Estos días el piloto-médico-director de cine Enrique Piñeiro, está promocionando por todos los medios su nueva película: Rati Horror Show, dónde pretende desvirtuar la realidad de lo ocurrido en la denominada "masacre de Pompeya", en la que el 25 de enero de 2005 Fernando Ariel Carrera, en momentos en que pretendía huir en un automóvil, disparando un arma de fuego contra el móvil policial que lo perseguía, embistió en pleno centro de Pompeya a un grupo de personas, provocando la muerte de dos señoras y un niño.
Piñeiro insiste en instalar la sospecha de un "armado" policial. Pero pienso: un juez de instrucción procesó a Carrera, tres jueces de la Cámara del Crimen confirmaron este procesamiento; un fiscal de instrucción solicitó que la causa fuera elevada a juicio oral; un fiscal general solicitó que fuera condenado a 30 años de prisión; y tres jueces del tribunal oral lo condenaron. ¿Tanto poder tiene la policía? ¿Puede la policía influir en 7 jueces y 2 fiscales? Entonces no entiendo por qué estamos como estamos. He aquí una síntesis del hecho.
Inicia en jurisdicción 48 con robo asalto a mano armada y el damnificado con un auto prestado sigue al vehículo en cuestión informando por celular a comando radioeléctrico. A las pocas cuadras, tratan de interceptarlo un móvil de la 48 y se da a la fuga y en el trayecto tiene un enfrentamiento con personal policial y dos de los delincuentes bajan del auto en Rabanal y Centenera huyendo de a pie; esto lo ve el damnificado, y finaliza en Saenz y Esquiú con el saldo de tres personas muertas, atropelladas por el vehículo del caco.
Este tenía el auto a su nombre, no tenia antecedente y tenía un pequeño negocio de venta de repuestos en Lanús, pero en la esquina trágica fue reconocido por un matrimonio que hacia una hora antes, con este auto y con un Renault 9 gris de apoyo, habían robado a todo el pasaje de un colectivo de la línea 28 en la calle 27 de Febrero, jurisdicción de la 52; y casualmente iban al banco a retirar más plata, a unos metros del lugar, y se acercaron a ver qué había pasado. Inmediatamente reconocieron al conductor y habían anotado la patente del auto que coincidía. A todo esto se acerco el damnificado que advirtió al Comando.
Este caco fue reconocido en rueda de presos, muchos días después; y también fue comprobado con testimonios de los damnificados y testigos reales que se encontraban en el lugar, que este caco atropelló a las personas porque se dio vuelta a disparar. Por algo le dieron 30 años; pero ahora a esto se lo llama una “causa armada”.
Hay muchos detalles de este procedimiento que solamente los podría armar un director de cine con muchísimo tiempo y bien asesorado e informado de la causa, cosa que no ocurre en la película que se estrenó el 02-09-10. El director habló con el caco en la cárcel y para él esa es la verdad.
Un negocio rentable para el Sr. Piñeiro, porque como piloto comercial terminó su carrera y como médico nunca ejerció; entonces, hay que lucrar con algo que siempre está vigente, ensuciar a la policía y a la Justicia, que es lo más barato que existe.
Para los que no lo saben, en la causa no hay ningún policía procesado.
Carlos Marcelo Shäferstein
shaferstein@gmail.com
Abogado - Tº 5 Fº 314 C.P.A.C.F