Los municipales siguen en pie de guerra y los ánimos se caldearon, luego de conocerse las declaraciones de Máximo Kirchner, quien mandó a los empleados a trabajar para recaudar y autofinanciar sus sueldos.
Esta mañana, Río Gallegos vivió una de las peores jornadas de incendio de cubiertas humo y protesta. A las pocas horas y “mágicamente” el Intendente anunció que pagaría a determinadas categorías y sin plus.
Máximo pretende romper la huelga y hay información que algunos radicales le han pedido a sectores de municipales, que bajen el paro.
Hace unos días dijimos que “la plata estaba” para pagarle a los municipales, sin embargo no aparecía ¿Por qué? Aquí vamos a tratar de analizar los pormenores de este largo e intenso conflicto que amenaza con no llegar a su fin y que se soluciona sola y exclusivamente, con dinero.
Ciudad de la furia
Después de que Máximo Kirchner, muy suelto de cuerpo, hiciera declaraciones por CN23 y les dijo a los municipales que si quieren cobrar los sueldos, la municipalidad tiene que recaudar, por lo tanto que vuelvan a trabajar, la situación se recalentó desde lo anímico y ayer los grupos de trabajadores que permanecían en las calles, se acordaban de toda la familia del candidato a diputado y entre las apostillas que quedaron de aquellas protestas, aparecían consideraciones de grueso calibre y otras que pedían “Máximo, enséñanos a trabajar”, “Lomo virgen, busca otro que trabaje por él”, “No se puede exigir lo que se carece” y cosas por el estilo. Entre mate y mate, los municipales reían en la desgracia, incluso teatralizando cómo sería verlo a Máximo trabajando.
Fuera de lo anecdótico, hoy Río Gallegos, vivió una jornada que amaneció con mucha protesta, piquetes, humo y cubiertas incendiadas en distintos lugares de la capital mientras Gendarmería, mantenía resguardado los sectores y los municipales se agolpaban en la intersección de Roca y San Martín, en los corralones y en la autovía.
El “no hay plata” y “solo contamos con esto”, del intendente interino Pablo Grasso y “debemos arreglarnos con lo que hay” de Ariel Ivovich, Secretario de Hacienda puesto a dedo por Máximo para llevar los números de la comuna, de pronto y como si un hada celestial bajara del cielo, se transformó en dinero constante y sonante.
Es así que al mediodía, el Intendente salió a anunciar que a las 16:00hs el Ejecutivo depositaría los fondos para el pago de haberes de los trabajadores que se encuentren comprendidos entre las categorías 10 a la 16 y los salarios familiares.
Pedro Mansilla, Secretario General del SOEM, le dijo hace unos días a OPI: “Nosotros queremos que nos paguen, no nos importa de dónde sale la plata”. Y está bien que lo piense así, sin embargo, la cuestión es más profunda y el análisis que debe hacer el propio Mansilla, va mucho más allá de la acción de ponerse los sueldos en los bolsillos.
En primer lugar, cabe la sospecha de que la plata estaba de antemano, junto con el giro que le hicieron a Caleta Olivia un día antes de las elecciones, para que abone la nada despreciable suma de 70 millones de pesos en sueldos.
El análisis que hacemos del por qué no se accionó de la misma manera con Río Gallegos, nos lleva a pensar que es porque el propio Máximo, subestimó el resultado de las elecciones y no consideró pertinente “aflojarle” a quienes hace 4 meses están de paro, porque era dar una señal de debilidad, ante la proximidad de las PASO.
Es decir, aquí hubo una clara especulación de Máximo, Grasso e Ivovich, a costa del padecimiento y la carencia de la gente.
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