Hace ya seis meses, en Tribuna de Periodistas decíamos que el kirchnerista Agustín Rossi "va con confianza rumbo al desastre, ya que enfrenta a un electorado que aprendió que el bienestar económico de la provincia estará siempre ligado a la suerte de los productores agropecuarios, esos tipos que odian a los hermanos Rossi con todas sus fuerzas".
Por entonces, contábamos cómo una y otra vez el electorado había desdeñado al barbado gladiador K en sus intentos por llegar al Palacio de los Leones rosarino y la Casa Gris santafesina.
La pregunta que uno se hace, casi con ingenuidad, es cómo los tipos que se sirven y viven de la política desde hace tantos años no fueron capaces de darse cuenta de semejante verdad de perogrullo. ¿Cuál es el grado de autismo en el cuál ha caído el kirchnerismo?
Se nos ocurre formularnos solo diez preguntas sobre la falta de reflejos de un grupo de tipos que aspira a seguir gobernando la Argentina por muchos años más (reforma constitucional mediante).
1) ¿Cómo no se dan cuenta de que tienen graves problemas político-comunicacionales: sus señales de TV no tienen rating, sus radios no son escuchadas y sus diarios no interesan a casi nadie?
2) ¿Cómo no ven que hay fuga de cientos de miles de televidentes cada vez que imponen cadenas nacionales para anunciar nimiedades o cuestiones partidarias?
3) ¿Cómo no perciben que la presidenta Cristina Kirchner no puede seguir deambulando a diario por los atriles sin mencionar la inseguridad, la inflación o las derrotas electorales?
4) ¿Cómo le siguen dando crédito a encuestadores mercenarios como Artemio López, Roberto Bacman, Ricardo Rouvier, Analía del Franco, Doris Capurro o Zuleta Puceiro?
5) ¿Cómo cayeron en el viejo error de "comprar lo que se vende"?
6) ¿Cómo no vislumbran que el domingo próximo los van a pulverizar electoralmente en un ballotage porteño que ya perdió el sentido?
7) ¿Cómo siguen confiando en que el relato del discurso lo lleven adelante impresentables como Víctor Hugo Morales, Daniel Tognetti, el despreciable 6,7,8 o Florencia Peña?
8) ¿Cómo puede ser que sigan recurriendo a las campañas sucias de último momento luego del fracaso estrepitoso de la movida que pergeñaron junto al ex juez Federico Faggionato Márquez contra Francisco De Narváez hace solo dos años?
9) ¿Cómo no ven que las ratas de Carta Abierta comienzan a dejar el barco que zozobra luego de haberse beneficiado durante años con el calor del poder?
10) ¿Cómo no se avivan de que su soberbia está motivando una suerte de insurrección electoral por parte de barones del conurbano, gobernadores ofendidos y aliados críticos?
En fin, ¿cuántas señales más necesitan para darse cuenta de la llegada de un final de ciclo casi irreversible si profundizan el autismo?
Lo único que logran con estas actitudes es confirmar que sólo fueron un puñado de salteadores de caminos que aprovecharon una altísima dosis de suerte (que ahora comenzó a serles esquiva).
Marcelo López Masia