Frente a la noticia del supuesto asesinato de Osama Bin Laden por parte de fuerzas estadounidenses, quien puso en duda su muerte fue el líder piquetero oficialista Luis D´elia, más conocido como Luis D’elía, fanático defensor de sus empleadores iraníes.
Al maestro D’elía se le ocurrió exigirle a EEUU que “muestre el cadáver de Osama Bin Laden”, en una especie de desafío e incredulidad hacia el presidente Barak Obama, primer mandatario del país más poderoso de la Tierra, el cual, dicho sea de paso, no es santo de la devoción de nuestra desplantada presidente agraviada al extremo por el desplante de no visitar nuestro país en su gira sudamericana.
Así como al kirchnerismo le cayó muy mal el supuesto fraude electoral que enlodara las elecciones en Chubut, pues no puede tolerar que se utilicen las mismas malas artes que ellos pretenden usar en exclusiva, ahora también resultó indigerible que EE.UU. pretenda hacer creer la muerte de un ser humano sin exhibir el cadáver correspondiente, tal como hiciera en el caso del desaparecido con presunción de fallecimiento Néstor Carlos Kirchner.
El bufón kirchnerista, Luis D’elía, ha introducido su mugroso y saqueador dedo en la llaga desafiando a probar una muerte virtual mediante pruebas sencillas e irrefutables, aunque de cumplimiento imposible para los casos Bin Laden y Nestor K.
Con su peligrosa teoría no podríamos tener por probada la muerte de David Graiver, Alfredo Yabrán, Adolph Hitler, Jimmy Hoffa, Osama Bin Laden ni, mucho menos, Néstor Carlos Kirchner.
Pero obviamente esto no les quitará el sueño a los cleptómanos funcionarios que el kirchnerismo instaló en la caja de gobierno, ya que manejan a su antojo jueces, fiscales y organismos de control, lo cual garantiza —por ahora— su total impunidad.
El uso y abuso de efectos cinematográficos que hiciera EE.UU. desde la supuesta caminata lunar “en vivo y en directo”, y la seguridad que sigue teniendo el gran país del norte que los demás países continuarán tragándose cuanto sapo se le ocurriese ofrecer, justifican esta nueva osadía de mostrarlo como campeón en la lucha contra el terrorismo, nota de color y por demás oportuna frente a la crisis económica y social que está minando su liderazgo.
Bien vale recordar que nuestra bipolar presidente sostuvo, como uno más de sus desbordes verbales, que Barak Obama sería un cabal intérprete de Juan Domingo Perón, obviamente eran otros tiempos de relaciones cuasi carnales entre ambos países, hoy distanciados por el irresponsable affaire de la incautación del material norteamericano en el avión allanado por nuestro Canciller Héctor Twitterman.
Más allá de teorías y especulaciones sobre el verdadero rol de Osama Bin Laden y su relación con EE.UU., y su muy extraña desaparición, lo cierto es que resulta inentendible que se haya hecho evaporar su cadáver en cumplimiento de un supuesto rito musulmán —que no es tal— arrojándolo al mar, cuando el sentido común y la idiosincrasia norteamericana ameritaban exhibirlo cual trofeo de guerra.
Es más que extraño que en tan vertiginoso tiempo hayan obtenido muestras de ADN que garantizaban la identidad del terrorista más buscado por EEUU y en otros casos tarden años en brindar los resultados de estudios similares, tal como sucediera con el homicidio de Norita Dalmasso o el recordado caso de Marta Holgado, la supuesta hija del Gral. Juan Domingo Perón, fallecida sin haber logrado demostrar su verdadera filiación.
En el tema filiación, directamente relacionado con los derechos humanos, pareciera ser una constante la hipocresía kirchnerista, ya que aún no se aclaró la paternidad de Néstor Kirchner respecto de Mariano Perrone, ni la maternidad de Cristina Fernández de Kirchner en relación a Carolina Pulqui, ni asumió Aníbal Fernández, el inefable Jefe de Gabinete de Ministros, ex Ministro de Justicia y Derechos Humanos y ex Ministro del Interior, la relación filial con su hija biológica a la que sin embargo acompañó en su 15º cumpleaños.
Según la Biblia, cada quien juzga de acuerdo a su condición. ¿Será por eso que ahora también dudan de la muerte de Osama?
Enrique Piragini