La “falsificación institucional” que se vivió el domingo próximo pasado en las internas abiertas produjo el efecto psicológico de haber adelantado las elecciones. Dichos comicios del día 14/08/11 no nominaron a ningún candidato, pero, dado el resultado, araron y sembraron el camino para consolidar la idea (más o menos real) que Cristina Fernández Wilhelm será reelegida.
Pero, las mal llamadas internas también produjeron el efecto y la creencia de que solo se elegía presidente. Esto no es así, también se eligieron candidatos a legisladores, quizá algo, a esta altura, mas importante que la elección misma del presidente de la república, atento que la verdadera representación popular radica en estos diputados y no en la figura del jefe del Ejecutivo.
Conformismo peligroso
En la charla tranquila, muchos adherentes al oficialismo nacional fundamentan de uno u otro modo, su conformidad con estos años.
Lo predominante a la hora de las urnas este último domingo, fue el conformismo que muchos parece haber expresado, y que a la postre, dio resultados alarmantes. No hay cambio para el que no quiere cambiar... y la verdad es que vivimos en un país en donde muchos se sienten unos esclavos bien alimentados. Muy lejos esta aquel pueblo de la Revolución del Parque, o el del 17 de octubre.
Para los marginados y marginales, el 30% de los argentinos de fines del siglo XX y principio del XXI, el mendrugo de pan es un medio aceptable para la salida del hambre, desde su condición, y hacia la nueva condición de pseudo ciudadano de "esclavo bien alimentado" refrendador (no-elector).
Para la juventud actual, la conformidad es el producto de su profunda ignorancia, respecto el pasado reciente y de la historia de su país en general.
Hemos destrozado, los argentinos, al menos tres generaciones (Proceso-Malvinas, fracaso del retorno de la democracia, menemato, 2001, kirchnerato).
Esas capas dolidas, los "conformistas del hoy", solo piden el plan, el no dolor... creen que no les están pidiendo el sinalagma, el “algo a cambio"...
Carece de toda justificación someterse a semejante conformismo, como si fuese inocuo. Sin embargo, esta gran capa de la población, no tiene opción, o no se la representa.
Parece que la conformidad, el "y bueno, que querés, en los ´90 estábamos mal", ha pasado a formar parte del mecanismo de autojustificación de la mayoría de nuestro pueblo, un pueblo pisoteado, carente de voluntad y/o expectativas, un pueblo resignado al premio consuelo... sin destino, sin testículos...
Luego del "plan", o pomada de turno, habrá que informarles a las mayorías profundamente silenciosas que se expresaron el domingo, que nos vendrán las necesarias malas noticias.
Esto ocurrirá cuando el ciclo económico sea desfavorable, ahora, ya, pronto en 2012.
Ahí puede que nazca la "libreta de alimentos", como la hubo tantos años en la Revolución Cubana, esa mísera credencial de alimentos mensuales que encima, se dejó de repartir, se sacó, de buenas a primeras, sin red/sensibilidad social alguna por parte de los Castro, grandes amigos de Néstor, Evo y Hugo (este comentario es puntualmente indicado para aquellos que gustan vestirse en el pret a porter turístico, y vienen de la isla con muchas remeritas del Che).
Nada es inocuo, ni en la vida, ni en la política. Ya, parece que no hay mucho más margen para esta pseudodemocracia sin república que venimos viviendo, esta fábula de sistema, modelo "1983-2011".
Se mintió demasiado tiempo con el cliché de que con la democracia se comía, se curaba y se educaba. Un instrumento mal usado, en definitiva, es un mal instrumento, lamentablemente resulta inútil dicho instrumento si las expectativas del pueblo que se lo propone (o se lo imponen) es un pobre pueblo de espíritu, pobre de expectativas y de ilusiones, y su mayor ambición es la de ser esclavo y mantenido. Al parecer la democracia falaz que supimos conseguir lo ha logrado... por lo menos, por ahora, el intento es más que fallido.
Lamentablemente, como hubo de explicar Platón hace 2500 años luego de la demagogia (democracia para los griegos = forma degenerada de la República), solo cabe esperar la dictadura.
Lamentablemente el "modelo" (ya agotado) no se puede mantenerse sin suprimir los derechos esenciales del hombre: vida, honor, libertad, patrimonio.
Allá irá el kirchnerismo en su voluntad de perpetuación castro-chavista, sacando de la galera el sofisma de turno, repartiendo el panfleto de que quiere "profundizar su modelo", lo que traducido al castellano significa, simplemente, la conculcación de mas derechos de los pocos que nos quedan como población del llano en la actualidad (jubilatorios, patrimoniales, personalísimos, a la propiedad inmueble). El kirchnerismo lo hará, sin dudarlo, dado su exasperante incapacidad de producir otro camino que no sea el que ha iniciado desde un comienzo.
Cristina representa para el “modelo”, en dicho imaginario, a “La Tía”, una especie de esperpéntica copia de “El Tío” Cámpora, un conservador y dentista de San Andrés de Giles, que era visualizado en 1973 como un revolucionario.
La próxima batalla K será, a no dudarlo, el construir un andamiaje legal, una constitución a la medida de sus adeptos, los que se conforman con las migajas. Ello lleva ínsito el tener que destruir la base de derechos constitucionales actuales.
¿Lo aceptará mansamente el resto del pueblo que no adhirió firmemente al “modelo”?
¿Dará batalla?
José Terenzio