Indudablemente, desde hace más de siete años, los argentinos estamos gobernados por un gobierno del “primer mundo”. Es indudable, digo, por la cantidad de medidas, leyes y decretos sancionados, por Néstor Kirchner antes, y Cristina ahora.
Siempre que existe un conflicto, sea este en el ámbito que ocurra, primero se deben solucionar las consecuencias de dicho problema. Luego, a las causas.
Si no se hace ninguna de las dos cosas —especialmente atacar a las causas del problema—, el conflicto reaparecerá una y otra vez.
Desde hace más de siete años, como dijimos, existen básicamente los mismos problemas. Y desde hace más de siete años, también, la única política de estado del kirchnerismo fue siempre la misma, deformar la realidad, hacer anuncios de obras inexistentes, modificar datos estadísticos —el INDEC es el más claro ejemplo de ello— y todo con mentiras orquestadas y profundizadas a través de todos los medios que dispone, aunque sean muy pocos los que escuchen, lean o miren.
Lo cierto es que en
¿Cuáles son estos problemas? Veamos: En primer lugar, la mal llamada “inseguridad”, que en realidad es la delincuencia que crece a pasos agigantados. Luego, podríamos seguir con la inflación, la desocupación, cuyos índices están más que “dibujados” por el INDEC de Guillermo Moreno y los planes sociales, salud, educación, vivienda…
No solo el kirchnerismo no soluciona estos problemas, sino que además, hace caso omiso de ellos. Para el kirchnerismo es como si todo eso no existiera.
Pero no todo termina ahí. Tampoco pudieron solucionar, o no quisieron, el descontrol generalizado cuasi anárquico que impera el la sociedad argentina.
Una muestra de ello, y como para graficar aún más lo aquí expuesto, son los hechos ocurridos en las últimas semanas.
Tomemos entonces, caso por caso.
Los jubilados no pudieron cobrar
Como si el calor agobiante no hubiera bastado para complicar lo suficiente la mañana de los jubilados que tenían que hacer la cola para cobrar sus haberes, un ingrediente adicional la hizo hoy aún más tediosa: la falta de efectivo en dos sucursales del Banco Nación los obligó a esperar durante horas bajo el sol hasta que llegara el dinero. La situación comenzó a normalizarse por la tarde, luego de que los empleados decidieran extender el horario bancario.
En paralelo, trabajadores de
La situación más conflictiva se vivió en la sucursal Caballito del Nación. Allí, los empleados decidieron cerrar las puertas ante la falta de efectivo. Afuera, una larga fila de jubilados esperó durante horas para poder cobrar, a un día de
Los empleados reanudaron la atención y se comprometieron a extender su horario para que todos pudieran cobrar.
Fuentes del Banco Nación explicaron que las complicaciones en esos dos bancos se debieron a que se demoró la llegada de unas remesas de dinero y desmintieron que tuviera relación con el bloqueo de camiones de caudales que emprendieron mañana integrantes de
No hay billetes
La presidente del Banco Central de
Llamativamente, el BCRA decretó el asueto para su propio personal e "invitó" al resto de las "entidades financieras y cambiarias" adoptar medidas similares para sus empleados
La escasez de billetes de cien pesos obligó a comienzos de diciembre a contratar, desde el Banco Central, servicios de
Ese trabajo, por las características del envío, corrió por cuenta de
Okupas
Este punto fue, y sigue siendo, sin dudas, el más difícil de los temas a resolver.
Pero como para el kirchnerismo nada es difícil, lo solucionaron de inmediato. Le echaron la culpa a Eduardo Duhalde y a Mauricio Macri. Listo, problema resuelto.
Más allá de esta infantil argumentación que merecería por su importancia social, política y económica un análisis más extenso y detallado, para dilucidar si es cierto o no que fueron Duhalde y/o Macri los organizadores de las tomas de terrenos y espacios públicos, quedaron al descubierto dos cosas:
La primera es que realmente existe un problema gravísimo de vivienda, el cual después de más de siete años de gobierno no pudieron solucionar. Lo segundo, es que quedó también demostrado que en
Cortes de calles y rutas, Camino de Cintura Gral. Paz y Camino Negro
Este es ya un clásico argentino, el corte de rutas y calles. Es evidente que esta es la única manera de ser escuchado en la convulsionada Argentina K.
Los motivos de los cortes fueron por distintos motivos. En algunos casos por falta de agua, en otros, por falta de suministro eléctrico.
A todo esto, sumemos los delirios de Aníbal Fernández, que hizo custodiar la fiesta de 15 de su hija no reconocida por Prefectura.
Indignado se mostró el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, cuando el gobierno de
Pocos días más tarde la concepción sobre la función de
Al parecer, todos esos efectivos se habían movilizado porque la presidenta Cristina Fernández de Kirchner estaba invitada al evento, pero la mandataria no fue.
La fiesta se realizó en el salón Buen Ayre, ubicado en el segundo piso del Hilton y fue decorado imitando la estética de la película “Alicia en el País de las Maravillas”.
Cabe recordar que en febrero, tras una investigación de dos meses certificada por once fuentes, Noticias reveló la historia secreta de la hija no reconocida que Aníbal Fernández tuvo con una colaboradora de su más extrema confianza, cuyo nombre se mantiene en reserva para preservar la identidad de la menor, que nació en diciembre de 1995. Hasta octubre no había reconocido legalmente a su hija extramatrimonial.
Inseguridad
Realmente sería redundante agregar algo sobre el tema inseguridad. Lo cierto es que los casos se suceden día a día y es imposible escuchar a alguien del gobierno que hable de ello.
Mucho menos, por supuesto, que tomen cartas en el asunto y traten de solucionarlo.
La duda es: ¿No lo hace por incapacidad o por negligencia?
Inflación
También sería redundante hablar sobre un teman tan viejo como conocido para los argentinos, la inflación…
Solo un dato estadístico: tanto Venezuela como Argentina son los dos países con el índice inflacionario más alto de Latinoamérica, que es del 30% anual, seguidos por Ecuador con el 20%. El índice inflacionario del resto de los países latinoamericanos ronda entre el 4 y 6 por ciento anual. Creo que no es necesario agrega más nada. Los números hablan por sí solos.
Cortes de luz y de agua
Otro clásico argentino. Año tras año, cada vez que llegamos a épocas de muy altas o muy bajas temperaturas aparece el mismo problema: No hay luz, no hay agua, no hay gas.
¿El motivo? Muy simple: No hay inversión, no hay infraestructura, no hay una política de estado en materia de energía.
El problema es tan obvio y claro que hasta el mismísimo ministro de Planificación Julio De Vido lo debe saber. Y si no lo sabía, seguramente en el día de su casamiento se habrá enterado de que esto ocurre, ya que el calor le jugó una mala pasada justo en ese momento, cuando en la localidad Zárate, cinco minutos después de haber ingresado al Registro Civil para dar el "sí" junto a su mujer Alessandra Minnicelli, hubo un apagón general en toda la ciudad y el funcionario K encargado de que Argentina tenga energía eléctrica se tuvo se casar en penumbras.
Conflictos gremiales
Otra constante del “Gobierno Nacional y Popular es la permanente lucha sindical, que más que luchar por sus propios afiliados son peleas internas de disputa de poder.
Tenemos, en los últimos días, casos muy claros de ello.
Cierre del puerto. La tercerización se está haciendo presente como foco de conflicto en casi todos los ámbitos y el sector portuario no es la excepción. El blanco es Exolgan, del grupo PSA -Autoridad Portuaria de Singapur- y del empresario Alfredo Román, que mantiene un 20% de la terminal tras venderla en 2008.
El Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA), que agrupa a los estibadores, se movilizó ayer a la terminal, a las oficinas de Loginter (que pertenece al hermano de Alfredo, Ricardo Román), y a Olivos, donde están las oficinas de Hamburg Süd (el SUPA aduce que tiene "participación accionaria" en Exolgan, algo que la naviera niega rotundamente). Exolgan tiene, desde siempre, tercerizado el servicio de estiba con la empresa Román Servicios, que tiene a su personal encuadrado en Camioneros.
Como en todo conflicto sindical, no faltan quienes denuncian una inspiración política detrás. Es que Buenos Aires está haciendo todo por recuperar prestigio y
LAN, Aeroparque y Ezeiza. También por un conflicto gremial hubo un paro de azafatas que obligó a suspender 24 vuelos y afectó a unos seis mil pasajeros.
Retiro Afiliados a
El corte, generó malestar en la gente que esperaba para irse a destinos lejanos a pasar la navidad o por vacaciones.
Para finalizar, el broche de oro, los desmanes en Constitución
Una vez más, un reclamo termina en caos. Mientras personal tercerizado cortaba las vías del Ferrocarril Roca y suspendían los servicios, los usuarios reaccionaron en la estación Constitución ocasionando desmanes como protesta.
En este caso, como en el de la ocupación de espacios públicos también habría que hacer un análisis para dilucidar cual es la verdadera causa y quienes realmente generaron el conflicto y porque. Pero más allá de ello aquí también quedaron al descubierto dos cosas:
La primera es que realmente existe un conflicto laboral, el cual el gobierno no pudo solucionar. Lo segundo, es que quedó también demostrado que en
Sin embargo, el inefable Aníbal Fernández, como siempre, eludió las causas que originaron todo, pero no dudó en asegurar que los incidentes en Constitución fueron "apadrinados" agregando que "punteros políticos" impulsaron las protestas cuando el diálogo por el corte de vías "estaba encaminado". Y culpó a "dirigentes irresponsables que buscan perjudicar al Gobierno". También acusó a la prensa de "incentivar" los enfrentamientos.
No conforme con estas declaraciones, también sostuvo que los disturbios estuvieron "incentivados por muchos medios de comunicación que ustedes conocen de sobra: basta con mirar los canales de noticias o leer los diarios -argumentó- como para ver el veneno que destilan en tal sentido".
Como siempre, la culpa es de los demás, aunque alguien le debería avisar al obsecuente ministro que son ellos los que gobiernan, por lo tanto son ellos los que deberían aportar las soluciones, que por cierto, brillan por su ausencia.
Pablo Dócimo
ANEXO:
Una marca registrada en el kirchnerismo: corrupción se escribe con K
Pero no es ese su gran mérito. Lo más sobresaliente del kirnerismo es el alto grado de corrupción.
Podríamos confeccionar una lista con algunos casos, como por ejemplo Skanska, la bolsa de Felisa Miceli, el caso de Romina Picolotti, las tierras del Calafate, la declaración jurada del matrimonio presidencial, las valijas de Antonini Wilson, la embajada paralela en Venezuela, en fin…
Pero el kirchnerismo nos sorprende día a día, y nada escapa a la imaginación K, entonces, apareció un nuevo caso.
Según una investigación realizada por el diario Perfil, hubo “Millonarios sobreprecios en
De dicha nota, se desprende que Cancillería rechazó una oferta de 3,2 millones y aceptó otra que costó el triple. Un memo que revela precios insólitos, como el alquiler de notebooks por $ 6.735 por dos días.
La preocupación por los valores cotizados aparece, incluso, en un memo del Ministerio de Relaciones Exteriores. La nota 534 del 12 de noviembre sugiere “analizar con profundidad” la oferta de Punto Baires –empresa que suministró los servicios- porque podría implicar “un aumento más que significativo” de la contratación. La empresa había cotizado su trabajo en 6,82 millones de pesos pero, tras sumar los servicios prestados, el monto supera los 9 millones de pesos.
Absolutamente todos los datos aquí vertidos son extraídos de la realidad, objetivos, claros y contundentes.
Pero estimado lector, no se desanime, por que gracias al gobierno “nacional y popular” usted puede disfrutar, entre otras cosas, del fútbol para todos, que nos cuesta a todos los argentinos un poco más de 900 millones de pesos al año, o también puede disfrutar de una línea aérea como Aerolíneas Argentinas, que junto con Austral generan un déficit diario superior al millón y medio de dólares.
Eso sí, ahora tenemos una frecuencia de 8 vuelos diarios al calafate. Si, leyó bien, ocho vuelos diarios al calafate.
¿No es este entonces, un verdadero gobierno “nacional y popular”?