La semana pasada una referente de la Coalición Cívica en la ciudad y diputada porteña me relató sus sospechas de un mega-negociado con los terrenos en las villas miserias y el verso de las escrituras propuestas por el macrismo a sus habitantes. Una vez más, debemos contar otra historia de sangre, impunidad e injusticia social.
¿Qué tienen en común las provincias como Formosa y El Chaco con importantes zonas de la Patagonia y con los inmensos parques abandonados de la zona sur de la Capital Federal? Sus climas son dispares, su vegetación diversa pero sus habitantes similares: No importan a nadie. De los aborígenes formoseños que fueron reprimidos la semana pasada bajo la indiferencia del gobierno nacional al violento desalojo en el Parque Indoamericano, hay solo un paso. La discriminación de los gobernantes hacia los ciudadanos “de cuarta” es evidente.
Hoy cinco policías —dos oficiales jefes y tres suboficiales— fueron separados de sus cargos. Bernardo Salgueira y Rosemarie Puja no pueden decir qué pasó con ellos. Están muertos.
La primera versión habló —un clásico de la policía— de que “se mataron entre ellos”. Misteriosamente, esta vez, la Metropolitana pudo funcionar junto con la Federal. Increíblemente, en esta oportunidad, la Fuerza de Seguridad creada por Mauricio Macri, sí pudo llegar a Lugano y a Soldati. Cuando vecinos de Villa Lugano pidieron más seguridad, meses atrás, la solución del gobierno de la ciudad fue enrejar varias manzanas. No había policía disponible. En estas horas, el Parque Indoamericano está repleto de policías de ambas fuerzas.
Hace 48 horas, el periodista Marcelo López Masia publicaba en este periódico los vínculos entre Macri y el kirchnerismo. La diputada de la Coalición Cívica expresaba, en off, las presunciones que aun no pueden comprobar en ese sentido. Boom inmobiliario. Represión contra quienes están más a la izquierda que “el gobierno nacional y popular”. Un país que crece bajo el amparo de los subsidios y la cultura del acomodo y el alcahuetismo. No se trata de “no trabajar”, se trata de hacerse amigo del juez, como decía el Martín Fierro o, en los años K, del puntero del barrio. En el 2007, los punteros tradicionales de la zona sur, peronistas en teoría, jugaron para Mauricio. ¿Quién es Héctor Rodríguez?
Sin un instituto de vivienda, como denuncia el dirigente del Partido Obrero, Marcelo Ramal, el déficit habitacional en la ciudad de Buenos Aires es fulminante. Afirma Ramal: “Escriturar en las villas es el preludio del desalojo. Lo que están haciendo es lo siguiente. Van a entregar escrituras por venta condicionada”. Es decir, el vecino que escritura en la villa, no va a poder vender la propiedad en cualquier condición, sino, únicamente al gobierno. De esa manera, realizarán escrituras selectivas para luego comprar con fondos públicos las mismas. ¿Dónde está el kirchnerismo en la búsqueda de la justicia social? Miran para otro lado. O lo que es peor, arman su propio negocio. En Tribuna publican una carta de lector denunciando el negocio de las viviendas populares de las Madres de Plaza de Mayo. Un vecino de Soldati me dijo que “hay personas que ocupan terrenos y ya tienen viviendas buscando un rédito económico. Hay vivos en todos lados. Pero la demanda de vivienda es impresionante. Pero, también, están las construcciones de las Madres, más de 600 viviendas sin ocupar, defendidas por un comando de seguridad que se encuentran armados y vigilan rigurosamente y están preparados para atacar si alguien intenta ingresar”. Una vez más, Macri manda a reprimir, el kirchnerismo, crea grupos de choque y la terceriza la represión.
Concluyendo, según se comenta en el barrio, la represión surgió luego de que un puntero del macrismo, llamado Enrique Rodríguez, recorrió la zona hablando de este tema: El gran proceso de escrituración. “Si tomas el terreno, después te lo damos”. En el 2001, la gente no salió a saquear de un día para el otro. Más allá del contexto social y cultural, alguien dio el visto bueno. Llámese Duhalde, Ruckauf o quien sea. Esta semana, en Soldati, pasó lo mismo.
Luis Gasulla