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¿Qué pasará el día después de las elecciones?

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INTERROGANTES PARA EL DÍA DESPUÉS
INTERROGANTES PARA EL DÍA DESPUÉS

A una semana de las elecciones, está todo jugado y todo definido. No podría decirse, sin embargo, que los comicios dibujarán —como suele ocurrir con los resultados de las urnas— un nuevo mapa político que regirá en el corto y mediano plazo.

 

Como pocas veces, es muy posible que el acto electoral funcione como la campana de largada de extensos e imprevisibles procesos de realineamientos en el seno de casi todas las fuerzas políticas y entre ellas.

El oficialismo espera superar en la Provincia la mágica barrera del 50% de los votos —la que puede inducir la peligrosa idea de creer que al Gobierno no se le puede decir que no a nada— con sus máximos candidatos, Cristina para la Presidencia, Daniel Scioli para la Gobernación. Y todo indica que lo logrará.

 De la mano de esa cosecha, el oficialismo obtendrá por lo menos 20 de los 35 diputados nacionales que renueva la Provincia, dos de los tres senadores nacionales que representan a los bonaerenses y la reelección de la enorme mayoría de sus intendentes (que suman un centenar sobre 124).

El peronismo sumará así otros cuatro años a los 24 que lleva de dominio político e institucional ininterrumpido en la Provincia, alcanzando así un inédito ciclo de casi tres décadas.

Nada indica, no obstante, que el oficialismo vivirá un tiempo signado por las bondades de la victoria, la ratificación de su poder y la ausencia, agudizada, de oposición organizada. La puja larvada —y no tanto— entre el kirchnerismo-cristinismo y el peronismo, con todos sus sectores internos, además y simultáneamente, preparados ya para iniciar la carrera por el 2015, tendrá en el territorio bonaerense su principal campo de batalla.

Scioli, Amado Boudou, Florencio Randazzo, Gabriel Mariotto, los jóvenes de La Cámpora y el colectivo que podría integrar la mayoría de los intendentes (el peronismo clásico), son apenas algunos de los dirigentes de esta provincia que, de acuerdo a los indicios disponibles, protagonizarían un largo período de pujas internas por supremacías, liderazgos y nuevos objetivos electorales.

 

Lejos de la armonía

 

Los observadores se preguntan sobre la magnitud de la incidencia institucional que podría tener una posible conflagración en el universo oficialista. Por lo pronto, el proceso electoral mostró que el enfrentamiento puede ser casi feroz, a la luz del puñado de municipios en los que hay candidatos peronistas o "vecinalistas afines", en general apoyados por Scioli, y postulantes ultra K respaldados por las espadas de la Casa Rosada.

La primera gran batalla, además, se dará por los espacios de poder en la Legislatura, de la que depende en parte la gobernabilidad. Y los últimos tiempos no han sido precisamente armoniosos.

Digan lo que digan, se saquen juntos las fotos que se saquen en este final del proselitismo, en la Gobernación se preguntan por qué en setiembre volvió a "trabarse" el giro de fondos de la Nación a la Provincia y buscan asimilar el golpe de que la Presidenta haya rechazado la invitación al gran acto de cierre de campaña que Scioli imaginó en el Estadio Unico con Ricardo Montaner como broche. Un rechazo que contenía un matiz crítico sobre el perfil de un acto que, por lo tanto, no fue.

 

Los resignados

 

En la oposición, tres candidatos presidenciales buscarán hacer en la Provincia una diferencia que los ubique segundos en el resultado general. Según las encuestas, Hermes Binner se quedaría con ese sitial, aunque no estaría dicha la última palabra en su particular pulseada con Ricardo Alfonsín. Eduardo Duhalde, en cambio, ya se habría caído de esa rara carrera de "los resignados", en la que podría terciar por el tercer o cuarto lugar Rodríguez Saá. Un sitial, de cualquier manera, de extraño valor: el segundo quedaría a casi 40 puntos de distancia de Cristina.

En la carrera por la Gobernación en particular, Francisco De Narváez —ahora como candidato de Alfonsín y de Rodríguez Saá, aunque, claro, sólo estará en las boletas del primero— aspira a quebrar la barrera del 20% y recortarse en el segundo lugar.

Quedaría, de cualquier modo, a unos 30 puntos de Scioli, según las encuestas.

Esas cuatro fuerzas, más la de Martín Sabbatella, se repartirían entre sí 15, como máximo, de las 35 bancas de diputados nacionales por la Provincia. Y para el escaño de senador nacional por la minoría habría final abierto entre el denarvaísta José "Pepe" Scioli y el candidato de Binner-Stolbizer, Jaime Linares, mientras algunos sondeos aún le adjudican chances a Chiche Duhalde.

Tan magras cosechas funcionarán, seguramente, como el revulsivo final de complejos procesos de reorganización de los espacios opositores. Y nada aparece predecible en un universo surcado por infinitas peleas, desgajamientos encubiertos y agrupamientos insólitos.

A nivel institucional, los futuros movimientos se reflejarán, en primer lugar, en la Legislatura y aún en los Concejos Deliberantes, ámbitos en los que muy probablemente no todos se dejarán puestas por mucho tiempo las camisetas con los que llegarán el 10 de diciembre.

 

Marisa Álvarez
NA

 
 

16 comentarios Dejá tu comentario

  1. TENIENDO EN CUENTA EL NUEVO PANORAMA ECONÓMICO INTERNACIONAL Y EL SAQUEO DE LAS CAJAS QUE HA HECHO ESTE GRUPO DE CORRUPTOS QUE DETENTA EL PODER, LO QUE SE PUEDE VER HACIA ADELANTE SON PROBLEMAS QUE SE VAN A AGRAVAR CON EL PASO DEL TIEMPO Y QUE VAN HA COMPLICAR LAVIDA DE LOS ARGENTINOS, UNA PELÍCULA QUE YA VIMOS, PERO AHORA EMPEORANDO FRENTE A LA AVARICIA Y A LA SOBERBIA QUE OCHO AÑOS DE DESCONTROL HAN ACENTUADO .

  2. Quedate tranquilo Roberto B. Por ahora hay pendorchos para todos. En poco tiempo habrá balas para todos. Y el narco gobierno de ratas k dejará un incendio que veremos quien lo apaga.

  3. LOS PERONISTAS, SON LAS CÉLULAS DEL GRAN CANCER NACIONAL QUE ES EL PERONISMO. INTEGRADA POR POBRES CADA VEZ MAS EMPOBRECIDOS Y QUE NO QUIEREN DEJAR DE SER POBRES, SALVO LOS PUNTEROS Y POLITICOS QUE LOS MANEJAN. HOY ADEMÁS SON POBRES DE MENTE Y DE HONRA POR RECIBIR LOS PLANES DESCANSAR. CREARON CLUBES DE DESOCUPADOS PARA SER DESOCUPADOS DE POR VIDA. Y COOPERATIVAS DE TRABAJO DONDE LES HACEN CREER QUE TRABAJAN-

  4. Brillante lo del economista Roberto Cachanosky Publicada 16/10/2011 Al inicio de la semana / Roberto Cachanosky El gobierno no enfriará la economía, lo hará el mercado. Cristina Fernández de Kirchner no enfriará la economía como ya lo ha dicho, sino que será la misma dinámica del "modelo" la que se encaragará de enfriarla. Es que los gobiernos nunca devalúan sus monedas, es el mercado el que los fuerza a devaluar. Mientras la gente pregunta si luego de las elecciones habrá una devaluación, Cristina Fernández dice que ella no hará el ajuste y que el modelo ha demostrado que ha sido exitoso. Sin duda que el modelo ha sido exitoso en términos de su objetivo político, al estimular artificialmente el consumo y crear un auge de prosperidad ficticio, todo esto apoyado por las buenas condiciones internacionales que prevalecieron durante los últimos 8 años. Todo lo artificial algunas vez se acaba, por eso cuando la gente me pregunta si luego de las elecciones el gobierno va a devaluar, mi respuesta es que muy raro que los gobiernos devalúen. El que devalúa es el mercado o, en todo caso, el gobierno modifica el tipo de cambio por las presiones que ejerce el mercado. De la misma manera, no será Cristina Fernández la que decida enfriar la economía, sino que será la misma dinámica del “modelo” la que terminará enfriando la economía. ¿Por qué hoy el BCRA pierde reservas permanentemente? Porque trata de no devaluar contrariando la tendencia del mercado. El mercado fuga capitales y tiende a elevar el tipo de cambio pero el gobierno se niega a convalidar esa devaluación y para ello está dispuesto a despilfarrar miles de millones de dólares de las reservas y, sobre todo, a destruir el patrimonio neto del Central. ¿Qué percibe hoy la gente respecto al tipo de cambio? Que ante la continuidad del kirchnerismo a partir del próximo 23 de octubre y su tendencia confiscatoria, lo mejor es poner a salvo el patrimonio comprando algo que esté barato. ¿Y que está barato hoy en Argentina? Entre otras cosas el dólar. Prácticamente el gobierno se ha comido la devaluación del 2002 aplicando el impuesto inflacionario y dejando casi quieto el tipo de cambio. Como paralelamente no hizo reformas estructurales que permitan mejorar la competitividad de la economía, más bien todo lo contrario, el mercado anticipa el desequilibrio de precios relativos y compra lo que está barato considerando el horizonte confiscatorio que tenemos por delante. En la medida que continúe la fuga de capitales y el Central quiera frenarla vendiendo reservas, entregará dólares y retirará pesos del mercado enfriando la economía. Si opta por emitir pesos para compensar la restricción monetaria, entonces financiará una mayor fuga de capitales. Algo de esto está haciendo. En efecto, el Central ha estado vendiendo dólares para contener la suba al retirar pesos de circulación reduciendo el stock de LEBACS, NOBCs y pases. Antes que se acelerara la fuga de capitales, en marzo de este año el Central tenía emitidos LEBACs, NOBACs y pases por $ 102.000 millones. Al 30 de septiembre, ante la fuerte corrida que tuvo que enfrentar, ese stock de pasivos cortos había bajado a $ 88.000 millones. ¿Tiene que ver esto con la política de desendeudamiento del gobierno? No, el Central compró bonos suyos que estaban en el mercado contra emisión monetaria para compensar la contracción monetaria que generó vendiendo divisas para frenar el dólar. Por esa las presiones cambiarias son cada vez mayores. El Central le echa nafta al fuego y el mercado va a seguir arbitrando entre el dólar barato que ofrece el Central, sus expectativas y la liquidez que dicha institución vuelca al mercado. Si la gente tiene expectativas que el dólar va a seguir subiendo, dejará de comprar bienes para volcarse al dólar. El ajuste llegará con más inflación. Lo mismo sucederá con el mercado laboral. Como los salarios en el mercado formal han estado aumentando por encima de la productividad de la economía y ante el adverso contexto internacional, el mercado laboral ajustará por cantidad. Puesto en otros términos, menos ocupación. Lo sucedido con la industria automotriz, textil y siderúrgica en las últimas semanas son los primeros síntoma de lo que vendrá. Un anticipo de lo que ocurrirá en el mercado laboral si sigue esta demagogia de subir salarios por encima de la productividad y de la inflación. Nuevamente el ajuste ocurrirá no porque el gobierno lo implemente, sino porque el mercado lo llevará a cabo. Las empresas no podrán seguir afrontando costos laborales de esta envergadura. Las tarifas de los servicios públicos también tendrán que ajustar. Y tendrán que ajustar porque el gobierno no tiene recursos ilimitados para financiar cualquier nivel de subsidio. Cuánto más artificialmente bajas sean las tarifas, más demanda habrá. La lógica de la ley de la oferta y la demanda aquí también funciona. Si un precio es artificialmente barato, la demanda sube. El gobierno podrá estirar el momento del ajuste que le impondrá el mercado confiscando más activos y flujos para seguir financiando un nivel de consumo que no se corresponde con lo que puede sostener la economía, pero cuánto más se empeñe en disfrazar la realidad, más complicada será la salida de precios distorsionados. En sus dos primeros mandatos, Perón aplicó el mismo esquema populista. Agotados los recursos (el pasillo del Central está abarrotado de oro) y habiendo generado desestímulos a la producción, tuvo que dar marcha atrás, anunciando el famoso: “de la casa al trabajo y del trabajo a casa”. ¿Cuál era el mensaje? “Paren el consumo que no podemos seguir financiando la fiesta”. Si con todo el poder de convocatoria que tenía Perón, igual tuvo que aplicar el freno, ¿por qué Cristina Fernández podrá evitar un final similar? Posiblemente la presidenta gane las elecciones por un amplio margen, el tema es que, más tarde o más temprano, tendrá que enfrentar a la gente y decirles que la fiesta de consumo que mantuvo todos estos años era artificial. Es cierto que a alguien le echará la culpa del ajuste. No se hará cargo de lo que hicieron en todos estos años. La pregunta es: ¿le creerá la gente que la culpa no es de ella sino del mundo, los medios de comunicación, los especuladores y demás discursos populistas? No lo sabemos, pero sí sabemos que, aún con ese discurso, cuando la situación económica empeora el discurso populista se agota si no mejora la economía. Así como la gente hoy vota por la fiesta de consumo sin considerar los atropellos institucionales, mañana, con una economía sometida al ajuste, el voto de la gente puede cambiar como ocurrió en el 2009. Si el gobierno, en la adversidad económica, quisiera seguir reteniendo el poder, la única opción que le quedará para dominar el descontento popular será avanzar con mayor ferocidad sobre los derechos individuales, silenciando a quienes piensan diferente y reprimiendo el descontento en las calles.

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