Desde referentes de los derechos humanos a los investigadores de primera hora hablaron de una nueva desilusión en la investigación sobre el paradero de Jorge Julio López. El hijo del desaparecido en democracia y la mujer de Luis Geréz contaron sus sentimientos, broncas y frustraciones. Las preguntas siguen sin tener respuesta y cada año que pasa sin verdad, son más. Pero, ¿quién dice la verdad en esta historia sin fin?

El abogado Alejandro Sánchez Kalbermatten confía en el testimonio de “Gonzalo”. El hijo de López culpa al abogado por el manejo que hizo de la información con la prensa. La abogada de Justicia Ya! critica a la policía bonaerense por el accionar en los rastrillajes de la semana pasada. Horacio Verbitsky escribe una dura columna contra el abogado Kalbermatten descalificándolo y acusándolo de “jugar” para el Ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires. Kalbermatten responde y no se calla nada. Casal ataca la validez del testigo X. El testigo teme por su vida y no se presenta en la justicia. La justicia, calla. La mujer de Geréz habla de que intentaron comprar su voluntad pero que, “la sangre no se negocia”. ¿Quién?, pregunto. “No importa, alguien”, responde. El hijo de López defiende el accionar policial, más allá que en cuatro años y medio no hay ni una pista certera de dónde están los restos de su padre, quién lo secuestró, cómo y por qué. Miryam Bregman habla de que las pistas están pero no se investiga pues Daniel Scioli mira para otro lado. Adolfo Pérez Esquivel habla de deudas pendientes en materia de derechos humanos. El gobierno nacional, ayer de Néstor, hoy de Cristina, han creado la sensación de que se ha recuperado la justicia, la memoria y se respetan los derechos humanos como nunca jamás en la historia argentina. Un premio Nobel de la Paz, premiado internacionalmente por pelear por esos mismos derechos, no está tan convencido de “esa verdad”. Otros referentes de los derechos humanos lo acusan, por lo bajo, de militar con la oposición.  

El premio Nobel, Pérez Esquivel, afirma que “hay que seguir investigando todas las pistas aunque, hasta ahora, la mayoría, han sido fallidas pero hay que indagar qué pasó con Julio López, pues aquí hay complicidad de sectores de la policía bonaerense” (…) “El gobierno tiene muchas ramificaciones. Por un lado, la bonaerense es manejada por el gobierno de la provincia. Cuando estaba León Arslanián separó a muchos efectivos pero también hay gente muy honesta y trabajadora. Lo que sí, en el caso de López, hay sectores que siguen actuando con total y absoluta impunidad.”  

¿Por qué el testigo “2011” tuvo tanta repercusión mediática? ¿Por qué no se ha presentado en la justicia si, como afirma, Pérez Esquivel, ha mejorado la política de protección de testigos? ¿Por qué sigue investigando la propia policía, implicada en el caso López? El Nobel habla de responsabilidades políticas locales en las violaciones de los derechos humanos en el siglo XXI, en las provincias argentinas que parecen feudos. Además hace referencia a los silencios del gobierno nacional.  

Rubén López, en cambio, es muy cauto con el accionar político y de las fuerzas de seguridad: “En cierta medida fue una desilusión lo que sucedió. Siempre tuve la esperanza de que esta fuera la última vez pero sigo esperando realmente saber qué le pasó a mi viejo”. Sin haber tenido contacto con el testigo que afirmó saber dónde se encontraban los restos de López, Rubén López pide que “amplíe su declaración en la fiscalía y en realidad no se presentó jamás a la justicia. Debería aportar ese dato que marcó a través de los medios”. (…) “Él marca un lugar sobre los andenes de la estación Pereyra Iraola, en una construcción nueva que no existe. Lo único que se construyó hace ocho meses, es una reja”. Habla de otro testigo que afirma “haber visto algo parecido a una tumba pero no sabíamos si tenía o no que ver con el caso de mi viejo.” ¿Qué es algo parecido a una tumba? “Tierra, algún vestigio de ropa que hoy se han encontrado pero ahí se tira basura y era una zona donde hace muchos años se hacía entrenamiento militar y había mucha trinchera y pozos así que por ahí por eso le pareció oportuno venir y contar”.

Sobre la difusión del testigo y el manejo de la información por parte del Ministro de Seguridad y el Gobernador de la provincia, Rubén López le cree a los funcionarios públicos pues “Casal había pactado que esta persona declarara, y antes de ello, el abogado Kalbermatten salió a hablar con los medios rompiendo con eso. Le pedí una audiencia al Ministro y me contó cómo había sido el tema. Por eso se tuvo que tomar con tanta rapidez el hecho de ir al lugar y buscar. Este abogado tendría que haber hecho la denuncia judicialmente para darle seriedad.” Según Kalbermatten, el testigo no confiaba en la justicia y temía por su vida pero para López hijo, “son formas de pensar porque exponiéndose en los medios también es arriesgado. Se le brindaron todas las garantías posibles habidas y por haber, de todas formas seguimos esperando que aporte los datos pues, según él, no buscamos donde teníamos que buscar porque no se van a levantar todos los patios y veredas de la estación por no tener un lugar más claro”.

Según allegados al testigo, no existiría interés por conocer la verdad, Rubén López, se molesta: “Son opiniones de testigos. Si yo te digo que en un área que se tenía que inspeccionar que no eran más de 500 o 600 metros cuadrados y se hizo en 6000 a 7000, me parece que es importante. Creo que se tomó con mucha importancia y lo único que faltó levantar fueron las vías del tren”.  

El testigo maldito, el no escuchado, Jorge Scanio quien, en su momento afirmó haber visto con vida a Jorge Julio López, días después de su desaparición es repudiado por el hijo del desaparecido en democracia: “Técnicamente se probó que era imposible demostrar lo que esa persona vio. Detrás de esa persona está un periodista que maltrató a mi familia en forma alevosa. Estuve en el lugar donde supuestamente él dice haber visto lo que vio y es imposible. Su relato no es creíble y hablando con gente de la zona nos enteramos que esta persona no es de mucha confianza tampoco en cuanto a su forma de proceder. Hay que investigar bien para saber cómo son las cosas”. Pero, qué buscaría Scanio quien se arruinó la vida, y dice haberse separado de su mujer por este caso además de haber temido por su vida: “En esta causa había muchos pases de factura en todo sentido, de primos a tíos, de cuñados a cuñados, de bandas a otras bandas, estar involucrado en la causa ésta significa inconvenientes pero para mí, esta persona, quería perjudicar a los dueños del campo, vaya a saber por qué, y lo logró porque se hicieron tres allanamientos y si ves la denuncia inicial fue por drogas y ventas de armas, y la última fue en la que dijo que le pareció haber visto a López en el lugar que la hizo en un juzgado federal de Capital y ni siquiera es acá”. … “El periodista en cuestión habló de que el gobierno nos paga para que no hablemos y por eso tardamos 15 días en hacer la denuncia cuando todo el mundo sabe que no habían pasado ni una o dos horas desde que había desaparecido mi viejo que estábamos haciendo la denuncia en la policía”.

A Bregman no le llama la atención la difusión mediática del testigo sino que la “sociedad demanda verdad pero sí hubo un aprovechamiento político del ministro Casal haciendo una presentación pública cuando no se había investigado nada. El abogado Kalbermatten habló con los medios antes de ver al ministro, pero Casal debería haber guardado silencio porque no se respetaron los medidas elementales para resguardar el lugar”. Las razones por las cuales lo hizo, según Bregman, no las conoce pero “es evidente que se trata de desviar la atención de cómo se puede resolver el caso, hablan de la recompensa, y en la causa hay muchísimas pistas que llevan a la policía bonaerense y ellos deberían dar las explicaciones”. “Hay una clara decisión política de no seguir las pistas que conducen a la policía. Es encubrimiento”.

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*Testimonios efectuados en el programa Ahora es Nuestra la Ciudad.