¿A qué viajó Cristina Kirchner a Angola? ¿Por qué de pronto hay tanto interés oficial en hacer negocios con un país que parecía no existir en la agenda nacional apenas unas semanas atrás?
Hace unos días, la Presidenta viajó junto a una nutrida comitiva de empresarios y funcionarios —algunos de ellos no eran ni una cosa ni la otra— a efectos de iniciar un supuesto intercambio comercial con ese país, a la sazón uno de los más pobres de la Tierra. "¿Tan mal está la Argentina que hay que pensar en un país africano para impulsar la economía autóctona?", se preguntó más de un dirigente de la oposición.
Lo que finalmente pudo verse, lejos estuvo de las expectativas generadas por el propio Gobierno: una Cristina con un discurso fuertemente errático, con total desconocimiento de lo que había ido a hacer a Angola y con un Guillermo Moreno que permanentemente debía indicarle qué tenía que decir.
La escena fue bizarra por demás. Cual promotora de feria de barrio, la Presidenta fue gritando los productos que la comitiva argentina había llevado para vender. Los angoleños miraban sin poder creer lo que veían. ¿Cómo entender tanta improvisación si el propio Secretario de Comercio Interior supuestamente había preparado el terreno semanas antes?
A diferencia de otras oportunidades, en las cuales Cristina supo firmar interesantes acuerdos económicos, en esta ocasión solo hubo anuncios de supuestos negocios a futuro y el compromiso de exportar a ese país el modelo de la feria La Salada. ¿Cuál es el éxito de semejante misión? ¿Qué mérito posee la matriz de un negocio donde reina la adulteración de marcas y la evasión de impuestos?
Si alguna paradoja le faltaba a la cuestión, esta la dio el silencio de la propia Cristina —y sus funcionarios— respecto de la tiranía que gobierna Angola, bajo mandato de un presidente que hace 33 años que no cede el poder y que enfrenta graves denuncias de violaciones a los derechos humanos. ¿Cómo creer a partir de ahora que realmente existe en el kirchnerismo la convicción de avanzar contra los delitos de lesa humanidad?
Como sea, el viaje de Cristina a Angola parece en realidad una sobreactuación para tapar los problemas de coyuntura que hoy vive la Argentina; quizás una oportunidad para hacer negocios que no pueden revelarse por su ilegalidad; quién sabe. Un dato: nadie puede explicar por qué hubo funcionarios que viajaron escapando al control de Migraciones.
Lo cierto es que, mientras el oficialismo aún festeja acuerdos que todavía no existen, la economía argentina muestra una fuerte desaceleración. Para evitar suspicacias, hay que mencionar que el dato lo aportó el propio Indec.
La otrora prestigiosa entidad aseguró esta semana que la actividad creció sólo 4 por ciento en marzo respecto de igual mes del año pasado. "Si se lo compara con febrero último, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) experimentó un incremento del 0,5 por ciento. De esta manera, la economía acumuló en el primer trimestre un crecimiento del 4,8 por ciento en comparación con igual período de 2011", según informó agencia Noticias Argentinas.
Mientras esto ocurre, varias cuestiones complican la coyuntura económico-financiera actual:
-Brasil frenó en las últimas horas el ingreso de quesos argentinos, como represalia a las trabas aplicadas contra la carne de cerdo de ese país. Según informa diario La Nación, la decisión afecta a unas 300 toneladas de queso mozzarella, valuadas en 1,2 millones de dólares. Se trata de mercadería que estaban a punto de exportar tres pymes.
-Repsol canceló uno de los contratos más importantes para suministrar gas natural licuado (GNL) a la Argentina. Las razones, según consigna agencia Reuters, estarían fundadas en incumplimientos contractuales en los que habría incurrido la Argentina respecto al tema YPF.
-La planta de una importante fábrica de papas, evalúa detener su producción: ayer viernes, varios camiones cargados con papas congeladas de la firma Farm Frites quedaron frenados en la frontera con Brasil. Esta medida también estaría vinculada con represalias a las medidas de Moreno.
-Crece la brecha entre dólar oficial y el denominado "blue": la diferencia ya alcanzó el 25 por ciento y hay elocuente preocupación en el mercado.
-Las provincias se muestran asfixiadas a nivel financiero: dos de ellas, Santa Cruz y Neuquén, ya han aplicado virtuales corralitos. Por su parte, Córdoba y Buenos Aires siguen en conversaciones para emitir cuasi monedas. La situación es tal, que Daniel Scioli se encuentra a punto de emitir títulos públicos por 250 millones de dólares.
Lo antedicho podría parecer un conjunto de piezas sueltas sin relación intrínseca. Sin embargo, esto está lejos de ser así. Todo es parte de un complicado rompecabezas que empieza a preocupar incluso a los empresarios más blindados.
Frente a ese panorama, cabe preguntarse: ¿De qué se reía Cristina en Angola? ¿No era mejor hacer las cosas bien y seguir comerciando con los países de la región, con los que había un intercambio previsible y seguro?
Los desaciertos de los últimos tiempos —que, dicho sea de paso, provocaron quita de respaldo oficial a Axel Kicillof—, no han sido gratuitos, sobre todo en un país donde la gente piensa más con el bolsillo que con la cabeza. Una encuesta que mañana domingo dará a conocer la consultora Poliarquía a través de diario La Capital de Rosario, dan cuenta de que Cristina bajó 5 puntos por mes desde diciembre de 2011 hasta mayo de 2012.
Según la referida medición, a fines del año pasado la Presidenta arrancó con un 70% imagen positiva. Hoy, según la misma encuesta, cuando se interroga respecto de la "aprobación presidencial", la mandataria ostenta un 43% de rechazo popular.
En el mismo documento, hay una interesante observación: la oposición no ha sabido capitalizar ese descenso en la imagen presidencial.
¿Qué mejor postal para explicar la situación que hoy vive la Argentina, donde tanto el oficialismo como la oposición se encuentran a años luz de las necesidades vernáculas?
Mientras la economía se derrumba, los principales referentes de los partidos políticos del país, discuten acerca del lejano 2015. Todos miran el futuro con intenciones de reemplazar a futuro a Cristina, aún cuando no ha pasado siquiera un año de su victoria en las urnas.
No son los únicos: el propio Frente para la Victoria discute acerca de lo mismo puertas adentro, mostrando una falta de sensibilidad pocas veces vista. ¿Cómo no esperar que la Argentina se encuentre en el pozo en el que se hoy se muestra?
Así es la política, al menos en la Argentina. El célebre Groucho Marx supo definirlo en su momento como si fuera un ciudadano más de este país: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados".