La 37 Feria Internacional del Libro de Buenos Aires —con el epígrafe “Una Ciudad Abierta al Mundo de los Libros”—, se vistió con sus mejores galas para recibir el viernes 6 de mayo al escritor Ladislao Vadas.
A la hora señalada (19hs.) y en el stand de Editorial Dunken, la silueta de don Ladislao asomó entre la de sus laderos. Con buen humor, sencillo y cordial, atendió la requisitoria de los lectores que se acercaron a su pequeño “pupitre” provisto. Luego, una sesión de fotografías, para ilustrar su estadía en la fiesta magna del libro de Buenos Aires.
Nada mejor antes de la entrevista, distendernos un poco, romper el hielo hablando de temas liminares para anclar luego en los centrales. Pocos saben el origen étnico de nuestro anfitrión, la educación, sobre su etapa formativa… en fin, cómo se erigió el gran escritor; su afición por recolectar especímenes zoológicos de todo el mundo, conocer su naturaleza y clasificarla. Por tal motivo, el autor de este artículo lo bautizó “El Ameghino de Lavallol” (Ciudad del conurbano bonaerense donde mora Vadas). (1)
Los padres de Ladislao fueron inmigrantes de la hoy República Checa (provincia de Moravia). Quiso estudiar Ciencias Naturales en la Universidad de Buenos Aires (UBA), pero el Servicio Militar malogró sus proyectos académicos. “La Marina de Guerra, dos años completos de mi vida perdidos al divino botón". Era la época de los no menos execrables militares "dueños de la voluntad de los demás”, sentencia Vadas.
Por tal motivo, decidió ser autodidacta, centrando su atención en las Ciencias Naturales y otras disciplinas alejadas de toda pseudociencia, y finalmente escritor: autor de 22 ensayos científico-filosóficos, varios de ellos publicados.
Ladislao: firmando ejemplares de su libro Razonamientos Ateos (Ed. Dunken). Un clásico de su obra en la Feria del Libro
- ¿Ladislao cuándo y en qué circunstancias ingresó al CAIRP?
- Ingresé en la loable institución (hoy lamentablemente extinta) C.A.I.R.P. (Centro Argentino para la Investigación y Refutación de la Pseudociencia) de la mano de un gran amigo, el ingeniero Isidoro Duren.
Fueron mis primeros estudios sobre ciencias, especialmente las naturales, que me impulsaron hacia la refutación de las pseudociencias que sobreabundan en todo el orbe.
- ¿Qué tema está investigando y/o escribiendo en estos momentos?
- En estos momentos estoy por editar un nuevo título que reza El temible sueño eterno (un breve ensayo sobre el óbito) subtitulado Liberación optimista, o tránsito hacia la nada.
- En los últimos días, el tópico de supuestos extraterrestres y sus visitas en nuestra alicaída tierra reflotó esta pseudociencia que venía en baja. Incluso en Rusia, apareció un “muñeco” alien entre cumbres heladas. ¿Volvió el verso de los UFOS?
- Con respecto a los UFOS (alias platillos volantes, platos voladores, naves extraterrestres y otros motes), no creo que regresen desde el "santo" espacio exterior para visitarnos nuevamente, tal como está el mundo hoy en día. (Es un chiste)
- El pensamiento mágico no perdona clases sociales y formación académica. A ambos lados de este abanico, el mismo dilema: creencias. En lo paranormal, en lo irracional. ¿Por qué se da este fenómeno?
- Creo que el pensamiento mágico se halla enraizado en el género humano y aflora siempre en las capas más nescientes o en los vivillos aprovechadores con sus notas y libritos sobre el tema.
- De alguna manera los cultores de las pseudociencias son personas inseguras, de temperamento blando. Lo digo, ya que no se responsabilizan de sus vidas dejando librado al azar su futuro. Por Ej.: el vidente, tarotista o brujo personal, sirve de muleta y alecciona al incauto. ¿Su opinión?
En esto estoy de acuerdo, añadiendo la nesciencia de por medio. Lo pecuniario como motor de estos embaucadores. Nadie controla esto.
Lectores de Tribuna de Periodistas y familiares del talentoso escritor, brindando su apoyo incondicional
- Ladislao, Ud. no pasa desapercibido. Hay una polarización entre sus seguidores y detractores: lo aman o lo detestan. No hay matices ¿Su opinión al respecto?
- Todo aquel que con toda la buena intención del mundo hace crítica de algo que a la luz de la razón se ve rodeado de opiniones tanto en favor por los sabios, como atacado por los nescientes de siempre, es casi una constante. La verdad es que confrontar las críticas de los que "basurean" mis artículos, sería una lamentable pérdida de tiempo.
- Por todo lo dicho, los ignaros siguen dando trabajo…
- Hablando de nescientes, creo que poco a poco y a la larga va triunfando la razón aunque pareciera ser que las cosas marchan estables o peores. Aunque “los nescientes en la Argentina van en aumento”.
- En su obra, nos habla de la entelequia el Homo Sublimis, ¿estamos cerca de este hombre nuevo? ¿Qué nos separa? ¿Cómo imagina este advenimiento?
- Con respecto a "mi" clasificado (para el futuro) Homo Sublimis (hombre sublime) creo que aún falta mucho, muchísimo para alcanzar esa meta, pero sostengo que sería la única solución para que el hombre no destruya totalmente al hombre y a su planeta.
- Para concluir Ladislao, tengo una fantasía pseudocientífica: ¿qué haría Ud. si lo abdujera un OVNI?
- Si me abdujera un OVNI tripulado diría: "¡Hola amigos! ¿Cómo les va? ¿Me permitirían un paseíto por sus lares con el fin de redactar luego un jugoso artículo para el periódico Tribuna de Periodistas? (risas).
El hombre sublime está latente en cada uno de nosotros. Bien lo sabe Ladislao “Layo” Vadas (3). La educación y la divulgación del pensamiento científico como pilares de este deseo. Un mundo secularizado por una racionalidad fraternal universal. Tal como lo sostenía el enorme Bertrand Russell: “Tres pasiones, simples pero abrumadoramente fuertes, han gobernado mi vida: el anhelo de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad”.
Gustavo Contarelli
(Texto y fotografías)
1) Florentino Ameghino (1854 - 1911): naturalista, zoólogo, geólogo, antropólogo, paleontólogo, climatólgo argentino. Fue un autodidacta, que puso por alto el prestigio científico del país, sin más fuerzas que su formidable tesón. Recorrió todo el país, buscando y clasificando fósiles para su estudio. Por tal motivo, trazo un paralelo entre aquel gran hombre de ciencia, y Ladislao Vadas. Ambos autodidactas, e incansables “andariegos” del mundo en pos de experimentación.
2) “Layo”: apodo por el que se lo conoce a Vadas entre sus íntimos. Dicho apelativo, proviene del nombre Ladislao (sobrenombre en checo: “Lada”).