El anuncio dice: “En el año 2003 la Argentina destinaba el 5% de su Producto Bruto Interno a pagar la deuda y solamente el 2% a la educación. Hoy destina el 2% de su PBI a pagar la deuda y el 6,47% a la educación. A veces, los números no te dicen nada pero otras veces te marcan de donde viene y hacia dónde va un país”. Datos oficiales desmienten a Cristina y la propaganda electoral K.
Las palabras de la propaganda (exceptuando la última oración, creada ad hoc para el spot) son de un discurso de Cristina Kirchner del 1º de septiembre, en una cena organizada por la UIA y su presidente y ex ministro durante la presidencia de Eduardo Duhalde, Ignacio De Mendiguren. Los propios datos oficiales desmienten esas palabras y otras exageraciones (*). Las Series de Gasto Público Consolidado (que contemplan el gasto nacional pero también los provinciales y municipales) del Ministerio de Economía, indican que el pago en Servicios de la deuda pública significó en 2003 el 2,40% del PBI y en 2009 (último dato oficial) el 2,59%. Mientras que respecto al Gasto consolidado en Educación, Ciencia y Tecnología, el Ministerio de Educación indica que en 2003 se destinó el 3,95% del PBI y en 2009 el 6,45% del PBI. En el spot de campaña, Cristina Kirchner dibuja un infierno para 2003, reduciendo a la mitad la inversión en Educación y más que duplicando los pagos de la Deuda, en relación a lo que dicen las propias estadísticas oficiales. De esa manera, le hace creer a la población que se paga un 60% menos de deuda que en 2003, cuando en realidad se paga algo más que en 2003, e indica que se invierte un 224% más en educación, cuando se trata un crecimiento importante pero bastante inferior. Según el spot, en 2003 se pagaba por la Deuda el 250% de lo que se destinaba a Educación, mientras que en la actualidad sería un 30%. La relación disminuyó pero de un 60% a un 40%, muy lejos del exagerado relato.
Este detalle se encuentra en el informe del sitio Plazademayo.com un curioso ejercicio periodístico donde los mismos lectores del portal suman información para construir los ensayos periodísticos.
Hace un año y medio Cristina Kirchner repite en discursos la cifra del 6,47% para educación. En 2009 hubo un pico del gasto en relación al PBI por el efecto retardado de la crisis, luego el gasto se desaceleró. Un artículo en la web oficial “www.prensa.argentina.ar” estimaba en “90.309,7 millones de pesos” el gasto en educación para 2010, equivalente al 6,26% del PBI del año pasado. La información de Ejecución Presupuestaria del Ministerio de Economía marca la misma tendencia en baja: en el caso de las partidas del Ministerio de Educación, de 2009 a 2010 variaron en un 21,36%, mientras que en el mismo periodo, el PBI creció un 25,95% a precios corrientes.
El gasto en educación en 2003 fueron los más bajos luego de una década, incluso por debajo de 2002. En 2001 había sido el pico anterior: 5,05% del PBI. Con esto observamos que el crecimiento real detrás del ‘rebote’ de la crisis ha sido bastante menor. En las series de gasto del Ministerio de Economía, podemos comparar cifras hasta 1980 (en el ítem de Educación, Ciencia y Técnica se agrega Cultura, finalidad bajo la cual se incluyen en la actualidad los recursos destinados al programa “Fútbol para Todos”). Mientras que en 2009 se invirtió un 63,6% más que en 2003 y un 28,6% más que en 2001, observamos que durante la década menemista creció un 63% más que en 1989 (punto inferior durante la hiperinflación) y un 27,6% más que en 1987 (pico anterior). Resultan, por lo tanto, cifras bastante similares si comparamos los incrementos de la década menemista y los de la etapa “nacional y popular”.
Lo que se oculta detrás de los números fríos (dejando además de lado el problema del reparto del presupuesto y las leyes anti-educativas como la de Educación Superior, vigente más tiempo bajo el kirchnerismo que durante los gobiernos de Menem, De la Rúa y Duhalde sumados), es la importante y constante lucha docente y estudiantil por mejoras educativas. Recurrentemente estos últimos años se han desarrollado largas huelgas en la mayoría de las provincias del país (y también en los docentes universitarios a nivel nacional). La necesidad de recurrir a la protesta y largas huelgas, las diversas trabas de los gobernadores, las sanciones y represiones, el amigo de Néstor Kirchner, Daniel Varizat atropellando docentes, el fusilamiento de Carlos Fuentealba y otros hechos; dan cuenta claramente de dónde sale la voluntad de mejora educativa.
Siguiendo esas mismas Series oficiales, obtenemos que el promedio en los pagos de Deuda Pública entre los años 2003 y 2009 es de 2,34% del PBI, por encima del promedio de 2,31% del PBI en el período 1990-1999. Sin embargo, la “contabilidad creativa” (**) de la estadística oficial no incluye el pago al FMI efectuado el 3 de enero de 2006 por 9.530 millones de dólares. El 2,22% del PBI para el pago de deuda de ese año se construye en base al pago de intereses por diversos bonos, el Cupón PBI, pagos al Banco Mundial y al BID (puede verse el detalle en la Cuenta de Inversión del Ministerio de Economía), pagos provinciales y municipales. Considerando el pago al FMI, resulta que en 2006 se destinó el 6,6% del PBI al pago de la deuda, llamativo “nunca menos” que constituye un verdadero récord histórico. Así, el promedio en pagos de deuda durante 2003-2009 resulta en casi el 3% del PBI.
¿Cómo se compone el gasto en educación?
La mayor parte es costeada por los gobiernos provinciales, producto de la política de descentralización educativa dispuesta primero por la dictadura y luego mediante la Ley Federal de Educación en los 90s, política perpetuada en la actualidad con la Ley de Educación Nacional. En 2009 sólo el 28,3% del gasto en educación fue aportado por el gobierno nacional.
Dentro del gasto educativo también se incluyen los subsidios a la educación privada, cada vez mayores: en 1993 fueron $690 millones equivalentes al 0,3% del PBI, en 2001, $1462 millones, el 0,54% del PBI, y por último en 2009, $7304 millones, el 0,64% del PBI.
Las escuelas construidas y ampliadas por el Ministerio de Planificación se incluyen en el gasto. A partir de 2005 se considera como parte del gasto en educación al gasto en infraestructura escolar que realizan las provincias.
Si bien se cumplió la meta del gasto fijada en la Ley de Financiamiento Educativo, hay una serie de incumplimientos, por ejemplo respecto al artículo que establecía, para 2010, “lograr que, como mínimo, el TREINTA POR CIENTO (30%) de los alumnos de educación básica tengan acceso a escuelas de jornada extendida o completa”. En 2009 apenas el 5,9% de los alumnos accedían a la jornada completa.
El gasto con la finalidad educación del gobierno nacional incluye partidas de diversos ministerios, que probablemente no se tienen en mente cuando se piensa en el gasto educativo. En el proyecto de ley de presupuesto de 2012 podemos ver, entre otras partidas, $2.193,9 millones para educación de las fuerzas armadas en el Ministerio de Defensa, $986,5 millones para el Ministerio de Seguridad, o $2.162,3 millones en “Obligaciones a cargo del Tesoro” sin detallar (un crédito similar que se había presupuestado para el año en curso tiene, sin embargo, según la información de ejecución presupuestaria del Ministerio de Economía, cero pesos gastados). Con la finalidad Ciencia y Técnica (comprendida en el “gasto en educación” en general) también se derivan fondos para diversos ministerios, $705,8 para el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, $566,9 millones para el Ministerio de Defensa, $1.629,5 millones para el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, $1.240,2 para el Ministerio de Planificación Federal, además de los fondos para el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Gran parte de estos fondos son subsidios para empresas.
Otro spot de Cristina Kirchner, “La Fuerza de una Empresa”, cuenta el progreso de la fábrica de termos Lumilagro S.A., empresa que recibió aportes no reembolsables y deducciones impositivas en 2003 y 2006 por parte de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica. Las propias universidades públicas son utilizadas como tercerizadas de empresas, el ejemplo más trágico es la muerte de 6 investigadores en la Universidad de Río Cuarto en 2007, por una explosión en medio de investigaciones en convenio con la empresa De Smet, sin condiciones de seguridad adecuadas.
Redacción de Tribuna de Periodistas
Notas:
(*) Sostuvo que la desocupación en 2003 era del 25%, cuando en el segundo trimestre era del 17,8% y a fines del año era del 14,6%, según los datos del Indec (siguiendo esas mismas estadísticas, actualmente es del 7,3% y en el cuarto trimestre de 2007 ya había alcanzado el 7,5%). La presidenta afirmó también que el gobierno “destina el 1,2 por ciento de su PBI al programa de la Asignación Universal por Hijo”. Los números “te dicen” que en 2010 se destinaron $6.339,9 millones sobre un PBI de $1.442.655 millones, es decir 0,44% del PBI. Los números oficiales también calculan en $10.043,3 millones lo destinado para el año en curso, lo cual equivale aproximadamente al 0,54% del PBI. 120% menos que en el relato. La manipulación de los números, entre otras manipulaciones de la realidad, efectivamente te marca de dónde realmente se viene y hacia donde realmente se va.
(**) Para poder utilizar reservas para el pago de deuda pública (tanto con el pago al FMI en 2006 como en los pagos que se han realizado a partir de 2010), el Banco Central recibe a cambio una “letra intransferible” del Tesoro por el monto equivalente en dólares. La letra es por un plazo de 10 años, a cancelar íntegramente al vencimiento del título, con una tasa de interés de “hasta un máximo de la tasa Libor menos un punto porcentual, pagaderos semestralmente” (actualmente la tasa internacional Libor es inferior al 1%, por lo cual no se generan intereses hacia el Tesoro). De esa manera se cambia una deuda externa por una interna con el BCRA. Si la deuda se cancelase a su término, el Tesoro debería realizar un fuerte ajuste para poder devolver 9.530 millones de dólares al Central. La otra variante es que se reemplace la letra indefinidamente, con lo que ello implica para el BCRA, que ya en la actualidad está en el límite de sus reservas de “libre disponibilidad”, además de que de esa forma achica su margen de maniobra frente a eventuales corridas. En cualquier caso, más allá de si se considera negativo o positivo el pago con reservas, sobre lo que no hay dudas es que se trata de recursos públicos destinados al pago de la deuda.