Esta semana, me sorprendió encontrarme en mi casilla de correo con una carta de Alon Eshet tildando a Tribuna de Periodistas de ser un medio “racista”. Su enojo proviene del artículo titulado Cristina y las increíbles incongruencias de su viaje a Angola, donde se retocó una foto de Cristina Kirchner para mostrarla de piel negra. Dice el lector:
Estimado Sr. Suárez: me comunico con usted para expresar mi disgusto por una foto que aparece en un artículo de Cristian Sanz, publicado el 19/5/2012 bajo el título "Cristina y las increíbles incongruencias de su viaje a Angola". El retoque digital que le han hecho a CFK para oscurecerle la piel me parece una acción absolutamente lamentable. No es un chiste inocente ni liviano. Está cargado de una connotación y valores que realmente alarman. No cumple ninguna función positiva ni aporta constructivamente al contenido del artículo ni al espíritu moral y ético del diario Tribuna de Periodistas. Si les tuviera que dar el beneficio de la duda, lo llamaría racismo subconsciente. Sin embargo, al ser algo tan obvio y puesto en un lugar con tanta exposición, se hace muy difícil. No es ni subconsciente, inconsciente, ni subliminal. Es un evidente caso de racismo.
La imagen remite al "blackface" de países como EE.UU., cuya principal función era la ridiculización, estereotipación y apropiación de la producción cultural de una raza históricamente oprimida para el entretenimiento de otra "civilizada" (Bing Crosby, etc.).
No creo estar exagerando con mi crítica. Así como nadie se percató de que Cristina haya sido discriminatoria al hablar en un discurso del "gordito dueño de la pelota que se la lleva para que nadie más pueda jugar" (no recuerdo de quién hablaba, creo que fue en el discurso con el famoso obrero Antonio o por esas fechas), posiblemente ningún editor ni lector se de cuenta de lo grave que es que publiquen una foto así. O peor, por ahí le parecerá algo chistoso. Por más de que este tipo de cosas generalmente pasen desapercibidas y estén inculcadas en la cultura e incrustadas en el lenguaje, no dejan de estar mal. Hay que ser consciente de todo lo que uno dice y hace y del por qué de esas cosas. Y siempre hay que leer entre líneas. No existe acción o inacción que sea ajena a la ideología.
Aclaro que no me preocupa ser ni que el periódico sea políticamente correcto. Como lector de este diario, me preocupa tanto el mensaje que hayan querido transmitir al publicar una foto así, como la posibilidad (igual de grave) de que no se hayan dado cuenta lo que representa lo que han publicado. No los creo tan ingenuos o despistados. Me resulta llamativa la relación entre el copete en el que se lee que CFK "sigue descendiendo en imagen" y la imagen que justamente usan, de CFK con la piel oscurecida, rodeada de mujeres angoleñas. ¿Mera casualidad?
Entiendo que la publicación de la imagen modificada representa una violación de los artículos 1.6, 1.7, 2.2, 2.5 y 3.7 del Manual de Estilo. El 1.6 ha sido violado al poner en evidencia la falta de "...conocimientos necesarios para ejercer el periodismo" habiendo pasado por alto algo tan descaradamente racista. El artículo 1.7 sostiene que TDP "propugna el respeto [...] a la moral social". También que "sus artículos que produzca y emita no acepta frases que puedan constituir ofensas o insultos deliberados a los particulares ni a las autoridades constitucionales. Lo anterior no excluye la crítica, el humor, la ironía [...]". La moral social ha sido atacada y deduzco que la utilización de un recurso racista para lograr un fin humorístico o crítico no está contemplado bajo esos parámetros de excepción. Propongo que se agregue al texto del artículo 1.7 que tampoco se aceptan imágenes que constituyan estos tipos de ofensas. El 2.2 ha sido violado ya que la publicación de la foto no contempla "los más pequeños dilemas de criterio que deba resolver a diario" y demuestra un criterio para la selección y edición de imágenes más que cuestionable. El artículo 2.5 es violado en su totalidad al tratar de ridiculizar tanto a CFK como a las mujeres que la rodean por su color de piel. El 3.7 ha sido violado ya que se ha trucado una foto sin aclararle al lector este mismo hecho ni se ha aclarado el propósito de tal acción, atentando directamente sobre los sentidos éticos y estéticos del periódico. Su función es sensacionalista y no respeta el copyright de la fotografía original ni cita su fuente.
Me llama fuertemente la atención la falta de sensibilidad y de buen juicio que han llevado a la publicación de tal imagen. Espero que esto no sea lo que Tribuna de Periodistas considere humor, viveza, o ingenio. Sea cual sea el razonamiento original, no comparto bajo ningún concepto cualquier sentido cómico, satírico, irónico o crítico que le hayan querido impartir a la imagen al haberla modificado de esta manera. No es el lugar ni mucho menos el contexto apropiado. En caso de que eligieran defender su utilización, sería importante —en nombre de la transparencia del diario ante sus lectores— saber bajo qué criterio y con qué propósito crítico e ideológico fue incluida en el artículo, que encima fue escrito por el director ejecutivo del diario. ¿Para reírse un poco? ¿La habrá aprobado él?
Una publicación que se ocupa tanto de criticar y denunciar las formas y los medios por los cuales somos gobernados no puede caer en un acto tan bajo y básico como este. Afecta tremendamente su integridad, seriedad y prestigio. Se puede pecar de ignorante pero no de ingenuo. Concedo que la relación entre la imagen y el copete del artículo pueda ser algo que sólo yo vea, producto de ser obsesivamente observador y crítico de todo lo que me rodea. Igualmente no deja de ser algo para tomar en consideración. Por último, confío en que el retoque digital en cuestión haya sido producto de la burda ignorancia de algún miembro de Tribuna y no algo más profundo que refleje una ideología subyacente de este medio. Los felicito por contar con este espacio para los lectores. Atentamente.
Antes que nada, debo admitir que me sorprendió el conocimiento demostrado por el lector de nuestro Manual de Estilo. Efectivamente, los puntos que ha citado son correctos. De lo que no estoy tan seguro es del hecho de que tengan que ver con lo que aquí se discute.
¿Se ejerce un mal periodismo porque se truca una foto? ¿Se desconoce la profesión periodística por ello? No estoy tan seguro, insisto. Es entendible el enojo del lector, pero solo como manifestación de su propio criterio.
Creo no equivocarme si afirmo que el espíritu de Tribuna no ha sido hacer creer a nadie que Cristina Kirchner es negra; tampoco denostar a personas de piel negra. No se puede hablar de razas, ya que la ciencia ha demostrado que estas no existen.
De todos modos, he pedido explicaciones a la editora General del sitio, Eliana Toro, quien aparte de ser la responsable del portal es quien trucó esa foto:
Entiendo perfectamente que a un lector no le guste la elección de la foto que elegimos para ilustrar una nota. Sí me asombra la acusación del lector al querer tildar a un fotomontaje de “racista” solo por haber oscurecido el tono de la piel de la Presidenta, máxime en el contexto de la nota, que era durante un viaje a Angola, donde Cristina bailaba candombe totalmente mimetizada con el entorno.
Si la Presidenta hubiera hecho una misión comercial a Alemania y se hubiera puesto a bailar Landler —baile típico alemán— con los habitantes de ese país, la hubiera disfrazado de tirolesa, rubia, con dos trenzas y sin temor a que nadie se sienta discriminado por esa elección. Acá sucede lo mismo. Se quiso expresar la excitación de la mandataria durante ese momento. Si el lector vislumbró como “un acto poco moral y ético” o como algo peyorativo el hecho de oscurecer la piel de la jefa de Estado, creo que el racismo se aloja en quien lo ve de esa manera. No hay discriminación alguna y no entiendo dónde radica la ofensa.
En lo personal, las palabras de Eliana me dejan conforme, espero que también al lector. Conociendo cómo trabajan los periodistas de Tribuna y cómo se tratan ciertos temas, puedo asegurar que no hay racismo ni nada por el estilo en este portal, sino todo lo contrario.
Una vez más, espero haber sido útil a las inquietudes del lector. Como digo siempre, quienes quieran dejar sus quejas, pueden escribirme a ombudsman@periodicotribuna.com.ar.
Marcelo Suárez
Ombudsman de Tribuna de Periodistas