El Director General del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL), Gabriel C. Salvia, publicó un artículo en su página web que "El modelo universitario argentino no se aplica ni en Cuba", en relación a las restricciones las universidades públicas que tiene la isla.
“En la Argentina no se discute ni siquiera sobre lo que sucede en materia educativa en un país tan frívolamente admirado por los estudiantes universitarios locales”, indica Salvia en referencia a Cuba y aporta que “Al respecto, Prensa latina, la Agencia Oficial de noticias de Cuba, emitió un Despacho muy revelador fechado en La Habana el 8 de abril del 2010 a las 14,15 horas, con el categórico título ‘Cuba ajusta ingreso universitario a necesidades de la economía’.
Dicha noticia señalaba que “el ingreso a carreras universitarias estará en correspondencia con las necesidades de la economía y previeron para el ciclo 2010-2011 una disminución en relación con años anteriores”.
Teniendo en cuenta esto, “el director de Ingreso y Ubicación Laboral del Ministerio de Educación Superior de Cuba, René Sánchez tendría que ser acusado por los jóvenes argentinos de conservador derechista”, señala el director de CADAL, máxime teniendo en cuenta que una de las novedades para este año académico es que los candidatos deben obtener al menos 60 de 100 puntos en matemáticas, lengua española e historia de Cuba para poder acceder a la enseñanza superior.
En este contexto, “esto al menos debería provocar una encendida protesta de las organizaciones estudiantiles y aún una manifestación frente a la embajada del país revolucionario ubicada en el coqueto barrio porteño de Belgrano”, señala Salvia.
Según el especialista, la referencia sobre Cuba indica que algo hay que cambiar en la política universitaria argentina, “salvo que hasta los castristas sean considerados de derecha”, por supuesto.
Y recuerda que "de derecha” fue calificada Camila Vallejo, la joven líder de las protestas estudiantiles en Santiago, vinculada al Partido Comunista de Chile, por hablar de “oferta y demanda en la educación”. El mote se lo aplicó una estudiante argentina vinculada al sector más moderado de las agrupaciones políticas en la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario (UNR); fue durante una charla del analista político Patricio Navia sobre “Radiografía del descontento actual en Chile”.
Para la estudiante rosarina, en la Argentina es inconcebible hablar como lo hizo Camila, pues aquí la universidad pública gratuita y de ingreso irrestricto “es un derecho”.
A este respecto, la presidenta Cristina Kirchner destacó ayer en Córdoba el sistema público de enseñanza en el país y formuló una dura crítica a la educación chilena. "La gente se vuelve violenta cuando no tiene esperanzas de futuro", dijo la Presidenta.
Según Salvia, es un hecho tan obvio que en nuestro país los sectores más bajos subsidien a los sectores medios y altos, que en la Argentina no admite cuestionamientos. “En especial, porque una mayoría silenciosa que cursa en la universidad pública se guarda sus pensamientos”, agrega y aclara, según él, lo obvio: “el Diccionario de la Real Academia Española brinda la siguiente definición de pobre: ‘Necesitado, que no tiene lo necesario para vivir’. Por lo tanto, ¿puede alguien pobre ir a la Universidad?
Uno de los puntos que plantea Salvia en su artículo es que, por ejemplo, varios de los estudiantes de una universidad nacional y popular como la UNR, ostentan blackberry o se movilizan en automóviles modernos, pero tienen “derecho” a que la sociedad en su conjunto —incluyendo a los sectores de menores recursos que pagan IVA en sus compras de alimentos básicos— le subsidie su educación superior.
Habrá que interrogarse entonces si no existen otras prioridades socialmente más urgentes para asignar los recursos con los cuales actualmente se beneficia a un grupo privilegiado.
Sin embargo el director de CADAL aclara: “esto no significa cuestionar la existencia de la universidad pública, sino su característica de ingreso irrestricto y sin costo alguno por parte de todos los estudiantes. “Lo contradictorio es que por el bajo nivel académico de las carreras de grado, la misma universidad pública arancele las carreras o especializaciones de posgrados.”
“Sin embargo, algo tan elemental y justo no puede debatirse en la Argentina, entre otros motivos porque la mayoría de las agrupaciones estudiantiles, principalmente las de la izquierda autoritaria e irrealista —cuyas ideas no se aplican ni en el “paraíso” cubano— controlan los centros estudiantiles e impiden el libre intercambio democrático de ideas”, finaliza.
Equipo de Actualidad de Tribuna de Periodistas