Desde hace dos semanas, analistas políticos de algunos diarios señalan un supuesto “giro” de la Presidenta, que para algunos es “hacia el centro” (La Nación), mientras que para otros es hacia “el progresismo” (Clarín), que la aleja —sostienen— de los sectores del “peronismo tradicional” u “ortodoxo” para “recostarse” sobre sectores “incondicionales”, como sus funcionarios próximos o sobre “los jóvenes” de La Cámpora.
A ese nuevo conjunto de actores los matutinos los denominan como “el cristinismo”, una flamante corriente que habría alumbrado tras la muerte de Néstor Kirchner.
Este supuesto “giro” también implica un mayor recato en las formas y a dar marcha atrás en algunas movidas oficiales, que los diarios aseguran que no ocurría con Néstor Kirchner, que siempre “redoblaba la apuesta”.
Así enmarcaron la negativa presidencial a la posibilidad de una “re-reelección” en 2015, el pedido de frenar las críticas al escritor Mario Vargas Llosa, que abrirá la Feria del Libro, y la orden presidencial de bajar el diseño “Nac & Pop” del sitio de la agencia Télam. También encuadraron en esa lógica la “baja de decibeles” de la puja con Daniel Scioli.
La incógnita en el ambiente mediático es si ese “giro” alcanzará a la relación con los medios y a la distribución de pauta oficial.
A varios observadores del mercado no se les pasó por alto que en el anuncio del plan “Deportes para todos” estuvieron presentes directivos de la firma TyC (en la que participa el holding de Héctor Magnetto) y que hubo una larga negociación con ellos. Tampoco que el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, haya ido a la apertura de la muestra Expoagro que organizan Clarín y La Nación.
(Fuente: DsD)
Redacción de Tribuna de Periodistas