La conmoción nacional por la muerte del ex presidente Néstor Kirchner marcó un antes y un después en la carrera electoral a 2011, al trastornar los planes del Gobierno y descolocar a la oposición, en un año marcado por el protagonismo del Congreso, los problemas de inseguridad y los festejos del Bicentenario.
Más allá de las dos intervenciones quirúrgicas a las que había sido sometido durante el año, la desaparición física de Kirchner el 27 de octubre pasado causó una fuerte sorpresa y convulsionó la vida social y política del país.
En uno de los funerales más concurridos de la historia, sólo comparable a los de Juan Domingo y Eva Perón, Kirchner fue despedido por centenas de miles de personas en la Casa Rosada y Río Gallegos (donde fueron depositados sus restos).
Justo cuando se perfilaba como el principal candidato oficialista a competir por la Presidencia en 2011, el santacruceño dejó pendiente la postulación del PJ y con su desaparición obligó a modificar las estrategias a todo el arco anti K.
Si bien por estas horas Cristina Kirchner se presenta como la heredera política de su esposo y ya comenzó un operativo "clamor" sobre su reelección, también se observa con expectativa el rol que cumplirá el gobernador Daniel Scioli, que podría llegar a ser el postulante del Gobierno, en el caso de que la Presidenta decida dar un paso al costado.
En medio del luto, la jefa de Estado obtuvo un enorme respaldo popular, muy superior al que venía teniendo su gestión hasta entonces, aunque un fin de año complicado en términos sociales y políticos parecía volver a situarla en los niveles de adhesión promedio de su mandato, que ya lleva tres años.
La muerte de Kirchner también obligó a la mandataria a asumir tareas políticas que antes delegaba en él, para iniciar un proceso de recomposición del oficialismo tras el duro golpe que supuso el deceso de su líder natural.
Ese proceso es seguido de cerca por referentes del Peronismo Federal opositor como el diputado Francisco de Narváez, que luego de resignar sus aspiraciones nacionales buscará pelear en territorio bonaerense.
Por ese espacio, el ex presidente Eduardo Duhalde y el gobernador de Chubut Mario Das Neves fueron los primeros en lanzar sus precandidaturas presidenciales, antes que sus socios Felipe Solá y Alberto Rodríguez Saá.
La pieza clave de ese armado, Carlos Reutemann, dio un paso al costado a pocos días de la muerte de Kirchner y deslizó que sólo se presentaría en los comicios de 2011 si baja la popularidad de Cristina Kirchner, pese a que es el candidato mejor posicionado de ese sector del PJ disidente.
En un espacio cercano, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, también mostró su aspiración nacional, aunque todavía no se lanzó y postergó la definición sobre su futuro.
El mandatario porteño atravesó una profunda crisis política a mitad de año, luego de que el juez Norberto Oyarbide lo procesara el 14 de mayo por considerarlo miembro de una "asociación ilícita" en la causa por las escuchas ilegales.
La tensión por el caso comenzó a licuarse con el correr de los meses luego de la creación de una comisión especial investigadora en la Legislatura porteña, donde sólo tres legisladores recomendaron el juicio político al jefe de Gobierno.
Sobre el cierre de 2010, el violento desalojo en el Parque Indoamericano de Villa Soldati, que dejó un saldo de cuatro muertos, volvió a poner a Macri en el centro de la escena, junto al Gobierno nacional.
La situación derivó en un nuevo enfrentamiento jurisdiccional entre la Casa Rosada, que también fue salpicada por las esquirlas de la explosión del conflicto y pocos días después del estallido decidió la creación del Ministerio de Seguridad.
La grilla de candidatos formalizados hasta el momento la completan Elisa Carrió, que se divorció definitivamente del Acuerdo Cívico y probará suerte en su tercera postulación a la Presidencia; el titular de Proyecto Sur, Fernando "Pino" Solanas; y el diputado Ricardo Alfonsín.
El hijo del ex presidente radical oficializó sus intenciones y picó en punta por sobre el vicepresidente Julio Cobos, que experimentó una caída en su popularidad durante los últimos meses, especialmente después de la muerte de Kirchner.
El balance anual para los opositores arrojó resultados magros, especialmente en el Congreso, donde tuvieron gran protagonismo, pero no lograron avanzar con sus propuestas de campaña, pese a la minoría numérica del oficialismo, que optó por el bloqueo legislativo.
Carrió funcionó como la armadora del antikirchnerismo, pero sobre fin de año, tras denunciar supuestos intentos de soborno durante el tratamiento del Presupuesto 2011, las alianzas se rompieron y la líder de la Coalición Cívica quedó lejos del resto de la oposición.
El heterogéneo arco anti K tuvo mayor empuje en la Cámara baja, donde logró avanzar con las reformas del Consejo de la Magistratura, del Indec y del régimen de los DNU, entre otras leyes.
Sin embargo, los debates se trabaron en el Senado, donde además de la extrema paridad numérica se sumaron actitudes cambiantes de algunos legisladores y las diferencias internas de la oposición, que hicieron mella en los planes desde el inicio del año.
En el orden internacional, la Presidenta obtuvo en febrero el respaldo del Grupo Río en el reclamo por la soberanía de las Islas Malvinas, al tiempo que encaró una nueva protesta formal por la explotación de petróleo en la zona, autorizada por Gran Bretaña.
El 20 de abril, tras más de cinco años de conflicto, la Corte Internacional de Justicia de La Haya dio el fallo sobre el reclamo por la ex Botnia, que reprochó a Uruguay el no haber informado de la construcción de la planta, pero consideró que no había pruebas de contaminación.
Pese al descontento por la decisión de La Haya y a la espera de un control binacional de la papelera, los ambientalistas de Gualeguaychú levantaron el corte del puente General San Martín el 16 de junio, tras sostener la medida por tres años y medio.
Sobre el final del año, el escándalo mundial por la publicación de cables diplomáticos estadounidenses en el sitio WikiLeaks repercutió en el país, luego de que trascendiera, entre otras cuestiones, el interés de la Embajada norteamericana en la "salud mental" de Cristina Kirchner.
A nivel local, el cambio más relevante en el Gabinete tuvo que ver con la renuncia por "diferencias" con la Jefa de Estado del canciller Jorge Taiana, que fue reemplazado por Héctor Timerman.
En tanto, los festejos por el Bicentenario de la Revolución de Mayo ocuparon un importante espacio en 2010, al ritmo de la visita de todos los presidentes de la región y de la salida a la calle de miles de personas.
Mayra García
NA