Junio es el mes estimado para que la presidenta Cristina Fernández comience a fogonear el mal desempeño de las compañías eléctricas en el país y el déficit comercial y fiscal que amenaza con generar este año, por lo que los rumores de estatización de esas compañías mantienen en vilo a una de las más importantes: Edenor.
Según recordó hoy diario BAE, bajo la pluma del periodista de economía Alejandro Bercovich, el Gobierno y el dueño de Edenor, Marcelo Mindlin, rompieron lanzas a raíz de las inversiones que Pampa Holding se niega a realizar por la negativa oficial a la autorización de un incremento de tarifas a la distribución eléctrica.
Según ese medio, en Planificación acusan a Pampa de haber endeudado a Edenor y a una distribuidora del interior del país, EDESA, para engrosar los beneficios del holding. También la critican por el incremento de los cortes de luz en el conurbano bonaerense.
El viernes pasado, los representantes de la ANSES —que tienen el 22% de las acciones de Pampa Energía— fueron a la asamblea de accionistas de Pampa con el mandato de no aprobar sus balances. Rechazaban el cómputo de préstamos intrafirma y el endeudamiento de otras subsidiarias de Pampa con Edenor. Según la mirada oficial, se trataba de una maniobra para que las ganancias no fueran a inversiones y para que el resultado fuera menor al registrado en realidad durante el último ejercicio.
Sin embargo, los voceros de Edenor negaron que haya habido tensión en las reuniones, pero el sector energético ya se había poblado de versiones durante el fin de semana acerca de posibles avances del Estado sobre la compañía de Mindlin, un ex ejecutivo de IRSA, otrora aliado del Gobierno.
Edenor no reparte dividendos en efectivo a sus accionistas desde antes de la devaluación, pero sí le sirvió a Mindlin como plataforma para crecer en el mercado energético. En el Gobierno no vieron con buenos ojos que vendiera la semana pasada la distribuidora salteña EDESA, que había comprado un año antes al fondo de inversión estadounidense Ashmore. El comprador, un fondo venezolano, se hará cargo de la deuda que en el ínterin había tomado esa firma con Edenor por u$s131 millones.
“Ahora que endeudó a las distribuidoras del interior, las vende, pero no quiere invertir en ninguna”, lo acusaron las fuentes oficiales consultadas por diario BAE.
Tal como adelantó Tribuna de Periodistas luego de la expropiación de YPF, “los días venideros serán una postal de la profundización de la política de estatizaciones y expropiaciones que comenzó con Repsol-YPF. Particularmente, el foco estará puesto en los servicios públicos, no solo nacionales, sino también provinciales”. El dato lo dejó claro la propia Cristina en su discurso de Vélez, cuando dio a entender que todos esos lugares de poder estarán integrado por integrantes de La Cámpora.
Telecom, Telefónica, Edenor, Edesur y otras firmas de servicios públicos estarían entre las empresas a expropiar a lo largo del año 2012, según fuentes de segunda y tercera línea, a través de fuertes rumores en los pasillos de Casa de Gobierno, los cuales fueron aportados a este medio hace dos semanas.
Si bien es cierto que el ministro Julio De Vido aseguró que no se avanzaría en la "nacionalización" de otras empresas, últimamente este tipo de promesas vienen resultando algo difíciles de creer.
Equipo de Economía de Tribuna de Periodistas