Con motivo de celebrarse el día de periodista, Cristina Fernández pronunció unas palabras para saludarnos.
Fiel al estilo K, mandó un tiro por elevación y criticó, pretendiendo ser entre irónica y graciosa, cosas que nunca que la salen bien, a quienes trabajamos en el periodismo y con todo derecho no somos obsecuentes con sugestión y la de su esposo.
Entre otras palabras, señalo: "Vaya mi saludo a todos los periodistas de mi país y del mundo, aunque solamente en Argentina hoy es el Día del Periodista. Han abrazado el periodismo que es una vocación como también lo es la política".
Y como se trataba de el acto de presentación de nuevos radares, Cristina no pudo contenerse y mandó su “chascarrillo”:"Habría que hacer un radar para detectar operaciones periodísticas", a lo que el número uno de los obsecuentes, el impresentable y aspirante a sucesor de Jauretche, Aníbal Fernández, agregó "Esos radares se recalentarían". Pero esto no fue todo… la presidente, siguiendo el diálogo como si se tratase de un acto de comedia, dijo: "Sí, tendrían mucho trabajo y se recalentarían", finalizando con una frase que, por suerte, dejo inconclusa: "Siempre nos andan comparando a los políticos de ahora con los de antes. Yo podría comparar los periodistas de ahora con Moreno, Castelli y Belgrano, pero bueno....", agregó.
Ahora bien… ¿qué pasaría si el mismo radar que le gustaría tener a los señores del oficialismo detectara periodistas a sueldo, periodistas que escriben lo que quieren escuchar ellos, o callan lo que no quieren que se diga?
¿En cuánto tiempo se recalentaría, como aseguró el ingenuo de Aníbal? ¿Y si tendríamos otro radar para detectar corruptos y actos de corrupción? ¿No sería eso mucho mejor? Por lo menos, sería mucho más práctico y efectivo
Y respecto a la frase inconclusa donde señala que se compara a los políticos de antes con los de ahora, pero bueno… Y si, señora, es inevitable la comparación. Lamentablemente, es inevitable, máxime cuando desde arriba viene bajando un discurso oficial muy separatista, discriminador y autoritario. Como cuando en la época de Perón, la del 46 al 55 se dividía a los argentinos entre peronistas y anti peronistas.
Un discurso que copió hasta Maradona, quien después del rotundo fracaso por su lamentable paso como técnico del seleccionado nacional de fútbol sigue diciendo que se practicó el fútbol que le gusta a la gente, que los que vienen no sirven y deberían seguir el mismo camino que él inició. Es el mismo discurso. Intolerante, descalificador, soberbio y autoritario. Ese es el ejemplo que venimos teniendo desde el 25 de mayo de 2003. El discurso único, unilateral.
Y por supuesto que esto no podía dejar de lado al periodismo, la principal obsesión del kirchnerismo.
No nos olvidemos que el mismo Néstor Kirchner atribuyó su derrota electoral de 2009 al la “mala comunicación”, cuando en realidad, lo malo fue la gestión que ellos mismos hacen.
Pero como los kircheristas son tan brutos y limitados intelectualmente, ni si quiera escuchan los consejos que les dejó Perón en el final de su vida, cuando después de haber estado recluido en España volvió con otra manera de pensar, y que dijo: Cuando tuvimos a los medios en contra, ganamos, y cuando los tuvimos a todos a nuestro favor perdimos:
Repito. Son tan brutos que ni si quiera pueden asimilar eso, al mejor estilo maradoniano.
Tal es así que inventaron el “periodismo militante”, que no es otra cosa que propaganda. Y parecería ser que dentro de su chato nivel intelectual tampoco saben distinguir entre propaganda y periodismo.
Cuando se busca una sola fuente, cuando se habla de una sola verdad, cuando se escucha una sola campana, no se hace periodismo, se hace propaganda.
Pero esto no es todo, y parecería que siguiendo con esa manera tan burlona de ser de la presidente, se despachó, precisamente en el día del periodista, con algo que parecería ser otra burla, entonces el Gobierno Nacional decidió aumentar los recursos destinados a la publicidad oficial, y través de la decisión administrativa 335,
Otra vez vienen a mi mente las palabras “graciosas” de la presidente… ¿y si ponemos un radar para detectar a los periodistas que cobran para decir lo que el gobierno quiere y otro radar para detectar hechos de corrupción?
Pablo Dócimo