ingenieros encargados de la construcción del local. En ese momento el Gobierno de Mauricio Macri se presentó como querellante en la causa que investigaba el derrumbe, pero hace cuatro días, la jueza María Fontbona de Pombo, a cargo de la investigación, rechazó el pedido de la Ciudad de actuar como querellante ante la posibilidad de que haya funcionarios imputados en el sumario penal.
Adriana Lizarraga, de 20 años, y Leticia Provedo, de 21 forman parte de la lista de la impericia de varias entidades públicas y privadas, mientras que se suman los "Chabanes".
Eliana Toro