Como una manera de perpetuar su imagen política y aprovechar los fondos públicos para hacer campaña, muchos han sido los gobernantes que eligen la polidemagogia, para reverdecer el narciso que llevan adentro y promueven libros, donaciones y caridades, con su cara, la firma y el sello de su gestión o el nombre que identifica claramente a su administración. Lo hizo el Gobernador de Salta y gracias a los medios, tuvo que retractarse bochornosamente.

Se conoció hoy, a través del diario El Tribuno de Salta, que el Gobernador Juan Manuel Urtubey hizo imprimir su foto en la tapa del libro escolar de texto, correspondiente al 4º grado “Salta Aprende”. Si bien el gobierno repartió un kit escolar entre los alumnos de 1º a 7º grado en los 700 establecimientos de la provincia, la sorpresa fue cuando se descubrió que el manual 4º grado lucía una imagen del gobernador en la portada, hecho que luego de tomar estado público, fue rectificado y se mandó a reimprimir la edición del libro escolar.

El diario expresa que el gobernador Urtubey, quien tiene elecciones el próximo mes de abril, dijo que “no tenía ni idea” de la existencia de su fotografía en las portadas de los libros de texto y que solo se enteró por los medios de esa novedad, por lo cual mandó a reimprimir las tapas. La confección de estos textos le demandó al estado provincial la suma de 12 millones de pesos.

Es mi firma ¿Y qué?

A lo largo de nuestra joven democracia hemos visto (y seguimos viendo) ciertos atisbos narcisistas de algunos gobernantes que pretenden asociar su nombre a las obras de gobierno o a campañas que realizan durante su gestión, con el dinero del erario público. A veces en forma directa, como en el caso de Carlos Ruckauf, que repartió zapatillas, fideos, azúcar, guardapolvos y hasta cortinas con su firma y en algunos casos la de su esposa, otras veces indirectamente, como el reparto de mochilas en una escuela de lago Puelo (Chubut) por parte del gobernador Das Neves, promocionando en forma asociada el logo de la Pan American Energy y el del gobierno provincial; o bien de introduciendo un texto de lectura infantil con dos personajes pingüinos, donde el protagonista se llamaba “Neki (apócope de Néstor Kirchner) el pingüino de las tierras blancas” y salvaba a la Argentina de manos de las aves rapaces (la oposición).

Este texto infantil, del cual dimos cuenta en el año 2005, se leía en el colegio católico María Auxiliadora, el mismo al que asistía Florencia, la hija de quien fuera entonces el presidente de la nación. En todos los casos y muchos más donde ha quedado plasmada la confusión de lo público con lo privado, los gobernantes siguen dando muestras de su falta de humildad y exacerbado personalismo. Hoy sucede en Salta, mañana será en otra parte del país; lo bueno es que siempre esté la prensa allí, para desenmascarar estas prácticas demagógicas.

Rubén Lasagno
OPI Santa Cruz