Este jueves, el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli tomó la decisión de desdoblar la cartera de Seguridad y Justicia para crear dos ministerios independientes.
Ricardo Casal, quien ocupaba la vieja cartera, estará al frente del flamante Ministerio de Justicia. En tanto, el actual intendente de Ezeiza, Alejandro Granados, ocupará el Ministerio de Seguridad.
Granados es un kirchnerista de la primera hora que va por su quinto mandato como intendente de ese partido. Pero no solo eso, quien ahora comandará la seguridad de una de las provincias con los índices de delito más alto del país, en 1999, pedía “bala” para los delincuentes.
Según un artículo del ahora hiperoficialista Página/12, en noviembre del 99, padeció un asalto a su lujosa vivienda, por lo cual declaró ante los medios: “Ojalá les hubiera pegado. Lamentablemente tuve mala puntería. Ellos me tiraban a matar y yo les tiraba a matar. Les tiré con toda la puntería que tuve. Ojalá les hubiera pegado”.
El artículo mencionado se titula Un intendente de armas tomar, y dice:
“’Ojalá les hubiera pegado. Lamentablemente tuve mala puntería’”, se lamentó ayer al mediodía el intendente de Ezeiza e íntimo amigo del presidente Menem, Alejandro Granados, luego de tirotearse en la madrugada con tres delincuentes que aparentemente intentaron asaltar su lujosa casa, un casco de estancia en la localidad de Tristán Suárez, al sur del conurbano bonaerense.
“Armados con escopetas, los hombres redujeron a un policía de consigna y al sereno de la quinta e ingresaron a la vivienda, donde Granados los recibió a balazos, con un revólver calibre 38 especial, lo que después le dio oportunidad para hacer una apología de la tenencia de armas y de la mano dura. En el enfrentamiento, el jefe comunal sufrió la fractura de un dedo de su mano derecha por un disparo.
“Los tres delincuentes llegaron a La Celia, ubicada en los bosques de Ezeiza, poco después de la una de la madrugada. Con el rostro cubierto por pasamontañas, primero se encargaron de reducir a los guardias que estaban en una garita, en la puerta de la quinta: un sereno que portaba una escopeta Browning 270 y el cabo primero de la Bonaerense, Carlos Verea, de la Comisaría de Tristán Suárez, que tenía una pistola 9 milímetros. Les quitaron las armas y también el chaleco antibalas y el handy del suboficial. Uno de los asaltantes se quedó custodiándolos y los otros dos irrumpieron a cara descubierta en la casa, luego de romper a patadas la puerta trasera de la vivienda. Alertado por el ruido, Granados los recibió con un revólver 38 especial, mientras su mujer saltó por una ventana y corrió unos dos kilómetros hasta un puesto de seguridad, por fuera de la propiedad, desde donde llamó a la policía.
“Mientras Granados se tiroteaba con los dos asaltantes en la planta superior de la casa, su hija de 11 años permanecía en su dormitorio. ‘Ellos me tiraban a matar y yo les tiraba a matar. Les tiré con toda la puntería que tuve. Ojalá les hubiera pegado’, se lamentó el jefe comunal, reelecto en los últimos comicios. Según confiaron fuentes policiales, la vivienda quedó agujereada por la cantidad de balazos. ‘Me apuntaron con una escopeta de dos caños y me pidieron que les diera la plata. Yo les dije que no tenía, que les daba mi (reloj) Rolex’, relató el amigo presidencial de la primera hora.
“…Llamó la atención que el ataque se produjera en una casa custodiada por dos guardias armados, que suele recibir la visita del presidente Menem.
“En ‘La Celia’ se festejó el triunfo menemista de 1989 con un descomunal asado y el jefe de Estado es habitué de su cancha de fútbol. Según informó la policía, la quinta contaba con un circuito cerrado de televisión, pero no registró la irrupción de los ladrones, ya que no estaba conectado para la grabación.
“El intendente Alejandro Granados promovió la doctrina Ruckauf para combatir la inseguridad. ‘Tenemos que meter mano dura’ contra los delincuentes, afirmó tras el tiroteo que mantuvo en la madrugada con tres jóvenes que intentaron robar su casa. Y llamó a la población a armarse ‘porque estamos en guerra con ellos (los delincuentes) y la guerra hay que librarla: es a matar o morir’, consideró el jefe comunal, reelecto en los últimos comicios.
“’En estos momentos, en ninguna casa debe faltar un arma’, aseveró Granados y explicó que tiene un revólver calibre 38 especial desde “hace tiempo, por supuesto declarado y como corresponde’.
“El intendente justicialista se mostró esperanzado de que el designado ministro de Seguridad bonaerense, el ex carapintada Aldo Rico, pueda controlar la inseguridad en la provincia durante el gobierno de Ruckauf. ‘Tengo muchísima fe que la gestión de Rico va a ser más que buena’”.