Contrariamente a nuestra opinión particular, nos anoticia el prestigioso periodista Joaquín Morales Solá, bien informado como pocos, que Cristina Fernández ha decidido ir por su reelección en Octubre proximo. Lo hará desde un espacio al que podemos denominar "Cristinismo", que levantando carteles con la cara del Eternéstor se refugiará en todo el arco de la izquierda setentista tanto la puramente marxista cuanto la que dejó siempre un pie en el peronismo. Abal Medina, Verbitsky, Sabatella, Kunkel, Garré, Zannini, y los treintañeros de "la Cámpora" serán sus escuderos en la tarea de revalidar títulos conseguidos con dudosa ética republicana.
Tendrá de su lado la más formidable campaña de propaganda que la Argentina recuerde en toda su historia, y el despilfarro de dineros públicos más obsceno que cualquier bien nacido pueda imaginar. Esa que ya hoy día cansa hasta el hartazgo, ni imaginar lo que será de marzo a octubre.
Tendrá en su contra la creciente inflación, la inestabilidad emocional de la candidata, la falta de funcionarios de mediano prestigio para incorporar, y los auténticos disparates que el gobierno realiza de manera casi cotidiana, terminando de resquebrajar la ya endeble relación de la Argentina con el mundo. También tendrá en su contra el mote de “narco república” con que el mundo identifica a esta Argentina kirchnerista, y eso no es poco.
El amigo Alejandro Sala desde su blog Realidades Liberales se apresura a vertir su siempre respetada opinión vaticinando un seguro triunfo del oficialismo, más por la impericia de la oposición que por el mérito gubernamental.
Va de suyo y ya lo hemos dicho alguna vez en este medio, que el próximo gobierno, cualquiera sea su signo, estará obligado a gobernar con una importante dosis de kirchnerismo, fundamentalmente desde la asistencia social que de ninguna manera puede interrumpirse. Esto es algo que desde Duhalde hasta Carrió sin dudas suscriben: La diferencia está en los métodos. Carrió por ejemplo habla de universalizar de verdad la asignación por hijo, y de aplicar un impuesto a la renta financiera que lo subvencione en lugar de hacerlo con fondos de la ANSES.
También propone disminuir la presión impositiva sobre las Pymes e ir hacia un modelo de abundancia, lo que implica sentarse a dialogar con el sector productivo para multiplicar en lugar de restringir.
Los candidatos opositores coinciden en la necesidad de recomponer la desgastada relación de la Argentina con el mundo, y salirse del eje bolivariano que pone a la Argentina en la categoría de narcorepública neomarxista.
El aprovechamiento integral de las commodities hacia mercados de futuro como India y África es moneda corriente en las propuestas de todos y es por eso que no nos parece utópica la idea de un futuro gobierno que haga "kirchnerismo prolijo, decente, y abierto al mundo". Si da resultados, la palabra kirchnerismo pasará al arcón de los (malos) recuerdos.
Yendo a los números y perspectivas, la alianza Duhalde-Macri parece estar cada vez más establecida y a partir del extraño juego oficialista de "las colectoras de Sabatella" y el ninguneo a Scioli parece también estar en condición de captar voluntades de más de 4 de los barones del conurbano. Esta es la alternativa de centro derecha contra la que el kirchnerismo deberá enfrentarse. Y no suena ilógico suponer que reediten lo de 2009, habida cuenta que es sabido que Mauricio Macri carece de la presencia y el aparato nacional que el PJ puede darle, indispensable para aspirar a ganar una elección nacional.
Pero lo inesperado empieza a tomar cada vez más cuerpo cuando se habla de la posible solución al entuerto de la Coalición Cívica regresando al ACyS, ya sin la molesta presencia de Julio Cobos tomando decisiones, y hasta con la ligera chance de que el propio Solanas integre esa coalición que, desde luego, pasaría a ser la alternativa de centro izquierda. El terror de un kirchnerismo que no puede darse el lujo de perder un solo voto de las izquierdas, ya que de allí se pretende nutrir. Solo resta que Carrió lime asperezas con Stolbizer y algunas otras figuras de la UCR para que esta alternativa se vaya haciendo cada vez más viable de cara a Octubre.
Así las cosas, estaríamos ante un nuevo escenario de tercios bastante similar al de las legislativas del 2009, con el Kirchnerismo, el Peronismo Federal-Pro, y el ACyS.
La gran diferencia sería que en 2009 Nestor Kirchner peronizó al FPV para perder por apenas pocos puntos la provincia de Buenos Aires, mientras que Cristina Fernández parece querer intentarlo desde una cuasi total desperonización y recostándose sobre la izquierda que le responde. Ese variopinto conglomerado donde cohabitan peronistas de Perón con peronistas del Che Guevara y peronistas de Aldo Rico.....Una izquierda que tendría en Córdoba nada menos que a… José Manuel De la Sota.
Este cronista cree, humildemente, que si hace eso se suicida. Habrá que ver los acontecimientos pero tengo para mí que si Kirchner-Scioli “peronizados” fueron derrotados en la provincia de Buenos Aires, mucho más lo sería el tándem Cristina-Sabbatella.
El otro interrogante que se presenta es cómo Fernández disciplinará a una CGT que ya dio señales corporativas ante al affaire Oyarbide-Venegas y que tradicionalmente no se ha llevado nada bien con el ala izquierdista. Habrá que ver hasta donde la caja puede unir lo que la ideología ha separado aún hasta el grado del enfrentamiento armado.
De conformarse este escenario de tercios la realidad indica que vamos camino a un interesante ballotage, probablemente con empate técnico incluido, y habrá que ver si centroizquierda y centroderecha son capaces de unirse para derrotar al kirchnerismo en esa eventual segunda vuelta.
De acontencer esto, queda claro, los uniría antes el espanto que el amor. Pero un espanto que, comparado a lo que se vive hoy día, sería hasta ligeramente dulce.
Fabián Ferrante