El gobierno insiste con que Cristina Kirchner se fracturó, a pesar de las dudas que no se despejan.
Este lunes, Jorge Capitanich aseguró que la presidenta complicó su tobillo izquierdo al caer en su casa de El Calafate tras pisar "un líquido deslizante".
Según el jefe de Gabinete, como consecuencia de ello Cristina suspendió actividades como un viaje al Vaticano que tenía previsto realizar en enero junto a su colega chilena Michelle Bachelet.
En su habitual conferencia de prensa matutina en la Casa Rosada, Capitanich dijo que la Presidenta "ha suspendido sus actividades", que sus audiencias locales se reprogramarán "a partir del 12 de enero" y que "en las próximas 48 horas" sus médicos podrían decidir "respecto de si puede viajar o no al Calafate" o si continúa "guardando reposo" en Olivos.
Lo sucedido pone aún más en duda la lesión de la mandataria. ¿Precisa suspender todas las actividades de un mes completo por una mera fractura?
Y otra duda más: ¿Por qué se esperó hasta hoy para informar los motivos de algo que sucedió el viernes pasado?
El kirchnerismo aseguró que Cristina debió viajar por falta de tomógrafos en Santa Cruz. Sin embargo, como informó Tribuna de Periodistas ese mismo día, eso no es real.
Como reveló diario Clarín este fin de semana, Hugo Geréz de la Asociación de Profesionales de la Salud (APROSA) dijo que la presidenta "podría haberse atendido tranquilamente en la ciudad porque en la ciudad hay dos resonadores y tres tomógrafos que sí funcionan, todos en sanatorios privados".
Los episodios de salud de Cristina son muy seguidos y ponen en duda la información oficial, sobre todo cuando se tiene en cuenta que se ha hecho estudios de alta complejidad y en secreto en el hospital de la Fundación Favaloro y otras clínicas privadas.
Lo sucedido con Néstor Kirchner debería haber servido para que el gobierno aprendiera la lección, pero por lo visto ello no ha sucedido. Ni tampoco sucederá.