La mujer se acomoda en su sillón. Prende su computadora personal. Cuelga su costoso y abrigado sobretodo mientras conversa por su celular con un representante de actores. En la pantalla de la televisión de la oficina, el spot de campaña de la creencia de Daniel Scioli en todos nosotros dispara un chiste de parte del compañero de la experimentada trabajadora que ingresa en la dependencia estatal pasadas las tres de la tarde. “Es un trabalenguas, ¿cree en nosotros porque creemos en él?”

“A Daniel lo conozco desde 1989 y es una maravilla el carisma que tiene y lo que ha progresado a lo largo de todos estos años”. En ese momento, el compañero –lamentablemente ese soy yo— se pregunta: ¿Me callo o reviento? Y… me vuelvo a equivocar. Reviento. El hombre nunca aprendió que, aunque el dicho popular diga lo contrario, el que calla no otorga, simplemente se protege de los talibanes del pensamiento y la conducta. ¿Cuál es la conducta? Hágase tu voluntad –querida Cristina y súbditos gobernantes— en la tierra como en el cielo.

Primer round: Scioli

En el video publicado por Tribuna de Periodistas a la candidata presidencial por la Coalición Cívica, Elisa Carrió se pregunta ante la aburrida mirada de Santo Bisatti, “¿cómo es posible que los argentinos voten tanta corrupción?” He aquí un diálogo hilarante, aunque real.

-Si Scioli es tan maravilloso, me imagino que no le habrá caído muy bien a Cristina que en sus spots ni la menciona y felicitó a Miguel Del Sel…

-¿Y qué tiene que ver? Cada publicidad está supervisada por Cristina y la propia presidenta felicitó a Mauricio Macri, ¿cómo no lo iba a hacer Daniel si son amigos desde hace años con Miguel? Me extraña, no te dejes engañar por las canalladas que publican en el monopolio.

-Pero, perdón, el desprestigio sistemático a Scioli, la desconfianza y el basureo constante, no lo inventó Clarín ni yo.

-¿De quién? Mostráme un video en donde Cristina o Néstor hayan hablado mal de Scioli o basureado a Daniel como vos decís…

-Hacé memoria. Cámara de senadores, Cristina tirándole la bronca a Scioli cuando era vicepresidente… No puede demostrar independencia porque lo tienen encima controlándolo y, ojo, a ver si los termina traicionando.

-Otra gran mentira. Desde el 2003 dicen ustedes que Daniel va a traicionar y él jamás haría algo así. Para hacer periodismo hay que conocer el ambiente, el paño, conocerla a ella, saber cómo piensa, cómo actúa. Es su forma de ser, lo recriminó pero eso no es basurear…

-¿No? Y el “Díga Señor Gobernador, ¿quién le ata las manos?” ¿Tampoco te acordás?

-Traéme el tape. Traéme el tape. Es fácil citar lo que dice Clarín, Perfil. ¿Sabes los años que trabajé con Jorge Fontevecchia? 20 años. Se lo que son capaces de hacer. De inventar y de escribir. Tenés que conocer una redacción para decir que sos periodista.

La charla subía de tono. De política, moral, ética y conductas, lo personal se introducía para colarse definitivamente en dos interlocutores que parecían no escucharse (repito, uno era yo). El fanático no puede perder. No admite la derrota. Convence o mata. No hay que discutir. No se puede discutir. El manual de zonceras de Aníbal Fernández está estudiado al pie de la letra y uno termina siendo abogado defensor de Scioli, el diario Libre, Christian Sanz, Jorge Fontevecchia o hasta del mismísimo Eduardo Duhalde o Carlos Menem. Y el kirchnerismo parece haber salido de una burbuja. Son extraterrestres. Cayeron de Marte, colonizaron mentes y son amos absolutos de la verdad porque así lo afirma “la causa”.

Segundo round: los deptos de Zaffaroni

No hay nada peor que intentar suavizar una conversación sacando a la luz un tema aún más álgido. ¿Quién dijo que en este país no hay justicia? Falso. Hay justicia. Y es que todos los calumniados, los ensuciados, los desdichados por las mentiras que la prensa amarilla empeñó en publicar, siguen vivitos y lo más campantes gracias a causas que no prosperaron, procesamientos que no llegaron a ningún lado y jueces que tuvieron las pelotas suficientes por no dejarse llevar por el prejuzgamiento de “ese supuesto periodismo de investigación”. Ahí está el caso del inteligente y talentoso juez de la Corte Suprema o Ricardito Jaime, y ni qué hablar de Sergio Schoklender. ¿Se demostró algo? “El día de mañana dirán que Luis Gasulla vende droga en su trabajo, y como sale en Libre o en Tribuna, vos te lo crees”.

-Pero es una investigación de una organización como La Alameda, que también investigó a la hermana de Gabriela Michetti por las lavanderías o el trabajo esclavo. Ahí sí esa información era válida. ¿Qué dirían si el juez al que le encuentran seis departamentos a su nombre que funcionan como prostíbulos es radical, lilito o del partido obrero?

-No podes creer en Libre. Te creía más inteligente.

-“Tenés razón. ¿Tengo que creer en Tiempo Argentino?”

Para el fanático la única verdad no es la realidad. Es la suya. El aparato comunicacional estudiado al pie de la letra, de 678 a Duro de Domar pasando por Tiempo, las anibaladas y el discurso políticamente correcto de esperar que la Justicia actúe cuando se trata de causas de corrupción, inmoralidad y falta de ética de su rebaño. Ahora bien, si le pasa al de enfrente… Agarráte Catalina, Mauricio, Lilita, Fontevecchia, Lanata y quien sea…

¿Quién dijo que en este país no hay justicia? Lamentablemente, es así. No la hay. ¿Dónde están los medios hegemónicos que no publicaron ni siquiera unas líneas de las falsas denuncias a Julio De Vido por Skanska, o se llenaron la boca con el enriquecimiento ilícito si el juez –sí, el juez que todos critican pero en aquella oportunidad actúo de buena fe— dijo que no había encontrado nada fuera de lo normal? Es fácil hablar. Pero los que denuncian una y otra vez, siguen libres. ¿Cómo es posible? No se entiende. Y ahí va una vez más. Van a decir que Luis Gasulla regentea mujeres en la redacción de Tribuna junto con los colegas Boimvaser y Sanz y después… ¿Quién te limpia tu buen nombre?

Tercer round: a tirar la toalla

Jorge Rial debate sobre el casting sábana. Pienso que en un organismo afín al Gobierno, más que de sábana se trata de ideologizábana. “Pensá como nosotros. Actuá como te decimos y vas a llegar muy lejos. No cuestiones. No preguntes. Obedecé”. Por eso el sistema se muere con la repregunta.

¿Se imaginan el kirchnerismo durante los ´90? ¿Se imaginan a Cristina o a Amado Boudou ante el CQC del menemato o ante un filoso Horacio Verbitsky investigando? Es demasiado.

Suena la campana. Ya estoy exhausto. Esta pelea la perdí por knockout. Tercer round. Scioli, Zaffaroni y la Justicia y la falta de justicia fueron suficientes. Obediencia debida. Punto final.  

La conducta, muchas veces, es la falta de conducta. 

Luis Gasulla
Twitter: @LuisGasulla