En los últimos días, el gobierno nacional decidió que la Gendarmería se involucre en tareas de seguridad en el Gran Buenos Aires.
Según un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), lo anterior se trata de una acción oportunista y de baja eficacia que obliga a descuidar las funciones que esa fuerza venía ejecutando para que desarrolle tareas que se superponen con las de la policía bonaerense.
"Un camino genuino para mejorar la seguridad de todos los ciudadanos –y no sólo los de Buenos Aires– es dejar de despilfarrar fondos públicos en subsidios económicos y transferirlos a las provincias para que modernicen sus policías", sostiene el informe.
El gobierno reasignó 4.500 efectivos a tareas de seguridad en el Gran Buenos Aires. Se trata de una fuerza financiada con impuestos nacionales al servicio de una sola provincia discriminando al resto de los ciudadanos del país que también sufren severos problemas de inseguridad.
"Una estrategia mucho más promisoria es morigerar el centralismo fiscal a fin de liberar fondos que se distribuyan automáticamente a las provincias para que estas modernicen sus policías", sostiene Idesa y detalla que no hacen falta grandes esfuerzos a nivel nacional para generar los recursos adicionales que podrían mejorar los sistemas de seguridad de las provincias.
Un ejemplo concreto es el que se presentó en su último informe:
-En el año 2013, el monto presupuestado para subsidios a Aerolíneas Argentinas asciende a $3.120 millones.
-Si esos recursos se distribuyeran entre las provincias en función a la población la provincia de Buenos Aires recibiría $1.310 millones.
-Se trata de un monto similar a los $1.263 millones que demanda el programa de Gendarmería de seguridad ciudadana en la Provincia de Buenos Aires. Estos datos muestran que sólo con dejar de derrochar recursos en los déficits de Aerolíneas Argentinas se podrían generar fondos adicionales para atender la inseguridad.
"Dentro del ordenamiento federal que adopta la Constitución, las principales funciones del Estado están bajo responsabilidad de las provincias. Por eso, el inédito centralismo fiscal de la última década degrada la calidad del Estado", afirma Idesa en su estudio.
Los ciudadanos nunca pagaron tantos impuestos como en la actualidad, pero no reciben mejores servicios públicos.
Idesa detalla que si se dejara de subsidiar a Aerolíneas Argentinas y se aplicaran buenas regulaciones al mercado de transporte aéreo se podría tener más cobertura, mejor calidad y precios más bajos.
"Con pequeños subsidios focalizados se podría inducir la cobertura aérea de rutas no rentables. En paralelo, reasignando los recursos públicos malgastados en la aerolínea estatal, se podría impulsar la modernización de las policías provinciales", añade.
Se podría incrementar en 12% el presupuesto policial de la provincia de Buenos Aires y en 8% el de las provincias de Córdoba y Santa Fe.
"Esto no se resuelve profundizando las superposiciones, como propone el gobierno nacional que ante el fracaso de la policía bonaerense decide convocar a cumplir el mismo rol a la Gendarmería. Las soluciones pasan por corregir el enorme desorden institucional asociado a la centralización de recursos públicos. Para ello, el primer paso es desarticular el derroche a nivel nacional cuya manifestación más visible son los subsidios económicos", agrega Idesa.
Redacción de TDP
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