Se rememora 1978 cuando desde Europa llegaban pedidos de información sobre lo que acontecía en la Argentina. Ante las acusaciones sobre las violaciones a los derechos humanos, el gobierno militar lanzó una campaña que logró que una enorme cantidad de automóviles mostraran la calcomanía que rezaba "los argentinos somos derechos y humanos" a causa de "la campaña de desprestigio internacional que se estaba realizando" y la llegada de una comisión investigadora.
Pasaron 33 años, Mario Kempes desafortunadamente no juega más, y la Justicia suiza hace un pedido de informes sobre las causas existentes en la Argentina respecto de Hugo Moyano y su hijo Pablo, con motivo de una investigación por lavado de dinero que la Justicia de ese país europeo está realizando.
El gremio de camioneros no se pega las calcomanías, pero anuncia un paro nacional y amenaza con "pegar" camiones en la entrada de todos los medios de comunicación que difundan noticias vinculadas a este tema, o a las causas judiciales que involucran al líder camionero.
Argumentan que existe una campaña de desprestigio sobre los Moyano, como si la multiplicidad de causas, ahora internacional, fuera casual o ficticia.
Camioneros va a hacer un paro nacional porque su Secretario General está investigado por las justicias de la Argentina y de Suiza. Y no conformes con eso, amenazan con ir a bloquear diarios y canales de TV que difundan noticias "negativas" para con su líder. Líder de camioneros, líder de la CGT y Presidente del Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires, cabe recordar. El mismo que en octubre pasado se reservó para sí la chance de ser el primer presidente de la Nación surgido de las filas obreras.
Derivaciones
Habrá que ver si el resto de la CGT termina adhiriendo a la protesta en defensa de su secretario general, o si la cosa permanecerá limitada al gremio de camioneros.
La realidad es que en este tema puntual se juega la continuidad de la alianza entre el kirchnerismo y la rama sindical moyanista. El kirchnerismo optará entre mostrarse prescindente o hacer caso a sus nuevos gurúes de extrema izquierda y bajarle definitivamente el pulgar a Moyano, con todos los riesgos que esto implica. Si hiciera esto último precipitaría los tiempos, porque la ruptura entre la corrupta derecha sindical y la corrupta izquierda oficial más tarde o más temprano deberá ocurrir. Solo que el cristinismo necesitaba extender los plazos y llegar a las elecciones unidos, no sea cosa que septiembre encuentre un sindicalismo unido pero detrás de otro proyecto.
Bancarios y Ferroviarios ya tienen presos a sus respectivos líderes históricos, camioneros parece ir por el mismo camino, UATRE (duhaldista) también y nadie puede adivinar si el gobierno conseguirá disciplinar al resto de los gremios abandonando definitivamente a su suerte a los secretarios caídos en desgracia.
Habrá que ver cómo actúan los jueces cuando los camiones bloqueen las rampas de salida de Clarín y La Nación, entre otros, pero ya no reclamando por la afiliación de obreros, argumento que usaron hasta ahora, sino blanqueando una coerción de censura mafiosa con el mensaje "de esto no se habla más". Y a más de lo que digan los jueces, habrá que ver si el gobierno actúa en consecuencia o continúa desoyendo órdenes judiciales.
Moyano venía pasando señas y llamando para hacer la primera con un tres; en este caso se decidió a poner sobre la mesa un siete bravo, y muchos temen que oculte el seis del mismo palo. Difícilmente el juez Norberto Oyarbide reenvide, ¿acaso gritarán desde Suiza?
Se verá...
Fabián Ferrante