El empresario Daniel Koxis sintió el llamado de su esposa, quien le dijo que habían entrado ladrones a su casa y que sus hijos estaban de rehenes. Desesperado, se subió a su 4x4 y manejó a toda velocidad hasta su chalé.

“Cuando llegó se encontró con que su mujer estaba en la vereda junto a dos policías de civil. En ese momento se generó un tiroteo entre los ladrones y los agentes, en el que hubo al menos 17 balazos. En medio de los disparos, el hombre entró en crisis y se metió en su hogar: terminó con un balazo mortal en el cuello. Segundos después, los ladrones escaparon”, relató oportunamente diario Clarín.

La víctima fue el propio Koxis, de 51 años, dueño de una estación de servicio y asesinado el pasado 14 de enero delante de sus propios hijos.

Si la trama parece cruel más lo es luego del descubrimiento de que uno de los detenidos por ese crimen es un ex empleado de la Municipalidad de José C. Paz y supuesto custodio del intendente, Mario Ishii.

Se trata de Daniel Paredes Campos, quien admitió el viernes pasado ser empleado del municipio y cuyo testimonio se trató de ocultar a los medios desde el poder político. El por ello que trascendió recién en las últimas horas.

Si bien en un principio fuentes de la intendencia de José C. Paz intentaron desmentir que el sospechoso fuera custodio personal de Ishii, finalmente debieron reconocer que trabajó en la comuna hasta el 31 de diciembre, apenas dos semanas antes del hecho.

Lo interesante del caso, es que fuentes de ese municipio apelaron a una mentira feroz: aseguraron que el intendente “no tiene custodia personal”.

Independientemente de la falacia —que se refutará fácilmente en las próximas horas—, hay que preguntarse, ¿cómo es que un hombre que tiene frondosos antecedentes por robo a mano armada y hasta tendría una condena por un asalto a un blindado, trabajaba en el municipio de José C. Paz? Cuando fue reclutado por esa intendencia, ¿nadie sabía que Paredes Campos había estado detenido en la Unidad 9 de La Plata desde el 22 de febrero de 1995 hasta el 25 de marzo de 1997, acusado de “tenencia de arma de guerra”?

Lo que no sorprende a esta altura es que Ishii, el intendente más alcahuete del kirchnerismo, aparezca rozado por un nuevo escándalo. Nada le importa a este ex florista devenido en millonario funcionario público, ya que tiene la segura protección del Gobierno nacional.

¿Quién es Ishii? El jefe comunal de uno de los distritos más pobres del conurbano bonaerense, quien cobró notoriedad cuando al tomar licencia dejó a cargo de la intendencia a su mamá.

Luego cobró estado público la apropiación de más de 9.000 hectáreas en Santiago del Estero a través de su testaferro, Walter Abella (vendedor de celulares hoy millonario, copiando el estilo K) y el escandaloso desalojo judicial de dicho campo usurpado en el cual habían desmontado alrededor de 2.000 hectáreas de vegetación autóctona, pero el medio ambiente no parece ser su preocupación.

“En realidad, los ambientes que le interesan a Ishii y sus allegados (familiares, amigos y ediles de su municipio) son los de las casitas construidas con dinero del Estado Nacional que fueron distribuidas a su antojo, obviamente sin dárselas a los vecinos carecientes, tal vez para que no las deterioren”, asegura el abogado Enrique Piragini, quien denunció al intendente oportunamente.

Mucho podría decirse de este oscuro jefe comunal, incluso destaparse sus vínculos con el tráfico de drogas; pero de nada servirá: la Justicia y el poder político lo han amparado hasta ahora… y nada indica que vaya a ser diferente de cara al futuro.

Carlos Forte