A contramano de lo que ocurrió en la debacle del 2001, motorizada por el incendiario "que se vayan todos", el electorado argentino viene dando evidencias en este 2011 de estar inclinado a brindar la chance de continuidad a sus gobernantes, entonado por el crecimiento económico y el consumo sostenido.
El amplio triunfo de Mauricio Macri en la Ciudad de Buenos Aires, con una apreciable distancia sobre el candidato que la presidenta Cristina Fernández eligió a dedo, Daniel Filmus, confirmó la preferencia del electorado argentino actual por las reelecciones, condimentado en este caso por la condición antiperonista de los ciudadanos porteños.
Como ocurrió ya en provincias como Salta, Misiones y Tierra del Fuego, donde con más o menos diferencias los gobernadores fueron reelectos, los ciudadanos porteños ratificaron ahora su confianza en el mandatario que administró el distrito en los últimos cuatro años.
La diferencia entre Macri y Filmus obligará a la Casa Rosada a remontar una colina muy empinada, aunque ya es conocida la tozudez del kirchnerismo cuando de buscar el poder se trata.
Desde este lunes mismo, Filmus deberá tratar de seducir a los votantes de Fernando "Pino" Solanas, de elección más discreta de la esperada, y de Jorge Telerman, quienes podrían aportar algunos puntos para tratar de acercar la lucha de cara al balotaje del 31 de julio.
Pero en el kirchnerismo conocen de sobra que aunque logren el apoyo de ambos, una meta aún incierta, es improbable que los votantes se inclinen linealmente con la sugerencia de su candidato.
Para colmo, un minuto después del cierre del comicio, el tercero en discordia, Fernando "Pino" Solanas, avisó que dejaba en libertad de acción a sus electores, en lo que sonó como un mensaje a la Casa Rosada: "No me vengan a buscar", pareció avisarles el líder de Proyecto Sur.
Así, los resultados de la elección en la Ciudad, principal bastión opositor al kirchnerismo, no dejaron grandes sorpresas.
El mismo camino, se especula, seguirán las elecciones en Santa Fe y luego en Córdoba, donde los candidatos oficialistas cuentan con fuertes chances de ser reelectos.
Pero tal vez sea un error concluir que si en Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba no ganan sus candidatos, esto representa un problema para Cristina Kirchner.
En la Rosada ya especulan con que el mandato de continuidad que está dando el electorado terminará siendo el espaldarazo final para que Cristina triunfe en primer vuelta.
Un sondeo encargado desde la Casa Rosada y que no trascendió, revela que en la Ciudad de Buenos Aires al menos la mitad de los votantes de Macri estaría inclinado a darle el voto a Cristina en octubre.
Otra vez entonces, parece quedar confirmado que una economía en crecimiento juega un rol central para la continuidad de cualquier proyecto político.
José Calero
NA