Hace unos días, el exsecretario de la fiscalía VIII, Ernesto Baaclini, declaró en el marco del juicio oral por la causa que investiga la desaparición de Marita Verón. En su testimonio, volvió a apuntar contra Susana Trimarco, su madre y aseguró que encontró severas contradicciones en la causa
La primera incongruencia la había revelado Tribuna de Periodistas en el año 2012: tiene que ver con la testigo Anahí, quien contó que llegó a un prostíbulo de La Rioja el 17 de mayo de 2002. Entre siete y 10 días más tarde, vio a Marita Verón en el mismo local, ejerciendo la prostitución.
Sin embargo, otra testigo, Fátima M, dijo que fue secuestrada el 23 de mayo, y que al día siguiente vio a la joven desaparecida en la casa de Daniela Milhein, en el barrio Feput. Unos días más tarde declaró que, en realidad, había sido el 26 de mayo.
"Estaba Marita en La Rioja, vista por Anahí, y a 800 kilómetros en Tucumán, vista por Fátima. ¿Entonces cuántas Maritas había", expresó en sede judicial Baaclini, quien tuvo a su cargo la investigación por la desaparición de la hija de Trimarco.
Esas contradicciones fueron señaladas por el testigo, y sirvieron para sostener su hipótesis de que Marita no estuvo en La Rioja. También comentó que no había coincidencia entre lo que declararon Blanca, Andrea R y dos chicas de Concepción.
"Hice un juego de fechas para comprobar esto. No estoy inventando nada, todo está en el expediente", manifestó Baaclini, que ayer terminó de declarar.
Lo curioso es que el testimonio del exfuncionario judicial fue trabado, ya que la mayoría de las preguntas de las partes eran objetadas por la contraparte, según reveló diario La Gaceta de Tucumán.
La primera pista de que Marita haya estado en La Rioja la brindó el siempre sospechado comisario Jorge Tobar, según dijo el testigo, quien había interrogado a una prostituta en el parque 9 de Julio. "Cuando la fiscala Joaquina Vermal le pidió que la busque para identificarla, Tobar respondió que no la podía ubicar", comentó Baaclini.
El ex secretario dijo que en la búsqueda intervinieron la Policía de Tucumán, la Policía Federal y Gendarmería Nacional, además de las fuerzas de otras provincias. "Incluso intervino la Secretaría de Inteligencia de la Nación. Muchas personas buscaron a Marita Verón, pero nadie la encontró", afirmó.
Baaclini continuó sus críticas hacia Trimarco y Tobar, e insistió que todo lo que se hizo en la causa fue para "ayudar a la señora en su actitud de creer que (Marita) estaba en La Rioja". Otra vez insistió en que su actuación en el expediente fue la de fedatario.
El vocal Eduardo Romero Lascano, por su parte, puso énfasis en las contradicciones que había marcado Baaclini sobre las declaraciones de las mujeres que dijeron haber visto a Marita en La Rioja, y cuyos testimonios, según el ex funcionario judicial, fueron inducidos por el entonces comisario Tobar.
Dijo que a Marita la habían visto con distintos colores de pelo y en distintos prostíbulos. Remarcó que Anahí dijo que no le vio la cicatriz de la cesárea que tenía la hija de Trimarco, lo que sí fue afirmado por otras de las chicas, y agregó que ninguna habló de quién la había secuestrado. "¿Quién la llevó?, ¿cuántos grupos secuestradores había? No se vinculaban unos entre otros. Íbamos a llenar de detenidos a Tucumán, pero Marita Verón no aparecía. Hablo de las declaraciones testimoniales que se prestaron en la fiscalía VIII. Después no sé", consideró.
Cuando culminaba de explicar las contradicciones que dijo haber encontrado en los testimonios, se animó a contar la conclusión a la que llegó. "Esto es un problema familiar", aseveró.
También el abogado Hernán Molina aportó lo suyo y dejó en evidencia a la madre de Marita Verón: "Baaclini puso de manifiesto la mala intervención de Tobar, que no identificó a la testigo que incriminó a varias personas. Fue una aberración desde el punto de vista jurídico, que él debería saber. La presión que ejerció Trimarco también quedó evidente. Pero lo más grave acá es el testimonio de Fátima, que lo corrobora Baaclini. Esta chica da tantas fechas distintas, que no es creíble".
Como puede verse, sigue cayendo como un naipe la mentira construida por Trimarco, cuyo único fin parece haber sido la de amasar una considerable fortuna. Es algo que logró con gran efectividad.